
«Para curar el alzhéimer hay que saber por qué se destruyen las neuronas»
Ciclo 'Ciencia y salud' ·
José López Barneo, coordinador general de Investigación del Virgen del RocíoSecciones
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Ciclo 'Ciencia y salud' ·
José López Barneo, coordinador general de Investigación del Virgen del RocíoLa tercera conferencia del ciclo 'Ciencia y salud', que organizan la Fundación Unicaja y SUR, tendrá como protagonista hoy a José López Barneo, coordinador general de Investigación del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. El acto se celebrará, a partir de las 19.00 horas, en la sala Eduardo Ocón, situada en la sala Unicaja de conciertos María Cristina. El conferenciante será presentado por el neurocirujano Miguel Ángel Arráez. López Barneo, en esta entrevista, destaca la importancia de conocer por qué se destruyen las neuronas como paso previo para poder curar enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
–¿Cuáles son las enfermedades neurodegenerativas?
–Son aquellas que se producen por la muerte de las neuronas. Las más frecuentes son el alzhéimer y las demencias en general, que provocan un deterioro cognitivo grave, y el párkinson, que origina trastornos motores. El alzhéimer y el párkison, de forma conjunta, representan del 85 al 90 por ciento de toda la patología neurodegenerativa. El 10 por ciento restante, menos frecuentes, son enfermedades muy invalidantes e, incluso, alguna causa la muerte en poco tiempo: como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
–¿Cuál es el reto biomédico para hacer frente a la patología neurodegenerativa?
–La mayoría de esas enfermedades, como es el caso del párkinson y del alzhéimer, se asocian a la edad. Las causas que provocan ambos padecimientos se desconocen, pero se sabe que la edad es el factor de riesgo más importante. De lo que se trata es de llegar sano a una edad avanzada, pero de poco sirve si se presenta el alzhéimer o el párkinson. El reto del siglo XXI es ser capaces de combatir esas enfermedades, porque si no tendremos una abundante población mayor con el corazón sano y libre de cáncer, pero con patologías cerebrales muy limitantes.
–¿Cómo va la investigación en el campo de la neurodegeneración?
–En primer lugar, hay que conocer las causas de esas enfermedades. Una vez que las sepamos, habrá que desarrollar terapias eficientes, con pocos efectos secundarios. Ese es el verdadero reto para el científico. En estos momentos, tanto el alzhéimer como el párkinson son incurables y no hay terapias eficaces contra ambas enfermedades.
–Pese a ello, ¿es usted optimista a medio y largo plazo?
–Soy bastante optimista. Las terapias más exitosas están tardando en llegar porque desconocemos los mecanismos por los que las neuronas mueren. Cuando sepamos más sobre las razonas que hacen que una neurona se degenera a partir de los 60 o 70 años, y podamos actuar, se podrán diseñar terapias más eficientes. Igual que ya se está evitando que el corazón envejezca, que se produzcan menos infartos de miocardio y patologías cardiovasculares, algo parecido ocurrirá con las patologías neurodegenerativas.
–Es decir, que si se llega a conocer por qué se deteriora una neurona, se dará un paso muy importante para la curación del alzhéimer y del párkinson, por ejemplo.
–Claro. El conocimiento esencial para establecer terapias eficaces es saber la causa. Si se desconoce la causa de una enfermedad, es muy infrecuente poder curarla. Por ejemplo, los avances en cáncer que está habiendo ahora se deben fundamentalmente a que se ha investigado mucho sobre las causas. Hoy en día hay una multitud de grupos de investigación en España y en los países avanzados que estudian las causas de por qué una neurona comienza a degenerar. Cuando se sepan las causas podremos diseñar fármacos que prevengan o disminuyan ese proceso.
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–O sea, que para curar el alzhéimer primero hay que saber por qué se destruyen las neuronas.
–Claro, exactamente. Tenemos que averiguar por qué hay personas con 90 o 100 años que tienen un cerebro perfecto para su edad, con una estructura mental estable y un conocimiento correcto de su profesión, y, en cambio, otras con 30 o 40 años menos empiezan a tener fallos de memoria, de desorientación y de demencia. Lo que parece es que no es obligado que las neuronas tengan que degenerar. Una gran pregunta es:¿degenerarían o no todas las neuronas si todas las personas viviéramos muchos años? La respuesta es que no hay por qué tener de forma forzosa alzhéimer o párkinson por la edad, porque no todas las personas que llegan a los 90 años lo sufren.
–¿Cuáles serán las líneas maestras de su conferencia?
–Será una charla muy divulgativa. Comenzaré hablando del cambio demográfico habido en las sociedad occidentales. En 1950, la esperanza de vida de los españoles era de 65 años. Hace medio siglo, una persona de 60 años era vieja y ahora no lo es en modo alguno. Yo tengo 66 años y me siento muy joven. Ahora es normal que la gente viva 80, 85 o 90 años. También me referiré a si la vejez lleva consigo necesariamente enfermedades o no y a las principales líneas de investigación que hay en marcha.
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