Daniel Roldán
Domingo, 29 de mayo 2016, 08:52
La diabetes se ha convertido en una de las enfermedades que más preocupan a las autoridades sanitarias de todo el planeta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de la necesidad de cambiar la tendencia alcista de esta enfermedad. En 2014, unos 422 millones de adultos eran diabéticos frente a los 108 millones de 1980. La prevalencia mundial (contando todas las edades) casi se ha duplicado en tres décadas, pasando del 4,7% al 8,5% en población adulta. Más del 80% de las muertes por diabetes se registran en países de ingresos bajos y medios, según la OMS.
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La obesidad, la falta de ejercicio o no llevar una dieta saludable están detrás de la diabetes que, a pesar de ser una enfermedad conocida, no tiene una suficiente concienciación sobre su impacto. La Federación Española de Diabetes (FEDE) considera que en España hay unos seis millones de pacientes, pero cerca del 40% no lo sabe porque no se ha hecho los análisis pertinentes. Pero esta falta de conocimiento sobre la diabetes es ampliables a sus consecuencias y su cuidado.
Por ejemplo, solo uno de cada cuatro enfermos saben que deben realizarse una revisión oftalmológica al menos una vez al año; y solo un 32% había oído hablar de la retinopatía diabética, una enfermedad que afecta a los vasos sanguíneos de la retina, que pueden terminar acumulando líquido y lípidos en la zona central de la mácula, ese lugar que es responsable de la visión central nítida, produciendo lo que se denomina edema macular diabético (EMD).
Los más jóvenes consideran que el glaucoma es la causa de la retinopatía y no la falta de insulina. Así lo indica una encuesta auspiciada por Bayer con FEDE, la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria (RedGDPS) donde se cuestiona también sobre la EMD. Solo el 21% de los consultados conocían tanto la retinopatía diabética y este edema como su principal complicación. Son los mayores de 50 años los que mejor conocen esta asociación, con un 27%. El EMD puede afectar tanto a las pacientes con diabetes de tipo 1 como con diabetes tipo 2; sin embargo, solo uno de cada cinco consultados respondieron correctamente y la gran mayoría solo la acotaban a la de tipo 2.
Esta pérdida de visión se puede evitar con más prevención y un diagnóstico precoz. Se puede saber con una fotografía del fondo del ojo a través de retinógrafo. Sise diagnostica la retinopatía antes de que el paciente pueda tener síntomas, se le deriva al oftalmólogo para unas pruebas específicas de diagnóstico del edema macular, que se detecta mediante una tomografía de coherencia óptica, explica José María Ruiz Moreno, presidente de la SERV. Esa primera prueba es muy sencilla y la podría hacer una enfermera, aunque también es fundamental mejorarla formación de los médicos de familia en la lectura de la retinografía,apunta el doctor Joan Barrot, coordinador en Cataluña de la RedGDPS.
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