En su DNI responde a Begoña Pérez. Aunque pocos la identifiquen con su nombre completo. Desde hace cinco años, en redes sociales, 'Bego' es 'La Ordenatriz'. La 'Influencer' de manchas que ha conquistado a 1,4 millones de personas por sus útiles (e infalibles) trucos ... de limpieza. Tomate, grasa, chicles, malos olores y hasta vajillas deterioradas. No hay reto que se le resista a esta «organizadora profesional» y «madre de siete», como se presenta en su cuenta de Instagram. Su 'fórmula mágica' ya es el peculiar salvavidas de muchos hogares españoles y su libro ' Limpieza, orden y felicidad: Pequeños trucos para solucionar grandes desastres' (Editorial Planeta) sigue siendo un fenómeno de ventas. Este sábado (12.00 horas) estará en Málaga para impartir un taller en los jardines de Plaza Mayor, donde ofrecerá consejos sobre el cambio de armario de cara a la nueva temporada.
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Begoña estudió Publicidad y Relaciones Públicas y, hasta que saltó a la fama, trabajaba en un estudio de arquitectura e interiorismo con su marido. Madre de familia numerosa, durante la pandemia inició un ascenso meteórico en redes al calor del confinamiento. Sus efectivos consejos para eliminar distintas manchas no tardaron en hacerse virales. A día de hoy atiende un consultorio por mensajes privados desde su cuenta de Instagram, donde ha creado una gran comunidad de incondicionales. «Todo mi éxito, por llamarlo así, viene por las manchas. La gente no sabe cómo quitarlas y me piden ayuda», confiesa. ¿Su mantra?: Si una mancha no sale a la primera, repite el proceso y no te rindas en el primer intento.
Aquí va una selección de sus ocho consejos más populares:
Es su principal seña de identidad. Su bautizada como «fórmula mágica». Perfecta, defiende, para acabar con la suciedad de piezas que no se pueden lavar a máquina, aunque se puede usar de mil maneras. Su eficacia está especialmente demostrada en textiles: desde prelavado de sofás o sillones a asientos del coche o manchas rebeldes. ¿Lo mejor? Lo sencillo y accesible de sus ingredientes. Apunta su composición: medio litro de agua caliente, dos cucharitas rasas de jabón en escamas («si lleva glicerina mejor») y medio vaso de vino de amoniaco (50 ml) -«mejor si no tiene jabón incorporado»-. Este último puede sustituirse por vinagre de limpieza, «pero es menos eficaz», advierte. Se deposita en un bote pulverizador y se mezcla bien. Al usarla, es importante pulverizar sobre la totalidad de lo que vayas a limpiar y extender la mezcla con un cepillo nuevo (o solo dedicado a esto). «Si la zona es muy delicada, mejor hazlo con bayetas de microfibras», agrega Begoña.
Los malos olores son un mal común de las neveras domésticas. El problema, cuando aparecen, es lo que cuesta eliminarlos. Para que esta tarea no se torne en pesadilla, la Ordenatriz aconseja además de limpiar el depósito que acumula agua en la parte trasera, pasar una bayeta «empapada generosamente» en agua oxigenada, un producto que suele recomendar para eliminar también otro tipo de olores desagradables. Una vez que no queden alimentos dentro, hay que quitar las baldas y cajones, para limpiarnos en el exterior. Después, tras desenchufarlo, hay que fregar el interior a conciencia, con un lavavajillas y ayudándonos con un estropajo que no raye. Este proceso también hay que realizarlo en los elementos que hemos sacado fuera. A continuación, hay que pasar una bayeta de microfibra humedecida con agua oxigenada por todas las paredes. «El depósito de condensación, se limpia con una jeringuilla en la que se introduce un 50% de agua y un 50% de lejía alimentaria. Una vez finalizado este proceso, introducimos las baldas y cajones lavados y secos», enumera. Y un detalle importante, que suele pasarnos desapercibido: las gomas de las puertas: « Echándoles vaselina con ayuda de un papel absorbente cerrarán mejor y no dejarán salir el frío», apunta.
Hay manchas difíciles que si no tratamos a conciencia antes de recurrir a la lavadora probablemente no salgan. Entre ellas, unas de las más difíciles: las de bolígrafo o rotulador. Para combatirlas -y ganarles la batalla- Begoña aconseja actuar «cuanto antes» y si quedan restos, repetir el tratamiento prelavado. ¿Su remedio? Aplicar laca de pelo tanto por el frente como por el reverso de la prenda y después lavar normal. También recomienda probar echando directamente alcohol de 96º, poner la prenda remojada en leche entera tibia a 40º y dejarla 8 horas a remojo. Para los fluorescentes, plantea utilizar hielo, mientras que para los rotuladores de pizarras, unos de los más difíciles de eliminar, asegura que debemos alternar alcohol y quitaesmaltes, e incluso disolvente de pintura.
