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Un invierno más cálido, intensas lluvias y nevadas y mayor humedad, una situación perfecta para que las plantas hayan generado una mayor cantidad de polen y esto afecte en mayor medida a los alérgicos. Los expertos ya anticipan una primavera intensa para las personas que ... sufren anafilaxia a pesar del uso de la mascarilla. Se está en pleno proceso de polinización de forma importante, y en ocasiones explosiva, de plantas, como la parietaria o las gramíneas, y árboles, como el olivo, el plátano de sombra o el ciprés. Este año, debido a un invierno más cálido y de buen regadío, «las plantas han aumentado su polen afectando mayormente a los alérgicos», señalan desde el Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga. Y no solo afecta en mayor medida a los alérgicos al polen, sino también a aquellos que lo son a los ácaros del polvo. El aumento de humedad hace que los ácaros estén presentes en mayor proporción en el ambiente lo que puede ocasionar una mayor sintomatología alérgica.
A todo esto, este año hay que sumar un componente más. Si el pasado 2020, esta estación se vivió en pleno confinamiento, la primavera de este 2021 está coincidiendo con el plan de vacunación contra el Covid-19. Este proceso puede generar en los alérgicos ciertas dudad como: ¿puedo vacunarme sin problema? ¿Y si me coincide con la vacuna contra mi alergia? La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha respondido a estas y otras preguntas:
Según un informe elaborado por la SEAIC, las vacunas actualmente disponibles frente al Covid-19 no están contraindicadas de forma general en personas con cualquier tipo de enfermedad alérgica. En este sentido, recuerda que las contraindicaciones absolutas de las profilaxis que actualmente se administran en España contra el coronavirus residen en aquellas personas que hayan sufrido reacciones alérgicas previas a componentes de estas vacunas (ya sea el principio activo o los excipientes, aclarando que la alergia a estos excipientes es muy poco frecuente en la población general) y aquellas que hayan presentado una reacción grave tras recibir la primera dosis de la vacuna. Las dosis de Pfizer y Moderna tienen un excipiente común: el polietilenglicol. La de Moderna contiene además trometamol y la de AstraZeneca incluye como excipiente el polisorbato 80.
En el caso de contraindicaciones absolutas, si las reacciones tras la primera dosis son moderadas (urticaria aguda generalizada, angioedema, broncospasmo o disnea aislada, entre otras), la SEAIC recomienda «no administrar la segunda dosis hasta estudio por alergología». Si las reacciones son graves (anafilaxia), recomienda «no administrar la segunda dosis y derivar para estudio con una cita por via preferente».
Si la población general debe esperar unos 15 minutos tras recibir la vacuna antes de marcharse a casa para controlar cualquier reacción inmediata, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica recomienda que este tiempo se extienda hasta los 30 minutos en el caso de padecer alguna enfermedad alérgica común (polinosis, otras rinoconjuntivitis, alergia a alimentos o alergia a medicamentos entre otras) o si se cuenta con una historia familiar de alergia grave (anafilaxia), y hasta los 45 minutos si se tienen antecedentes personales de alergia grave (anafilaxia), reacciones alérgicas graves con otras vacunas o mastocitosis.
A nivel general, si la persona ha recibido otra vacuna se recomienda un intervalo mínimo de entre 7 y 10 días hasta recibir la primera dosis de la vacuna contra el Covid. Si ya se ha iniciado la vacunación, siempre que sea posible, se aconseja no inocular otras vacunas y posponerlas hasta pasados entre 7 a 10 días tras la segunda dosis contra el coronavirus.
Estas mismas pautas son las que la SEAIC sugiere si la persona estuviese recibiendo una vacuna para tratar su alergia. En el caso de vacunas inyectadas, se debe dejar pasar un intervalo de 7 a 10 días entre la dosis de la vacuna de la alergia y la dosis de la vacuna contra el Covid. En el caso de vacunas sublinguales (debajo de la lengua), la Sociedad Española de Alergología señala que se omita la dosis de la vacuna para la alergia el mismo día de la vacunación frente al coronavirus. Si ésta produjese síntomas, se recomienda posponer la reanudación de la vacuna sublingual hasta que transcurran de 1 a 3 días, tiempo en el que los posibles efectos secundarios de la vacuna Covid suelen desaparecer.
Según la SEAIC, no será necesario realizar de forma sistemática un estudio alergológico previo a la administración de la vacuna contra el Covid en personas con antecedentes de alergia a alimentos ni medicamentos, aunque haya sido grave.
En este sentido, aclara que el estudio alergológico está indicado en aquellas personas que hayan presentado una reacción de características alérgicas con alguna de las dosis frente al coronavirus o con sospecha de poder ser alérgicas a algunos de los excipientes de dichas vacunas.
Los expertos coinciden en que la más efectiva es la FFP2 capaz de filtrar más del 92% de partículas con diámetro igual o superior a 0,3 micras y, además, protege contra el Covid. Pero los alergólogos avisan que no basta con llevar la mascarilla sino que también hay que proteger los ojos con unas gafas, si es con protecciones laterales, mejor. Así se evitará en mayor medida el picor, enrojecimiento o lagrimeo.
En el caso de la alergia a los ácaros, al producirse más en ambientes cerrados, como las casas, en los que la mascarilla no es necesaria, sigue afectando de la misma manera.
Lo primero a tener en cuenta es que el Covid-19 no afecta en mayor medida a los pacientes alérgicos, así lo confirma la comunidad científica. De hecho, los expertos recomiendan a las personas que sufran alergias que continúen con el tratamiento ya que consideran que tiene incluso beneficios frente al diagnóstico del coronavirus. «Lo hemos visto en pacientes asmáticos alérgicos que crean citoquinas que impide la entrada del COVID al cuerpo y crean una serie de células que destruyen todo lo que entra», señalan desde el Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga.
«El tratamiento de corticoides también les protege más, ya que su sistema inmune lo bloquea. También hacemos mucho hincapié en que mantengan el tratamiento los asmáticos más severos, como los EPOC, que no están tan protegidos», añaden.
En cuanto a cómo diferenciar una crisis de alergia de una posible infección por coronavirus, la principal diferencia es que una persona con alergia respiratoria no desarrolla fiebre, excepto cuando el cuadro se complica con una infección viral o bacteriana, y el paciente suele mejorar según disminuye su exposición a los alérgenos, contrario a lo que ocurriría con una infección de Covid-19.
Lo mismo ocurre con los síntomas respiratorios, que disminuyen al limitar el contacto con el alérgeno o con medicamentos como antihistamínicos o corticoides, siempre bajo la administración y supervisión de un especialista, ha puntualizado.
Por ello, ante la duda de presentar un cuadro similar a alergia o sospecha de infección Covid, las responsables de Alergología de Quirónsalud Málaga y Marbella recomiendan acudir a un profesional.
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