La justicia australiana absuelve al cardenal Pell de la condena por pederastia

Antiguo prefecto de la Secretaría de la Economía de la Santa Sede, lo que le convertía en uno de los más importantes colaboradores del papa Francisco, Pell siempre defendió su inocencia. Tras ser condenado en primera y segunda instancia, decidió recurrir al Alto Tribunal australiano después de ser considerado culpable de haber abusado sexualmente entre 1996 y 1997 de dos muchachos de 13 años que formaban parte del coro de la catedral de Melbourne, de la que en aquella época era arzobispo. Uno de aquellos chicos murió de sobredosis ya de adulto, pero su padre y la otra supuesta víctima acabaron llevando a Pell a los tribunales.

Tras conocer su absolución, el cardenal comentó que no le auguraba «ningún mal» a sus acusadores y que no quería que su liberación añadiera más «dolor y amargura» a esta situación. Las víctimas, por su parte, reaccionaron mostrando su «consternación y desconsuelo». La Red de Supervivientes de Abusados por Sacerdotes consideró en una nota «frustrante» la sentencia del Alto Tribunal.

El Vaticano no hizo pronunciamientos oficiales sobre la absolución de Pell, aunque el Papa realizó una llamativa declaración al inicio de su misa de esta mañana. «Hoy quiero rezar por todas las personas que sufren una sentencia injusta, con ensañamiento», dijo Francisco. La Santa Sede anunció hace meses la apertura de un «proceso administrativo» para examinar el caso del cardenal en la Congregación para la Doctrina de la Fe, la institución vaticana responsable de juzgar los delitos de pederastia.