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Si tienes en casa una vajilla antigua cuarteada por el paso del tiempo, la Ordenatriz ha compartido recientemente un truco milagro que como demuestra, funciona. No ha tardado en hacerse viral, por su sencillez y efectividad. Solo se necesita agua caliente a 60 grados y percarbonato. Este último hay que añadirlo al agua previamente calentada a la temperatura indicada. «La proporción que yo uso son dos cucharadas de percarbonato por cada litro de agua, pero no es necesario que sea exacto», asegura. Una vez hecha la mezcla, basta con sumergir la pieza de la vajilla en el líquido y dejarlo actuar al menos un día entero. Si las grietas no desaparecen, conviene repetir de nuevo el proceso. «Este truco no cierra las grietas, pero las aclara disimulando casi por completo el efecto del craquelado», revela.
Se ha convertido en el electrodoméstico de moda. Un imprescindible en las cocinas a la hora de cocinar platos rápidos, sabrosos y saludables. Sin embargo, ¿sabemos bien cómo mantener la freidora de aire limpia tras su uso? La creadora de contenido tiene la clave para facilitarnos la vida y alargar su vida útil. Tras el uso diario -es decir, sin que la grasa esté muy incrustada- recomienda cubrir la rejilla con agua y añadir unas rodajas de limón. A continuación, seleccionar el programa de patatas fritas o calentarla a 200 grados durante 15 minutos. Finalizado este tiempo hay que dejar enfriar y, con la freidora desenchufada, aprovechar el vapor para limpiar el cajetín. Además, aconseja pasar un paño por la zona de las resistencias acabar de limpiar el cajón con el lavavajillas habitual, dejar secar y colocarlo de nuevo junto con la rejilla.
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Al que nunca le haya pasado, que tire la primera piedra. Sacar los bañadores del altillo de un año a otro y encontrárselos manchados o con las gomas pasadas. Para que no vuelva a pasarnos, la Ordenatriz ofrece unas claves para mantenerlos impecables. Lo primero es guardarlos en un sitio seco, sin rastro de humedad y nunca en bolsas de plástico (no les va bien). Además, recomienda espolvorearlos con polvos de talco para que la goma no se estropee ni pierda elasticidad. Para eliminar los cercos de protector solar tan solo hay que mezclar dos cucharaditas de jabón en escamas y una cucharadita de percarbonato y añadir agua caliente. A continuación, removemos y esperamos unos minutos hasta que la mezcla gelatinice. Una vez ya tenga la textura adecuada, extendemos sobre la mancha y dejamos que actúe durante treinta minutos. Para terminar, lavamos a mano y aclaramos muy bien. Para eliminar el color parduzco que los bañadores van cogiendo con el cloro, Begoña aconseja lavarlos a mano con un vaso de vinagre y dos puñados de sal. ¡Y voilá!
La bisutería muchas veces pierde su brillo, pero este sencillo truco permite recuperarlo en tan solo 5 minutos y con dos accesorios que todos tenemos a mano en casa. Tan solo se necesita un cepillo y una pasta de dientes. «La extiendes, dejas secar 5 min y pasas por agua para luego secar con un paño suave», explica Begoña. «Esta mezcla sirve para dorados, plateados, piedras, abalorios, etc. Lo único que tenemos que tener cuidado es con el tiempo debajo del agua, ya que si repetimos muchas veces, es posible que se termine despegando algún adorno», alerta. También sirve para hebillas de cinturón, apliques de zapatos y/o bolsos, etc. Para limpiar el oro, la Ordenatriz recomienda utilizar la piedra blanca (a la venta por Internet o en tiendas especializadas). En el caso de la plata, Begoña opta por bicarbonato y papel de aluminio: ponemos una capa doble de papel en el fondo de una olla y cubrimos con agua. Llevamos a ebullición y apagamos el fuego. Añadimos el bicarbonato (aproximadamente una cucharada grande por cada litro de agua) e introducimos los objetos de plata dejando actuar durante 10-15 minutos. «Para terminar, acalaramos con agua y sacamos brillo con un trapo de microfibra que es suave y no arañará la plata».
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Con la subida de las temperaturas regresan las temidas manchas de sudor en las axilas de las camisetas. Para evitar que las prendas se queden acartonadas por esta zona, la Ordenatriz recomienda echar bicarbonato y vinagre de manzana o blanco. Si a la primera vez no funciona, hay que repetir el proceso: echarlo, dejarlo actuar una media hora y aclarar. Además, recuerda que este truco también sirve como prevención, para que no se quede la zona 'dura' si ya sabemos que vamos a sudar mucho.
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