¿Practicar sexo con frecuencia es mejor para evitar un cáncer de próstata que hacerlo de forma esporádica o nunca? Hay estudios que dicen que cuanta menos actividad sexual se tenga, menos riesgo de sufrir un tumor prostático existe. Otros estudios, por contra, aseguran ... lo contrario, es decir, que cuantos más coitos se realicen, las probabilidades de padecer ese cáncer se reducen. Pero ¿cuál es la realidad del asunto? El jefe del servicio de urología del Hospital Virgen Macarena de Sevilla y jefe del departamento de cirugía de la Universidad hispalense, Jesús Castiñeiras, dejó claro ayer que la aparición o no de un cáncer de próstata no guarda ninguna relación con practicar poco o mucho sexo como tampoco la tiene la vasectomía. Este especialista en urología hizo esas manifestaciones durante la conferencia titulada 'La próstata y el devenir del varón', que pronunció dentro del ciclo 'Ciencia y salud', que organizan la Fundación Unicaja y SUR. El interés que suscitó la charla del doctor Castiñeiras se demostró por el elevado número de preguntas formuladas durante el coloquio posterior: 73, muchas hechas de forma presencial y otras 'on line'. Esta es la cifra más alta de todas las conferencias celebradas hasta ahora tanto en el primer como en el segundo ciclo de 'Ciencia y salud', informó el moderador del coloquio y director de Publicaciones de SUR, Pedro Luis Gómez.
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Jesús Castiñeiras fue presentado por el director de la unidad clínica de gestión de oncología médica de los hospitales públicos de Málaga, Emilio Alba, que destacó la trayectoria profesional y científica del conferenciante, del que dijo que es autor del libro de referencia sobre la próstata escrito en español. Por su parte, la responsable de Solidaridad Social y Educación de la Fundación Unicaja, Ana Cabrera, hizo hincapié en la relevancia de los participantes en el ciclo 'Ciencia y salud' y reseñó que la Fundación Unicaja apuesta por la biomedicina y apoya a la comunidad científica.
Jesús Castiñeiras, en una intervenciónclara y didáctica, explicó que la próstata es una glándula que se encuentra situada debajo de la vejiga, delante del recto y por detrás del pubis. ¿Y para qué sirve?, se preguntó el urólogo, que respondió que su función es intervenir en la formación y calidad del semen, además de encargarse de fluidificar el líquido seminal. Por su lado, el líquido prostático está formado por el PSA, la fosfatasa y fosfatos. La función de PSA es hacer más fluido el semen. Otro aspecto clave del PSA (antígeno específico prostático) es que sirve como marcador para diagnosticar el cáncer de próstata. Cuando el valor del PSA está por encima de tres significa que puede haber una prostatitis, una hiperplasia benigna de próstata o un tumor prostático. El PSA elevado viene a decir que la próstata está enferma, pero no pone el nombre a esa enfermedad, por lo que los urólogos deben hacer otras pruebas para determinar qué es lo que sufre el paciente. Si se sospecha que hay un tumor, se lleva a cabo una biopsia. Que el resultado de esa prueba sea negativo no descarta de forma plena la presencia de un cáncer, ya que a veces la muestra de tejido que se coge y luego se analiza no es de la zona donde está situado el tumor. Por tanto, lo más eficaz es seguir controlando a esos hombres y, si es preciso, repetirle la biopsia transcurrido un tiempo, indicó el doctor Castiñeiras.
Este urólogo y catedrático de la Universidad de Sevilla se refirió a que gracias al PSA se diagnostican de forma precoz más tumores localizados dentro de la próstata. De ese modo, se ha logrado un avance notable en la curación de los enfermos. El doctor Castiñeiras comentó que el inconveniente de PSA es que se están diagnosticando cánceres de próstata que antes no se detectaban y de los que los pacientes no se iban a morir. «Estamos sobrediagnosticando y sobretratando a los enfermos. Una vez que el cáncer está detectado hay que tratarlo. El resultado final es beneficioso, pero no todo es perfecto», afirmó.
En su conferencia, este experto en urología señaló que hay varios factores que propician la aparición de un tumor de próstata. Entre ellos citó el factor racial (este cáncer es más frecuente en la raza negra que en la blanca), el factor alimentario (por la comida que ingieren, los orientales tienen menos tumores de próstata que los americanos y los europeos), el factor genético (los hijos y nietos de padres y abuelos que han sufrido ese cáncer presentan más riesgo de padecerlo) y el factor de la edad (cuantos más años, más probabilidades hay de que aparezca un carcinoma prostático).
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Las tres alternativas para combatir ese cáncer son la cirugía (extirpación de la próstata), la radioterapia y la braquiterapia. En los tumores de próstata localizados y cogidos pronto, la curación es prácticamente total. El problema surge cuando el cáncer se detecta de forma tardía y se encuentra diseminado en vez de estar localizado, subrayó Castiñeiras.
El conferenciante también habló de la hiperplasia benigna de próstata, que se produce por el aumento del número de células, lo que trae consigo un incremento de la glándula prostática, la obstrucción de la uretra y la aparición de una serie de molestias al orinar. Asimismo, indicó que la prostatitis es un cuadro infeccioso e inflamatorio. Uno de cada dos hombres padecerá una prostatitis a lo largo de su vida, uno de cada tres sufrirá una hiperplasia benigna y uno de cada seis tendrá un cáncer de próstata, precisó el doctor Castiñeiras.
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