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Lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS): «En todo el mundo, solo una minoría de las personas que sufren cefaleas reciben un diagnóstico apropiado formulado por un profesional sanitario». E insiste la Sociedad Española de Neurología (SEN): «La falta de diagnóstico y de ... tratamiento y la automedicación son los factores que están detrás de la mayoría de los casos que se cronifican».
En el Día Nacional de la Cefalea (19 de abril), la SEN incide en que «caer en la automedicación, es el primer paso para que el dolor de cabeza se cronifique». Por ello, desde esta organización destacan la importancia de que cualquier persona que comience a experimentar dolor de cabeza con cierta recurrencia, llegando incluso a incapacitarle en su vida diaria, debe consultar con su médico. «No todos los tratamientos disponibles son válidos para todos los tipos de dolor de cabeza, ni estos son efectivos en todos los pacientes», apunta.
Sin abrumar con datos, la cefalea, comúnmente denominada dolor de cabeza, es uno de los motivos más frecuentes de consulta entre los médicos de atención primaria, urgencias y especialistas en Neurología. En España, más de un 74% de la población ha padecido o padece algún tipo de cefalea, con una distribución por sexos del 79% para las mujeres y del 69% para los varones; y un 4% de la población padece algún tipo de cefalea crónica, es decir, padece dolor de cabeza más de 15 días al mes, según datos de la SEN.
Pero lo peor es que no solo es dolorosa sino también incapacitante. Las crisis de cefalea, especialmente los síntomas de la migraña (dolor de cabeza, malestar, náuseas, vómitos, intolerancia a la luz, olores o sonidos, entre otros), producen una limitación en la actividad de quien las sufre, afectando al desarrollo profesional y, en el caso de los más jóvenes, a los estudios. La Sociedad Española de Neurología calcula que el dolor de cabeza puede obligar a reducir la actividad de quienes lo padecen «en más del 50% de las ocasiones, precisando de reposo en cama hasta en el 20-30% de los casos».
Algunos pacientes presentan también lo que se conoce como ansiedad anticipatoria, es decir, miedo constante a que sobrevengan nuevas crisis, lo que repercute en su estado de ánimo, genera mayor ansiedad y agrava la enfermedad.
La SEN señala que las cefaleas presentan una gran variabilidad con diferencias significativas entre quienes las sufren, pudiendo oscilar entre un dolor de cabeza ocasional hasta crisis de dolor muy frecuentes y de gran intensidad. El tratamiento pasa por analgésicos (aspirina, ibuprofeno y naproxeno sódico), antieméticos (fármacos para impedir o controlar los vómitos y la cinetosis -mareo por movimientoto-) y medicamentos profilácticos (antidepresivos, metoprolol, propanolol o topiramato.)
En cuanto a los diferentes tipos de dolor de cabeza, la Organización Mundial de la Salud los clasifica así:
La migraña suele aparecer en la pubertad y afecta principalmente al grupo entre los 35 y los 45 años de edad, siendo más frecuente entre las mujeres por cuestiones hormonales. Está causada por la activación de un mecanismo encefálico que conduce a la liberación de sustancias inflamatorias y causantes de dolor alrededor de los nervios y vasos sanguíneos de la cabeza.
Los episodios, que se suelen presentar con una frecuencia que varía entre uno al año y uno por semana, se caracterizan normalmente por cefalea de intensidad moderada a severa, con dolor localizado en un solo lado de la cabeza, que se puede manifestar como punzante y que empeora con la actividad física ordinaria; y que puede ocasionar náuseas. Puede durar desde algunas horas hasta 2 o 3 días; náuseas (el síntoma conexo más característico)
Hay que distinguir entre la cefalea tensional episódica, que se produce menos de 15 días al mes, y la cefalea crónica, que se produce más de 15 días al mes. Como su nombre indica, puede guardar relación con el estrés, aunque también con problemas osteomusculares del cuello. El paciente describe esta cefalea a menudo como una especie de banda de presión u opresión alrededor de la cabeza, que a veces se irradia al cuello o desde este.
Esta es, según la OMS, la más rara, ya que afecta a menos de uno de 1.000 adultos en el mundo, siendo más frecuente en los hombres que en las mujeres. Se suele presentar superado los 20 años y se caracteriza por episodios recurrentes y frecuentes (hasta varias veces al día), breves pero sumamente dolorosos, que normalmente se concentran alrededor de un ojo, que lagrimea y se enrojece; se acompaña de rinorrea u obstrucción de la fosa nasal del lado afectado, y el párpado puede estar caído.
El dolor de cabeza se manifiesta la mayor parte del tiempo, opresiva, persistente y generalmente más fuerte al despertar, que afecta hasta a un 7% de ciertos grupos de población, más a las mujeres que a los hombres.
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