Secciones
Servicios
Destacamos
La alarma saltó hace unas semanas cuando una familia de Amberes (Bélgica), que visitaba la web de la Universidad de Gante, se topó con el vídeo de la discordia. Formaba parte de un diccionario online de lenguaje de signos que había realizado una entidad flamenca en colaboración con la institución académica. La familia sintió la curiosidad de saber cómo se expresaba la palabra 'judío' en aquella lengua y pincharon para ver la imagen.
Para su sorpresa, el gesto que usaron para referirse a esta comunidad era el de una nariz grande y aguileña. Su asombro inicial derivó en una gran indignación, de la que se ha contagiado el mismísimo director general de Asuntos Exteriores de Israel, Yuval Rotem, quien ha sido muy elocuente en su cuenta de Twitter con un vídeo en el que, usando el mismo lenguaje, expresa: «Vergüenza».
Tal ha sido el revuelo que se ha formado, que la Asociación Judía Europea se ha visto obligada a intervenir y a exigir la retirada del documento. Su presidente, el rabino Menachem Margolin, ha denunciado públicamente la seña utilizada por ser «racista y estereotipada». Se trata de uno de los más de 10.000 términos que contiene esta guía online de la Universidad de Gante, que alberga en su web al Centro de Lenguaje de Signos Flamenco, reconocido por el Gobierno de Flandes como un espacio de «conocimiento y coordinación» de esta lengua en aquella región belga.
Según este diccionario, hay tres formas de referirse a los judíos en el lenguaje de signos: con una leve caricia en la barbilla, en clara referencia a la barba que suelen lucir (así lo hacen los británicos); describiendo los característicos tirabuzones de su pelo, o indicando con el dedo su singular nariz aguileña.
En la última modificación que se ha hecho de este compendio de signos, se ha agregado la aclaración 'connotación negativa' en los vídeos que muestran los gestos de los rizos y de la nariz. Sin embargo, parece ser insuficiente, ya que la Universidad de Gante sigue recibiendo solicitudes para que eliminen esas imágenes para siempre. «Podemos admitir la imagen que se proyecta del judío con los mechones rizados, aunque nos sigue pareciendo engañoso y falso», apostilla Margolin. «Pero lo que es inadmisible y no podemos aceptar de ninguna de las maneras es el vídeo donde recurren al gesto de la nariz grande y en forma de gancho para definirnos. Es humillante», sentencia el rabino.
En una carta dirigida a la Universidad de Gante, Margolin muestra su confianza en que «esos estereotipos no reflejen la política de esa institución académica ni de sus estudiantes», y pide a sus responsables una explicación y la retirada inmediata de los vídeos.
En vista de la polémica generada, Lisa Rombouts, portavoz del Centro de Lengua de Signos Flamenca, se ha comprometido en unas declaraciones realizadas al diario flamenco 'De Morgen' a publicar una nueva edición del diccionario donde se aclarará este asunto. «El signo en cuestión es probablemente la variante más antigua de ese gesto en un diccionario que lleva colgado en nuestra web más de 15 años. Desgraciadamente, no hemos podido actualizar el documento hasta ahora por falta de ayudas económicas. La primera la recibimos en 2018», se justificó Rombouts.
Según la información de la página web, el trabajo se realizó a finales de los años 90 por un grupo de investigadores de aquella universidad. Mediante cinco grupos regionales, recopiló todas las palabras que le suministraban colaboradores que empleaban el lenguaje. En total, grabaron 90 minutos de vídeo que ahora, tras la polvareda levantada con alguno de ellos, son objeto de crítica por la prensa israelí y la Embajada del país en Bélgica. A juicio de ésta, el vídeo de la polémica tiene como «único propósito la promoción de estereotipos antisemitas».
Al contrario de lo que pudiera pensarse, no existe una lengua de signos universal. Incluso varios países que comparten el mismo idioma hablado utilizan diferentes lenguas de signos. En España hay dos, la española y la catalana, y en el mundo, un total de 300. Cada una ha evolucionado de acuerdo con las necesidades de cada cultura: no es igual el signo para definir 'comida' en China, que usa palillos, que en España, que recurre al tenedor.
Sin embargo, algunas variantes de este lenguaje incluyen señas, que pueden resultar ofensivas, como el gesto de una barriga que se hace en Bélgica para referirse a la cerveza; el de la piel para referirse a los negros, o estirarse los ojos para hablar de un asiático.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.