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COLPISA
Domingo, 16 de noviembre 2014, 16:40
Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han demostrado que el corazón reacciona al infarto de una manera muy diferente a como se pensaba hasta el momento y que lo hace en dos fases, un descubrimiento que podría llevar a cambiar el tratamiento según los días que hayan pasado desde el evento.
Hasta la elaboración de este trabajo se daba por hecho que tras un infarto se producía, de forma inmediata, una reacción edematosa (incremento del contenido de agua y células inflamatorias) en el tejido infartado y que ésta permanecía estable durante al menos una semana con una posterior desaparición progresiva.
El equipo de investigadores del CNIC, liderado por los cardiólogos Borja Ibáñez y Valentín Fuster ha hecho uso de la tecnología de imagen más avanzada presente en el centro para demostrar que este dogma clásico es "incorrecto" y el corazón responde a un infarto con dos reacciones edematosas muy bien diferenciadas y separadas en el tiempo.
Lo que sorprendió a los investigadores es que esta reacción inflamatoria tan aguda desaparecía en menos de 24 horas, momento en el que ni la resonancia magnética ni la anatomía patológica eran capaces de visualizar restos de esta reacción tan brusca y exagerada.
De manera más sorprendente aún, cuatro días después del infarto, el tejido cardiaco sufre una nueva reacción edematosa/inflamatoria que vuelve a hacerse máxima una semana después del evento. La intensidad de esta reacción edematosa a día 7 es tan intensa como en el momento agudo, y por ello si no hubiesen realizado estudios de imagen en diferentes puntos durante esta primera semana, se habrían perdido este patrón bimodal y se habría continuado creyendo que el dogma clásico es el correcto, comentan los investigadores.
Nuevos tratamientos
El doctor Ibáñez, líder de la investigación en el CNIC y cardiólogo también del Hospital Clínico San Carlos, comenta que el descubrimiento de dos reacciones diferenciadas y posiblemente de diferente origen abre la puerta a nuevos tratamientos. "Se deberían aplicar terapias orientadas a bloquear selectivamente una u otra reacción edematosa/inflamatoria en momentos diferentes tras el infarto, algo contrario a lo que se realiza hoy en día, cuando los pacientes son tratados de manera similar durante todo el periodo post-infarto", en línea con el desarrollo de medicina personalizada, apunta el especialista.
La posibilidad de ver con resonancia magnética la respuesta a esta posible modulación de estas reacciones sería un hito que ayudaría a una evaluación mucho más directa de los efectos de las terapias, comentan los autores del trabajo.
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