Dra. Petra Sánchez
Viernes, 16 de mayo 2014, 14:48
Comerse las uñas es un hábito nervioso común en los niños, que en algunos casos puede mantenerse en el tiempo incluso hasta la edad adulta. En principio no se trata de un trastorno importante. Sin embargo, hay que analizar si está asociado a otros problemas como la hiperactividad.
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No existe un tratamiento específico, pero se suelen utilizar productos aplicados en las uñas para que cuando el niño las muerda le resulte desagradable. Otra medida puede ser mantener las manos ocupadas con objetos que pueda manipular y que desvíen su atención a otra actividad. Asimismo, la motivación es clave para conseguir que abandone el hábito: pautar una recompensa con el niño si deja de comerse las uñas puede ser de mucha utilidad.
Por último hay que vigilar que no se produzca una infección en las uñas. En caso de ver señales hay que acudir al pediatra para que paute un tratamiento.
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