

Secciones
Servicios
Destacamos
En plena sexta ola de coronavirus, con récord de contagios por la irrupción de la nueva variante Ómicron y la mayor interacción social por las fiestas navideñas, la Clínica Universidad de Navarra desarrolla un ensayo clínico pionero en el mundo que podría reducir al mínimo la posibilidad de que las personas infectadas con Covid-19 puedan contagiar a otras en las fases iniciales de la enfermedad.
El tratamiento, rápido e indoloro, se basa en la fotodesinfección nasal para destruir el virus alojado en la nariz del paciente contagiado (aquí la replicación del patógeno es más activa en los primeros días) y así evitar su transmisión al resto de la población.
Al frente del mismo, el malagueño Alejandro Fernández-Montero (Torremolinos, 1978), especialista en Medicina del Trabajo de la Clínica Universidad de Navarra y coinvestigador del ensayo, junto a otra decena de especialistas en enfermedades infecciosas y microbiología, Medicina Interna y de Medicina del Trabajo.
Aclara que se trata de un antiséptico local, «como el que aplica 'betadine' a una herida, pero en este caso se hace con una tecnología de fotodesinfección basada en una terapia fotodinámica dirigida al principal reservorio del SARS-CoV-2, que es la mucosa nasofaríngea», ilustra este experto, que tras desarrollar sus estudios de Medicina en aquella universidad y acabar su residencia de Medicina del Trabajo en Granada, trasladó su residencia hasta tierras navarras. Allí trabaja desde hace 13 años como médico y docente, desarrollando proyectos de investigación como el que le llevó hace cuatro hasta la Universidad de Harvard para ahondar en el estudio de la promoción de la salud con dieta mediterránea y ejercicio físico.
Pero ahora está volcado en este ensayo clínico, que arrancó poco antes de la Navidad y se encuentra en fase de reclutamiento. Esperan concluirla en el mes de febrero. Ya cuentan con 20 personas, pero la idea es alcanzar una muestra de 100 «para tener una muestra suficiente para aleatorizar al grupo intervención y luego compararlo con el grupo placebo, y ver así si hay diferencia en esta reducción temprana de la carga viral», precisa Fernández-Montero. «Las personas que sí excluimos son aquellas que han pasado por alguna intervención en las vías altas o son alérgicas a algún producto de los utilizados en el ensayo. Y es que esta terapia usa un antiséptico local, que es azul de metileno y la clorhexidina, al que se le aplica un haz de luz con una determinada longitud de onda y también con capacidad antiséptica que la potencia».
Todos los participantes son mayores de 18 años, que no sufren un covid grave, pero sí son positivos con una alta carga viral. El tratamiento se aplica durante tres días (en tres ciclos de 4 minutos cada día) en enfermos que han dado resultado positivo en una prueba PCR y que no han requerido ingreso hospitalario. Se repite la PCR una vez concluye el tratamiento a los tres días, después a la semana y, una vez más, a las dos semanas después de iniciar la terapia.
A partir de ahí se recogen muestras tanto de la mucosa nasofaríngea como de la orofaríngea para comprobar hasta dónde llega la reducción en la capacidad de contagio del paciente. «Con este ensayo queremos probar si hay una reducción temprana y duradera de la carga viral alojada en la mucosa nasofaríngea que acorte el tiempo de contagio. El segundo objetivo es, partiendo de que hay suficiente evidencia científica de que las persona con mayores cargas virales tienen más riesgo de sufrir síntomas más graves o de padecer una infección por coronavirus más aguda, comprobar si al aplicar un tratamiento local sobre esta mucosas nasofaríngeas, los síntomas desaparecen antes o si se reduce el riesgo de sufrir un Covid grave», explica Fernández-Montero.
Los investigadores tienen esperanzas en que esta terapia para reducir la transmisión del Covid funcione, puesto que ya se usa en la práctica clínica desde hace más de diez años en pacientes que tienen que ser intubados para ser intervenidos quirúrgicamente y sufren una infección de vías respiratorias altas.
Durante la primera ola de la pandemia, los equipos de los programas de Terapia Génica y de Terapias Moleculares del CIMA (centro de medicina aplicada de la Universidad de Navarra) habían demostrado la eficacia de la terapia fotodinámica para la destrucción in vitro del SARS-CoV-2, unos trabajos dirigidos por los especialistas Cristian Smerdou, Gloria González y Antonio Pineda-Lucena y desarrollados en colaboración de la compañía Ondine Biomedical Inc.
Si los resultados del ensayo para Covid son positivos, esta terapia podría permitir «acortar la duración de los confinamientos con infección por SARS-CoV-2, generando un impacto positivo en la población, las empresas y la economía», subraya el especialista en Medicina del Trabajo, que añade: «Además, el ámbito hospitalario se podría beneficiar doblemente, disminuyendo el riesgo de contagio de los enfermos al personal sanitario, y acortando las bajas de los profesionales sanitarios o de los cuidadores de dependientes, que en situaciones de pandemia son imprescindibles».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Horarios, consejos y precauciones necesarias para ver el eclipse del sábado
El Norte de Castilla
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.