¿Qué dieta mejora el semen humano?

La composición del semen es muy compleja, de hecho, menos del 10% de su contenido corresponden a los espermatozoides que pueden variar entre 50-150 millones por mililitro. La cantidad eyaculada varía de los 2 a 5 ml de promedio dependiendo de factores como la frecuencia de dicha eyaculación. Junto con los espermatozoides aparecen multitud de sustancias que son segregadas por la próstata, vesícula seminal y glándulas uretrales. Sustancias como: fructosa, prostaglandinas, ácido cítrico, aminoácidos, calcio, potasio, zinc sodio, colesterol, fosfatasa alcalina… realizar, de forma óptima, esta complicada receta dependerá de numerosos factores y, desde luego, nuestra dieta tendrá algo que decir.

La revista Human Reproducte Update publicó en 2017 un estudio sobre la evolución de la calidad y cantidad de semen en la población occidental y las conclusiones son más que alarmantes. Los descensos detectados rondan el 50% tanto en la cantidad de espermatozoides por mililitro como en la cantidad total de esperma. Esta merma se ha producido progresivamente durante los últimos 40 años y de seguir la misma tendencia estamos a las puertas de un aumento exorbitante de la infertilidad masculina.

Las causas para este desastre en la producción espermática son variadas y apuntan al modo de vida occidental ya que en Asia o en África no parece que se estén dando los mismos problemas. La obesidad, el tabaquismo, el estrés o la ropa ajustada son sospechosos habituales que confirman su implicación pero también destacan otros como la contaminación, la aparición de miméticos de los estrógenos como el bisfenol A en todo tipo de plásticos y envases o lo que le echas al puchero diario.

Aproximadamente el 15% de las parejas en edad reproductiva tienen problemas para quedarse embarazados y cerca de un 50% de esos casos corresponden al varón. Como vemos la infertilidad es un problema multifactorial que debe afrontarse desde diferentes ángulos pero uno de ellos, no menor, es el de con qué nos llenamos el estómago.

Hace unos días la Universitat Rovira i Virgili (URV) y del Institut d'Investigació Sanitària Pere i Virgili (IISPV) han informado de los resultados de un estudio donde se confirma el beneficio que supone la dieta mediterránea para uno de los factores más importantes a tener en cuenta en la calidad seminal, la motilidad de los espermatozoides. Parece que el consumo de frutas, verduras, frutos secos, aceite de oliva, pescado… mejora de forma evidente este importante parámetro ligado directamente a la tasa de fecundidad.

Estos estudios vienen a confirmar los que se publicaron el año pasado por parte de científicos del CIBEROBN donde se apuntaba que determinados componentes de la dieta mediterránea como los ácidos grasos omega 3, el selenio, antioxidantes y determinadas vitaminas favorecen la espermatogénesis. De hecho se han llegado a recomendar suplementos con una base de zinc, selenio, coenzima Q10 y omega 3.

Si bien es necesario avanzar en el conocimiento de qué alimentos son los mejores para ayudar a nuestros maratonianos de cola larga. Parece que está bastante claro lo que les perjudica. Las carnes rojas, los alimentos procesados, los dulces, bebidas azucaradas, el alcohol, la cafeína en exceso, alimentos ricos en soja… Todos son viejos conocidos de nuestras desdichas dietéticas con excepción de la soja. Pues sí, la soja tiene propiedades saludables a nivel cardiaco y de mejora de nuestro perfil lipídico pero esas propiedades las ostenta por ser un fitoestrógeno, es decir, una sustancia que aunque no es un estrógeno humano (hormona femenina) nuestro cuerpo la interpreta como tal, por lo que para el tema que hoy nos ocupa no parece muy recomendable.

Son esenciales más estudios pero poco a poco estamos descubriendo las principales razones de la potencia sexual de nuestros abuelos y de porque sus descendientes no estamos a la altura, ni en cantidad ni en calidad, produciendo las células más pequeñas del organismo con la fuerza y el número suficiente para la titánica tarea de alcanzar el óvulo.

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