Carlos García-Galán, junto a la plataforma de lanzamiento 39 B del Centro Espacial Kennedy, en Florida. SUR
Misión Artemis I

Carlos García-Galán: «Participar en esta misión a la Luna es un sueño hecho realidad»

El ingeniero malagueño, que lleva 16 años trabajando en el Proyecto Orion de la NASA, se prepara para el lanzamiento este lunes de una nave no tripulada

Sábado, 27 de agosto 2022, 00:27

Lleva 16 años trabajando en la próxima misión a la Luna. Y este lunes es el día. A las 13.44 horas (en España) empezará la cuenta atrás para probar todos los sistemas de la nave Orion y del cohete SLS (Sistema de Lanzamiento Espacial), ... el más grande jamás construido (mide 111 metros de altura y pesa 130 toneladas), sobre el que será lanzada al espacio para después viajar miles de kilómetros hasta la órbita lunar. Carlos García-Galán (Málaga, 1974), que estudió Ciencias del Espacio e Ingeniería Aeroespacial en el Florida Institute of Technology y que con solo 23 años entró en la NASA, se preparó para un sueño que está a punto de hacer realidad.

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De camino al Centro Espacial Kennedy, en Florida, atiende a SUR y comparte sus sensaciones a horas del lanzamiento en la plataforma de despegue 39 B. Sorprende su aplomo. Los años en el centro de control de misiones de la Estación Espacial Internacional, en Houston, le entrenaron para situaciones límite y dominar la ansiedad que puede generar una gesta de tal magnitud. «Estás tan concentrado en tantas cosas que tienen que salir bien que no hay margen para ponerse nervioso. Quizá, cuando se acerque la hora, ocurra, pero por ahora, duermo a pierna suelta», bromea este ingeniero veleño, quien describe el «excitante» ambiente que vive la zona. «La atención mediática ha desbordado todas la previsiones de la NASA, no hay disponible ni una habitación de hotel y todas las calles lucen cartelería apoyando el lanzamiento», relata.

El programa Artemis, que tiene como fin llevar de nuevo al hombre al satélite terrestre y establecer allí un campamento base en el que vivir hasta dos meses seguidos, se desarrollará en tres fases. Este lunes, si todo sale bien, tendrá lugar la primera. No obstante, de producirse algún contratiempo, la NASA ya ha previsto las fechas para nuevos intentos. Serían los días 2 y 5 de septiembre, incluso contemplan volver a hacerlo a finales de septiembre. Aún así, García-Galán confía en que no haya que abortar la misión.

Este lunes se enfrentan a un viaje no tripulado, una especie de ensayo general de otro lanzamiento que volverá a repetirse en 2024 (Artemis II), aunque en esa ocasión será con astronautas a bordo, entre ellos, una mujer. En ese viaje también permanecerán en la órbita lunar y no será hasta 2025 (Artemis III) cuando se produzca el alunizaje de la nave Orion y el mundo asista de nuevo a la llegada del hombre a la Luna 56 años después de que Neil Armstrong pronunciase aquella mítica frase: «Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad». «Desde la misión Apolo 11 no hemos hecho nada parecido. Lo seguimos recordando como algo gigantesco y cuando reparo en que he participado en un programa que va a ser trascendental para la NASA, la exploración espacial y la humanidad me emociono», confiesa el malagueño.

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En Artemis I, está previsto que la nave Orion se separe de la última fase del lanzador ocho minutos después del despegue y, dos horas más tarde, de la etapa de propulsión criogénica. A partir de ese momento, viajará un total de 2,1 millones de kilómetros impulsada por su módulo de servicio, construido por la Agencia Espacial Europea (ESA). La cápsula completará tres órbitas lunares y en una de ellas se acercará hasta 97 kilómetros de la superficie del satélite. La misión acabará con el amerizaje de la Orion en el Pacífico, frente a la costa de San Diego.

Serán 42 días, a los que seguirán los de análisis de la misión. «Aún habrá que esperar para escapar con la familia de vacaciones», desliza. Asegura que sus dos hijos empiezan ahora a darse cuenta de la envergadura del proyecto en el que ha trabajado su padre y que tantas horas le ha restado de estar con ellos. «Han sufrido mis innumerable viajes, horas interminables de trabajo, mudanzas, por eso este proyecto, en parte, también es suyo», subraya el ingeniero.

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La nave espacial tiene tres objetivos principales: demostrar que puede regresar a través de la atmósfera de la Tierra de manera segura; que puede trabajar de forma constante en un 'entorno de vuelo' desde el lanzamiento hasta el amerizaje; y, finalmente, que puede mantener a salvo a los astronautas tras la reentrada. De forma adicional, la nave tomará fotografías de sus paneles solares para mantener la atención de la sociedad sobre el viaje.

García-Galán reside ahora en Cleveland (Ohio), donde se ha mudado recientemente desde Houston. En esta última ciudad ha permanecido casi dos décadas trabajando en el Centro Espacial Johnson. Ahora lo hace en el Centro de Investigaciones Glenn (uno de los diez que tiene la NASA), donde ha dirigido a todo el equipo que se ha encargado de la integración del módulo de servicio europeo, desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA) en colaboración con la empresa Airbus.

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No obstante, durante la misión Artemis I, estará al frente del equipo de ingeniería con el que trabajó en estos últimos años (desarrollaron todos los sistemas de la nave espacial para dar soporte al equipo de operaciones) en el control del lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida).

Si todo sale bien se habrá dado un paso más en el programa Artemis, enmarcado en otro mucho más ambicioso, que es el Programa Orion, cuyo objetivo final es llevar al hombre a Marte en un década. Por el momento, la cuenta atrás ya ha comenzado.

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Un Snoopy de peluche como 'pasajero'

Cuando el lunes un Snoopy de peluche empiece a flotar en la nave de Artemis I, los ingenieros de la misión sabrán en tierra que la Orion ha escapado de la gravedad terrestre. El famoso perro creado por Charles Schulz viajó por primera vez al espacio en 1990 a bordo del transbordador Columbia, pero la vinculación del personaje con la NASA es muy anterior. La agencia entrega desde 1968 la insignia Snoopy de Plata a quienes en tierra más contribuyen al éxito de las misiones tripuladas. Todas las insignias las ponen astronautas y todas han volado antes al espacio. Por eso, Artemis I despegará con un paquete de Snoopys de plata para futuros reconocimientos. El peluche irá, por su parte, ataviado con el uniforme de vuelo naranja, guantes y botas. Junto a él viajarán otros 'pasajeros', tres maniquíes. Uno de ellos, bautizado como 'Comandante Moonikin Campos', ocupará el asiento del comandante y estará equipado con dos sensores de radiación. Además, llevará el traje espacial que los astronautas vestirán durante el lanzamiento, la entrada y otras fases dinámicas en misiones venideras. Lo acompañarán 'Zohar' y 'Helga', apodados 'los fantasmas', que son dos torsos, uno con chaleco protector y el otro no para comprobar cuánta radiación pueden recibir los astronautas.

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