J. M. L.
Toledo
Martes, 26 de noviembre 2024, 00:31
Un equipo de investigadores busca familiares de los romanos que poblaron el yacimiento arqueológico de Noheda, en Cuenca, hace nada menos que 21 siglos. En concreto, a los descendientes directos de quienes vivieron en la villa romana de la localidad entre el siglo I antes ... de Cristo y el VI de nuestra era.
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La investigación se hará basándose en los restos óseos de nueve cuerpos hallados en cuatro tumbas de una pequeña necrópolis descubierta en la campaña de excavaciones del pasado verano. Con la ayuda del ADN se podrá establecer una relación filogenética con los actuales vecinos de los pueblos situados en el entorno de Noheda, en la Serranía de Cuenca y La Alcarria conquense, como Villar de Domingo García, Sacedoncillo, Valdecañas, Torralba, Bólliga o Bascuñana de San Pedro.
«Si alguien de esta zona cree que puede tener antecedentes romanos está invitado a partir de enero», dice el arqueólogo Miguel Ángel Valero, que ha dirigido las excavaciones.
El yacimiento de Noheda, situado a apenas 18 kilómetros de la ciudad de Cuenca, es conocido entre los arqueólogos de todo el mundo por albergar el mosaico figurativo más espectacular del Imperio Romano y más grande de la Hispania Romana. Fue encontrado en un salón de 960 metros cuadrados, el más grande documentado en el Imperio Romano y construido con 29 tipos diferentes de piedra y ladrillo.
Además, este verano se hallaron en Noheda un fragmento de escultura de bronce correspondiente a un pie que forma parte del conjunto escultórico -el más grande de toda Hispania y la Galia-, un collar de pasta vítrea originario de Egipto y mármol de distintos puntos del Mediterráneo.
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Esta decoración pone de manifiesto el poder adquisitivo y las relaciones comerciales y de poder que tenía el dueño de la villa, porque en ese momento histórico el comercio en el Mediterráneo estaba amenazado por la piratería y, no obstante, el propietario logró importar mármol.
A tenor de lo encontrado en esta villa, se sabe que su propietario era un rico ciudadano romano pues, además de sus nobles materiales de construcción, el complejo residencial contaba con termas y dos piscinas. Precisamente, en las excavaciones del verano se descubrió la cloaca que servía de desagüe para las dos piscinas, «un hallazgo de absoluta excepcionalidad al que hay que sumar el de seis monedas que cayeron en la canalización, que está en un buen estado de conservación», según Valero.
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Todos estos descubrimientos permitirán conocer cómo vivían en aquella época del Imperio Romano los pobladores de esta villa, tal vez antepasados de los actuales habitantes de la comarca conquense. La villa, convertida hoy en parque arqueológico, es visitable con reserva previa y guía y la entrada es gratuita hasta el próximo 31 de diciembre.
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