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Aitor Goikoetxea
MÁLAGA
Martes, 3 de septiembre 2019, 23:37
Los habitantes de Grisaleña no son de presumir pero, si se les retara a sacar pecho por algo, tendrían un puñado de insospechados argumentos entre los que elegir. A la sombra de su imponente torre defensiva, que una noche belicosa allá por el siglo XIV, ... en plena guerra civil castellana, sirvió de refugio a todo un rey, Pedro I, se elaboran unos quesos de oveja cuya fama ha traspasado la mismísima Gran Muralla china. De hecho, se comercializan en ese país. Sin embargo, en esta localidad del corazón de La Bureba, una comarca encajonada entre serranías y montes al noreste de Burgos, se preparan para dar de qué hablar por otro asunto tal vez menos épico, pero sin duda de narices: su Ayuntamiento está a punto de alumbrar el primer banco de olor con las 'huellas' aromáticas de buena parte de su escueto padrón, 35 vecinos.
Se preguntarán, claro, qué motivos pueden mover a un Consistorio a efectuar semejante cosecha de fragancias personales entre sus contribuyentes. La respuesta es sencilla: «Acelerar la búsqueda» en el caso de que un día, a causa de un accidente, un despiste o cualquier otra causa, no se encuentre razón sobre el paradero de alguno de ellos y así localizarles «cuanto antes». Para ello, el alcalde debutante de esa localidad, Aitor Goikoetxea –un guarda forestal con apenas un mes de bagaje al frente de la Corporación, por Ciudadanos–, ha firmado un acuerdo de colaboración con la Unidad Canina de Rescate y Salvamento (UCAS) de Arrate, un servicio ubicado en la población vecina de Cubo de Bureba y sustentado por una decena de voluntarios y tres perros adiestrados para seguir el rastro de humanos. Juntos se han propuesto conformar un «eficaz» dispositivo de búsqueda de personas, único en un país que cada día registra cuatro casos de desapariciones.
Los grisaleños se acaban de enterar de que van a hacer historia. Hace apenas una semana, el regidor les convocó a una reunión informativa en la que les sorprendió con la presentación de un novedoso programa bautizado 'No te pierdas'. Aunque en un principio todo fueron ceños fruncidos y muecas de extrañeza, admite Goikoetxea a este periódico, «en cuanto se lo explicamos les pareció una idea estupenda y muchos se decidieron enseguida a participar ellos mismos o a inscribir a sus familiares. Están entusiasmados». «Por supuesto, la participación es absolutamente voluntaria», matiza.
Sin perder tiempo, el Consistorio procedió a distribuir gasas esterilizadas entre los interesados con el mandato de que las llevaran encima durante todo un día y que, en ese tiempo, las manosearan a discreción y las usaran para contener los sofocos estivales, como si se tratara del clásico pañuelo de algodón. «Es muy importante que no dejen a nadie más tocarlas para evitar contaminaciones. Confundirían al perro», enfatiza el alcalde. El objetivo es que los tejidos se impregnen bien de la fragancia corporal de cada cual.
El miércoles arrancó la operación para compilar y archivar las muestras con una pintoresca romería a la Casa Consistorial, en donde los interesados han ido haciendo entrega de las gasas aromatizadas, introducidas convenientemente en envases similares a los que se emplean para la recogida de orina. «Esos botes se depositan a su vez en el interior de otros contenedores que, a su cierre, quedan precintados. A continuación, se identifican con un código de seguridad, de manera que las identidades de los vecinos quedan protegidas. Por último, el titular de cada muestra firma una autorización de uso de ese material», detalla Goikoetxea.
Los grisaleños se acaban de enterar de que van a hacer historia. Hace apenas una semana, el regidor les convocó a una reunión informativa en la que les sorprendió con la presentación de un novedoso programa bautizado 'No te pierdas'. Aunque en un principio todo fueron ceños fruncidos y muecas de extrañeza, admite Goikoetxea a este periódico, «en cuanto se lo explicamos les pareció una idea estupenda y muchos se decidieron enseguida a participar ellos mismos o a inscribir a sus familiares. Están entusiasmados». «Por supuesto, la participación es absolutamente voluntaria», matiza.
Aitor Goikoetxea. ALCALDE
Sin perder tiempo, el Consistorio procedió a distribuir gasas esterilizadas entre los interesados con el mandato de que las llevaran encima durante todo un día y que, en ese tiempo, las manosearan a discreción y las usaran para contener los sofocos estivales, como si se tratara del clásico pañuelo de algodón. «Es muy importante que no dejen a nadie más tocarlas para evitar contaminaciones. Confundirían al perro», enfatiza el alcalde. El objetivo es que los tejidos se impregnen bien de la fragancia corporal de cada cual.
El miércoles arrancó la operación para compilar y archivar las muestras con una pintoresca romería a la Casa Consistorial, en donde los interesados han ido haciendo entrega de las gasas aromatizadas, introducidas convenientemente en envases similares a los que se emplean para la recogida de orina. «Esos botes se depositan a su vez en el interior de otros contenedores que, a su cierre, quedan precintados. A continuación, se identifican con un código de seguridad, de manera que las identidades de los vecinos quedan protegidas. Por último, el titular de cada muestra firma una autorización de uso de ese material», detalla Goikoetxea.
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