En los balcones cuelga un lema: «El Perchel no se vende». La nueva propiedad planea demoler estos edificios, lo que ocasionará el desalojo de sus ... inquilinos de una zona que adquiere una inédita centralidad. Pero en este barrio se resiste a desaparecer una forma de vida colectiva que el planeamiento urbanístico juzgó en su día digna de protección. Porque en el caso del Plan Especial del Perchel Sur no sólo se prescribió «la recuperación y conservación de la estructura urbana y su tipología edificatoria mediante procesos de rehabilitación», sino también «el mantenimiento de la población existente». En otras palabras: el arraigo de los moradores en su barrio es valor urbanístico y condición de ordenación. Claro que eso fue cuando Urbanismo se definía como «la disciplina de ordenar las ciudades adecuándolas a las necesidades del ser humano concebido, a la vez, como individuo y como ser social». Quizá eran otros tiempos.
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