A. Franela / mujerhoy.com
Jueves, 2 de julio 2015, 10:45
Para las mujeres, los ginecólogos no son hombres: son los únicos sujetos que nos contemplan desnudas con la cara más aburrida del mundo. Inmutables, nos mandan quitarnos la ropa y abrir las piernas, con el tono monocorde e inocua actitud profesional. Qué duda cabe, los médicos especializados en los cuerpos de las mujeres (ginecología viene del griego 'gynaika', la ciencia de la mujer) son para nosotras una auténtica incógnita.
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Ellos dicen saber mucho de nosotras, pero nosotras no sabemos nada de ellos. Un siglo atrás, cuando eran los únicos sabios, no nos quedaba otra que tendernos en el potro, pero hoy cada vez más las mujeres solicitan su traspaso a manos de una ginecóloga, no porque ellos hagan mal su trabajo, sino porque prefieren evitar el inquietante y engorroso encuentro de dos mundos. (Más información en MujerHoy.com)
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