Martes, 28 de agosto 2018, 20:05
Con 9 años Yemel había decidido dar el paso más valiente de su vida. «Tenía tanto miedo cuando me dijo: 'mamá, soy gay'. Pero yo le contesté: 'te sigo queriendo'«, cuenta su desolada madre. Liberado de esa confesión y con el cariño de su madre, el niño decidió compartirla con sus compañeros.
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Pero su revelación desató un acoso irracional y sumamente duro en el colegio de Denver (Colorado), donde estudiaba. Los compañeros le dijeron que se matara. El pequeño no pudo soportar tal intimidación, un absurdo hostigamiento por parte de quienes fueron sus amigos que le llevó a sumirse en la más profunda tristeza. Sólo cuatro días después de haber comenzado las clases, Yemel decidió quitarse la vida. Presa del dolor, su madre ahora hace un llamamiento al resto de padres... insiste en lo importante que es educar a los hijos para que nadie por el simple hecho de confesar su orientación sexual vuelva a pasar por el insensato sufrimiento que le afligieron al suyo.
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