Un hombre mata a su mujer y dos hijos menores y se suicida en Úbeda

Al llegar, la Policía Nacional encontraba el cadáver del suicida, en el exterior, y en el interior al muchacho que agonizaba. De la vivienda, nadie más había salido. Mientras trasladaban al único superviviente al hospital más cercano, el San Juan de la Cruz, los agentes entraron al lugar del suceso. En una habitación encontraron al menor de los hijos de una pareja aparentemente «normal», en la que nunca había mediado una denuncia por malos tratos, según el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). Ella tenía 47 años y él, 52.

Los agentes certificaron que el niño había sucumbido a las heridas causadas por un cuchillo blandido por su padre, según las conjeturas de los testigos. A pocos metros, en el salón, la mujer también yacía sin vida, con laceraciones similares a las de los dos hijos, según la Delegación del Gobierno, dato confirmado por fuentes policiales a este periódico. La familia vivía allí de alquiler y preparaba su mudanza a un nuevo domicilio, para el día siguiente.

En el hospital, mientras se inspeccionaba su casa, el joven de 17 años fallecía. Un crimen «horroroso, incomprensible, que nos tiene consternados, tristes», definió la alcaldesa de Úbeda, Antonia Olivares, que ha decretado tres días de luto. La familia, proveniente de la localidad de Villacarrillo, tenía poco tiempo residiendo en esa calle de pisos de nueva construcción, con doble fila de coches, donde algunos amigos y familiares intentaban traspasar el cordón de seguridad antes de que los servicios forenses se llevaran los cuerpos, y el servicio de limpieza borrara la huella del cuerpo del hombre que, como tantos que han perpetrado asesinatos machistas, se suicidaba.

El caso está bajo secreto de sumario, pero todos los indicios apuntan al crimen machista. El asesino de Úbeda responde a uno de los perfiles más comunes del crimen machista. Actuó un domingo, el día más frecuente para quitar la vida a la mujer con la que se mantiene el vínculo matrimonial en la mayoría de estos casos. Lo hizo en el domicilio que compartían (más del 80% de los feminicidios suceden allí). Eligió un arma blanca (más del 50% de los casos de los últimos diez años).

El hombre acabó también con la vida de los hijos, que quizás salieron en defensa de la madre, lo que confirma una «conducta homicida cargada de ira y extrema violencia», como lo analizan los informes del Consejo General del Poder Judicial. Como la casi cuarta parte (22%) de los agresores machistas, el de Úbeda se suicidó. Su perfil se asemeja al de otros asesinos suicidas: con una edad media de 50 años, el 70% suele vivir en pueblos y ciudades pequeñas y tienen nacionalidad española.

Como un microcosmos, la ciudad donde ha ocurrido el triple crimen, Úbeda, refleja la situación de la violencia de género en España, donde ya se han cometido 1.054 asesinatos de mujeres por parte de sus parejas desde 2003. Allí existen distintos departamentos públicos encargados de la protección y el asesoramiento de las víctimas del machismo, a los que casi 1.000 mujeres han acudido este año a buscar atención. De ellas, una tercera parte eran nuevas usuarias.

Este año 2020 han sido asesinadas 21 mujeres por sus parejas o exparejas, cinco durante el estado de alarma, y tres menores han perdido la vida a manos de sus padres. A los dos niños de Úbeda se suma la niña de 3 años asesinada junto a su madre en Llobregat, Barcelona.