Qué hacer para que el colesterol no se dispare

Mantener el colesterol a raya es un factor de salud muy importante para controlar la aparición de enfermedades cardiovasculares como la angina de pecho o el infarto de miocardio. Una alimentación rica en frutas, verduras, aceite de oliva y frutos secos es una aliada fundamental para prevenir males mayores. A ello se une la práctica de ejercicio físico de forma regular (caminar de 30 a 40 minutos diarios es un excelente método).

El colesterol es una sustancia grasa que se encuentra de forma natural en el cuerpo y resulta esencial para que funcionen todas las células. El problema se produce si su nivel en sangre es excesivo (superior a 200 mg/dl). Cuando una persona tiene más colesterol del que su cuerpo necesita, se pueden acumular depósitos de grasa en las arterias y surgir una enfermedad cardiovascular. Más de la mitad de la población española tiene el colesterol por encima de 200.

La Fundación Española del Corazón ha puesto en marcha la campaña de concienciación #nomasde200 para advertir sobre el incremento del colesterol después de los excesos de las fiestas navideñas (hasta un 10 por ciento de aumento), los riesgos que implica tener el colesterol alto y las medidas a adoptar para evitarlo.

El colesterol es un enemigo silencioso: no da síntomas. Para impedir que se dispare hay una serie de actuaciones eficaces y sencillas a llevar a cabo, con unos resultados beneficiosos para la salud. En primer lugar, los expertos aconsejan aumentar la ingesta de verduras y frutas (ricas en fibras), pescado azul, aceite de oliva y frutos secos. En segundo lugar, hay que limitar la toma de grasas saturadas, que están presentes en alimentos con grasa de origen animal, ya que elevan los niveles de colesterol malo (LDL). También es aconsejable integrar en la dieta alimentos reductores de colesterol como, por ejemplo, los lácteos enriquecidos con esteroles vegetales.

Además protegerse con una alimentación saludable, el colesterol también se combate a través de la actividad física y, de ese modo, aumentan los niveles de colesterol bueno (HDL). Por tanto, hay que huir del sedentarismo. Un ejercicio muy recomendable es caminar a paso rápido de 30 a 40 minutos cada día. En general, la práctica deportiva sirve para frenar el ascenso del colesterol.

Prevenir infartos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el 80 por ciento de los infartos de miocardio y de los accidentes vasculares cerebrales prematuros son prevenibles. A ese respecto, el presidente de la Fundación Española del Corazón, Carlos Macaya, considera imprescindible la adopción de hábitos de vida saludables, entre los que se encuentran mantener bajo control los factores de riesgo cardiovascular, como la hipercolesterolemia (colesterol elevado). Para lograrlo, este experto apuesta por limitar la ingesta de grasas saturadas presentes en alimentos con grasa de origen animal, así como evitar el consumo de productos muy procesados.

Por contra, en el lado positivo, es beneficioso para reducir el colesterol malo tomar verduras y frutas (ricas en fibra) pescado azul, aceite de oliva, productos lácteos con esteroles vegetales y frutos secos. «Debemos realizar también actividad física de forma regular. Es cuestión de ir adquiriendo una actitud responsable para atajar el problema, ya que existen soluciones para controlarlo», precisó el doctor Macaya.

Hay dos tipos de colesterol. Por un lado, está el LDL (conocido como malo), que viaja desde el hígado hasta los órganos para reparar las membranas de las células, pero por el camino deja pequeños depósitos de colesterol en las paredes arteriales. Cuanto más alto se tiene el LDL, más probabilidades hay de que se acumule en las arterias. Por otro lado, se encuentra el HDL (conocido como bueno), que discurre desde los órganos hasta el hígado y recoge el LDL sobrante que ha quedado en las arterias. De esa manera, el HDL ayuda a mantener las arterias en buen estado.