Poco se conocía de esta compañía, vital para una empresa dedicada al desarrollo de software espía. Su huella digital es escasa. Asentada en Toledo, cuenta, ... según su página en la red social laboral Linkedin, con poco menos de 50 empleados o, mejor dicho, contaba, porque ha echado el cierre por bancarrota el pasado 23 de enero tras varios contatos publicos impagados.
En el momento de la redacción de este artículo, el sitio web de Mollitiam Industries sigue operativo, aunque no ha respondido a este periódico. Sus servicios no han alcanzado la repercusión de otros competidores en el mercado como la israelí NSO Group con Pegasus, pero sus servicios sí que han cruzado fronteras.
Más conocida al otro lado del Atlántico, Mollitiam Industries hizo negocio en Colombia con sus Invisible Man y su Night Crawler, dos software espías diseñados para extraer subrepticiamente datos de los dispositivos de destino, incluidas las aplicaciones de mensajería como Telegram y WhatsApp. Además, también permitían de forma remota activar las cámaras y el micrófono del dispositivo, robar contraseñas y registrar las pulsaciones de teclas.
El software supuestamente era capaz de infectar dispositivos macOS y Windows tanto de forma remota, ocultándose dentro de documentos de Office, como a través de una unidad USB. El malware también podría eludir el software antivirus y permitir a los oficiales militares infectar un número «ilimitado» de objetivos activos.
En 2020, varios periodistas de la publicación colombiana 'Semana' afirmaron ser víctimas de espionaje con estos software. Meses después se descubrió que el ejército de este país del sur de América tenía cerrados varios contratos con la firma toledana por valor de 860.000 euros al cambio actual.
Medio millón en España
En España, Mollitiam Industries, según los datos disponibles en la Plataforma de Contratación del Estado, ha logrado desde 2020, al menos, tres contratos que superan el medio millón de euros. El más alto de los tres está relacionado con una licitación «por el suministro de una plataforma de gestión de dispositivos móviles para dotar a las Unidades de la Guardia Civil». En total, 330.578,51 euros. El segundo, 250.000 euros por una licitación en 2022 para «la adquisición de un sistema de monitorización remota de comunicaciones de terminales móviles para dotar a la Unidad Central Operativa de la Jefatura de Policía Judicial de la Guardia Civil». El más bajo de los tres se cerró en 2020 con un contrato menor de 14.950 para facilitar a la Guardia Civil una «herramienta de monitorización de redes sociales».
Precisamente, hace dos años Meta advirtió de «una red de cuentas en Facebook e Instagram vinculadas a Mollitiam Industries, que anuncia un servicio de recopilación de datos y spyware dirigido a Windows, MacOS y Android». Ahora, el Pegasus español ya ha pasado a la historia del espionaje.
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