España se asoma a la tercera ola empujada por el 'efecto Navidad' y la cepa británica

Curiosamente este fuerte incremento de casos no tuvo reflejo en la incidencia acumulada (IA), que pasó de los 279 positivos a los 272 casos por cada 100.000 habitantes, pero fue un 'espejismo' provocado por los retrasos en las notificaciones por los días festivos y la reducción de pruebas, según apuntaron los especialistas, que temen que a partir de este martes este aluvión de datos comiencen a aflorar en las estadísticas ya asentadas de Sanidad. «Tras varios días festivos suele haber ciertos retrasos y hasta dentro de unos días no podrá hacerse una valoración precisa», advirtió la número 2 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias de Sanidad, María José Sierra.

«Vienen semanas complicadas. No nos llevemos a engaño: la pandemia en nuestro país sigue creciendo», avisó Salvador Illa, quien llamó a «no bajar la guardia» en los próximos días.

De hecho, más allá de este trampantojo de la IA el empeoramiento de los principales indicadores que muestran la evolución de la pandemia fue generalizado. La positividad de los test superó el 10% de las pruebas realizadas, un porcentaje que no se veía en las tablas de Sanidad desde finales de noviembre.

Pero mucho más preocupante si cabe fue el fuerte incremento de la presión en el sistema hospitalario del país, el talón de Aquiles de la pandemia y el que puede forzar a las autoridades a endurecer las restricciones para evitar su colapso. El porcentaje de ocupación de camas de UCI por parte de enfermos covid –el valor más delicado- subió en cuatro días casi dos puntos hasta el 23%, unos números que no se veían desde el 4 de diciembre. La ocupación de los puestos en planta por parte de estos pacientes de coronavirus aumentó desde Nochevieja del 9,49 al 11,12%.