

Secciones
Servicios
Destacamos
La bronca política dejó ayer a España sin la Agencia Estatal de Salud Pública, el organismo de expertos y científicos que debe preparar al país para enfrentarse con eficacia a la próxima pandemia, evitando las improvisaciones, descoordinaciones y errores vividos durante la batalla sanitaria de hace justo cinco años contra el coronavirus.
El inesperado 'no' del PP y Junts en el Congreso a la ley que iba a crear esta agencia, al que ya se sumó el rechazo anunciado por Vox, mete en el cajón un proyecto que la sanidad española espera desde hace más de una década e ignora las recomendaciones de la comisión parlamentaria que en junio de 2020, tras analizar los errores en la respuesta al covid-19, demandó, con el respaldo de todos, la urgente necesidad de constituir esta estructura sanitaria, porque la próxima pandemia no podía coger al país con los deberes sin hacer.
La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), que reúne a la mayoría de profesionales de estas áreas, lamentó «profundamente» que, tras más de una década de trabajo y esfuerzos de los técnicos, el Congreso haya tumbado la ley. «Es una gran decepción». La ministra de Sanidad, Mónica García, que vivió la sorpresa del 'no' en el hemiciclo, prometió que el Gobierno volverá a traer lo antes posible la creación de la agencia al Parlamento, porque avisó de que «si hoy viniera una gripe aviar u otra pandemia estaríamos más desprotegidos» por culpa de «la irresponsabilidad mayúscula» de la derecha.
El objetivo de esta agencia es la prevención, detección, preparación y respuesta rápida y coordinada frente a cualquier amenaza o riesgo para la salud de la población, y por supuesto frente a desastres biológicos y químicos, epidemias y pandemias.
Está diseñada para ser el enlace científico y el interlocutor con el resto de organismos de referencia, equivalente a lo que es el Centro Europeo de Control de Enfermedades o la Organización Mundial de la Salud. Ejercería un rol semejante al de Fernando Simón y el Centro de Coordinación de Alertas durante la covid, pero sin la improvisación de entonces, al tiempo que se encargaría de comunicar a los ciudadanos los riesgos y amenazas para la salud, neutralizando los bulos, y canalizaría la información en situaciones de emergencia sanitaria.
Sus funciones principales abarcan la vigilancia en salud pública, la preparación y respuesta frente a futuras emergencias, el asesoramiento y evaluación del sistema, el control de la salud pública internacional y la información y comunicación de riesgos para la salud a la población.
Estaría encargada de coordinar y evaluar el funcionamiento de la Red de Vigilancia en Salud Pública, así como de monitorizar los riesgos y garantizar el correcto funcionamiento del sistema de alerta precoz y respuesta rápida.
Sería el órgano que contribuiría a la preparación y respuesta del sistema sanitario frente a emergencias de salud pública, capacitando a profesionales y elaborando planes de actuación ante alertas, riesgos y amenazas, tanto actuales como emergentes, tanto sean de origen biológico, químico o de cualquier otra naturaleza. Entre sus tareas está tener al día la reserva estratégica de fármacos y materiales de protección frente emergencias, para que nunca más haya desabastecimiento de mascarillas o los sanitarios deban protegerse con bolsas de plástico y cinta aislante.
Entre sus labores de asesoramiento y evaluación están reforzar la coordinación con todas las instituciones de salud pública, que deberían funcionar como un solo engranaje ante emergencias. Debería ser el paso decisivo para afrontar la respuesta a los males causados por el cambio climático, las nuevas zoonosis (como la infección por covid) y otras enfermedades emergentes.
«Una pena…una pena una vez más», lamenta Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial, que agrupa a todos los colegios de médicos, sobre el rechazo de una mayoría del Congreso a la Agencia Estatal de Salud Pública. Cobo ha recordado que los médicos llevan «mucho tiempo» pidiendo un pacto por la Sanidad, lo que «repercutiría directamente en el beneficio de todos y en el reforzamiento del Sistema Nacional de Salud». Por eso cree que es una pena que «todo se vaya al traste» por el clima de confrontación y polarización política que vive el país. En este contexto ha recordado que también el Congreso tumbó la ley contra las agresiones a profesionales sanitarios y que corrió igual suerte la estrategia nacional de salud mental, rechazada en el Consejo Interterritorial. «Y todo esto se debe a la falta de consenso político para mejorar el Sistema Nacional de Salud. Una pena».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mejor restaurante de comida sin gluten de España está en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.