Ibima, una referencia investigadora en España

A pesar de que el nombre del Ibima sí que puede sonar al ciudadano de a pie, la mayoría no sabe que parte de este éxito radica en la colaboración entre la Universidad de Málaga y los principales hospitales de la provincia. De hecho, buena parte de estos investigadores –empezando por su director científico, Francisco Tinahones– pertenecen de forma simultánea al Ibima en alguno de sus proyectos, al tiempo que ejercen su actividad profesional en un centro hospitalario o en alguna facultad. Eso ha permitido en este tiempo no solo poner en marcha los proyectos de investigación, sino también los ensayos clínicos, cuya principal característica es que necesitan contar con pacientes.

Antes de entrar en profundidad sobre los proyectos, hay qué definir qué es exactamente el Ibima. El Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina es un espacio de investigación «multidisciplinar» en biomedicina y nanomedicina en la que participan los dos principales hospitales de la provincia; el Clínico y el Regional, a los que se suma el Distrito Sanitario Málaga-Guadalhorce de Atención Primaria adscrita a estos centros. La otra gran pata es la Universidad de Málaga, donde se desarrolla e integra «armónicamente», matizan sus responsables, la investigación básica, clínica y de salud pública, «potenciando la investigación traslacional para una mejor transferencia de los avances científicos obtenidos en la prevención, diagnóstico y tratamiento de los problemas de salud más prevalentes a nivel regional, nacional y mundial».

El Ibima se fundó en 2010 tras un acuerdo entre la Consejería de Salud y Consumo, la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, el Servicio Andaluz de Salud y la Universidad de Málaga. El objetivo era crear un «centro de vanguardia y excelencia» especializado en biomedicina y nanomedicina. Además, el Ibima forma parte de los 35 institutos acreditados en España para la investigación sanitaria por el Instituto de Salud Carlos III

El principal nombre que destaca del Ibima es el de Francisco Tinahones, director científico del instituto. Justo por debajo están los dos vicedirectores, Raúl Andrade (vinculado al SAS) y Javier Márquez, en su caso con una vinculación a la UMA.

En el año 2023, el Ibima alcanzó la cifra récord de financiación con algo más de 30 millones de euros, 12 millones más que hace tan solo cinco años. Dentro de esta financiación se divide en fondos obtenidos de forma competitiva (53%) y otros que han llegado de forma directa (47%). En cuanto a los primeros, el mayor financiador (es decir, la procedencia del dinero) es el Instituto Carlos III, con en torno a los 5 millones de euros (27% del total) seguido del CSYC con el 8 por ciento.

En cuanto a los fondos obtenidos de forma no competitiva, el mayor financiador son los estudios clínicos, que suman el 30 por ciento del total y unos seis millones de euros. El 87% de los recursos son destinados a investigación, y el resto a la financiación de las estructuras tanto de gestión como científicas.

Durante el año 2023 se desarrollaron en el Ibima 316 proyectos de investigación financiados en convocatorias competitivas regionales, nacionales e internacionales. De ellos, 197 han sido proyectos gestionados directamente por FIMABIS como entidad gestora del Instituto. Además, se han concedido 53 nuevos proyectos competitivos a grupos de investigación del Ibima, de los cuales 43 también son gestionados por FIMABIS, con una tasa de éxito de un 23% (43 concedidos de los 188 que se solicitaron.

En cuanto a los estudios clínicos, durante el año 2023 se desarrollaron 1.199 Estudios Clínicos y se firmaron 261 estudios nuevos. Del total de los estudios realizados en 2023, 849 correspondieron a ensayos. Y del total de 261 estudios nuevos firmados, 194 fueron nuevos ensayos firmados. Precisamente, esta es una de las claves del éxito de Ibima. El hecho de poder aunar a los investigadores dentro del paraguas de los hospitales, el centro instituto tiene a su disposición a los pacientes de la sanidad pública, lo que ha permitido en estos años poder desarrollar este elevado número de estudios clínicos. No en vano, el Ibima tiene dos sedes, una en el Málaga Tech Park y otra en el propio Hospital Clínico (junto a las Urgencias), lo que facilita el trabajo de sus profesionales.

A nivel organizativo, el Ibima cuenta con varias áreas diferenciadas. Aunque entrar al detalle de cada uno de los proyectos sería imposible, sí que se puede acotar el campo de acción. Así, está el área de Enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes. Determinantes ambientales y estilo de vida, cuyo coordinador es Manuel Jiménez Navarro; el área de Biología molecular y traslacional del cáncer, coordinado por Melissa García Caballero; el área de Neurociencias, cronicidad, envejecimiento y salud en poblaciones vulnerables, coordinado por Antonia Serrano Criado;y el área de Enfermedades autoinmunes, infecciosas, inflamación y alergia, cuya coordinación corre a cargo de María José Torres Jaén.

Además, está el Ibima Tech: Tecnología en salud e innovación, coordinado por Ezequiel Pérez-Inestrosa; el área de Nanodiagnóstico, cuya coordinadora es María Luisa García Martín; el área de Nanosistemas y terapias avanzadas, coordinada por Elena González Muñoz; y por último el CIMO, el Centro de Investigación Malagueño de Oncología, cuyo director es Emilio Alba.

Aunque es complicado destacar algunos de los proyectos del Ibima, el propio director, Francisco Tinahones, sí resalta los principales hitos del instituto. Uno de ellos es que el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) acreditó al Ibima como Instituto de investigación Sanitaria en 2015, tras una «evaluación exhaustiva» que avala la calidad y excelencia científica, convirtiéndose en el tercero de Andalucía con esta distinción. Desde ese momento, el centro comenzó a afrontar nuevos desafíos en el campo de la investigación biomédica «para dar respuesta a las necesidades de salud de los habitantes de la provincia de Málaga», recalca. Cada cinco años, el Ibima pasa por este sistema de evaluación que le permite continuar como Instituto de Investigación Sanitaria de excelencia.

Además, el Ibima integró al Centro Andaluz de Nanomedicina y Biotecnología (BIONAND) a comienzos de 2022. Ello supone una «clara apuesta» por la interacción y el trabajo en red, permitiendo a la investigación básica disponer de unos equipamientos y servicios que hasta entonces no se disponían, manteniendo el resto de sus espacios en los hospitales públicos de la ciudad y la Universidad de Málaga.

El tercer gran hito a lo largo de estos años ha sido la apuesta por disponer en los dos hospitales públicos de la ciudad espacios dedicados a la investigación clínica tanto en fases tempranas, como en ensayos clínicos fase II y III, empezando por el Clínico y al que se ha sumado el Regional. A pesar de todo ello, desde el Ibima recalcan que lo más importante sigue siendo el paciente, ofreciendo mejoras en la calidad asistencial a través de optimizar «la prevención de numerosas enfermedades».