Ideas para unas navidades más en casa que nunca

Este año más que nunca, la Navidad tiene que inundar los hogares. Porque la Navidad es tiempo de esperanza, de compartir, de creer que todo es posible gracias a la magia que envuelve a estas fiestas. Es tiempo de transmitir un extra de fuerza a las personas que lo están pasando peor y de recordar a los que se fueron, pero también es tiempo de compartir en familia, más aún ahora que las medidas y restricciones para combatir el coronavirus pasan por permanecer más tiempo en casa. ¡No dejemos que el covid arruine la Navidad!, diferente pero Navidad al fin y al cabo. Quizás sea el momento de rescatar tradiciones, de desempolvar viejas películas navideñas y de descubrir historias nuevas, de cantar villancicos y de atreverse con esas recetas que endulcen las fiestas.

Por ideas y propuestas que no sean y ahí van algunas que pueden ayudar a olvidar por momentos la crudeza de la pandemia. Eso sí, con responsabilidad.

Este año más que nunca hay que decorar la casa para, a falta de visitas, dejar entrar al espíritu navideño. Árbol de Navidad, Belén, espumillón, guirnaldas, pascueros... ¡Qué no falte un detalle! Y, como los besos y abrazos entre los convivientes están permitidos, ¿por qué no colocar muérdagos en diferentes lugares de la vivienda? También se puede compartir parte de esa decoración navideña con los demás, colocando en las ventanas luces blancas o de colores, así como pequeños poblados navideños, Reyes Magos o árboles de Navidad que se pueden hacer con cartulina blanca y pegarlos en los cristales. Se puede optar, del mismo modo, por colaborar entre todos en la elaboración de un árbol de Navidad distinto en el que se incluyan los deseos de cada uno de los miembros de la familia o un calendario de adviento con el que ir cultivando la ilusión hasta la llegada de Nochebuena.

Buen momento para hacer palomitas y sentarse frente al televisor con manta y calcetines de lana para disfrutar de películas recomendadas en estas fechas. Siempre es un buen momento para ver algunos clásicos como 'Qué bello es vivir' (1946), 'Solo en casa' (1990), 'Eduardo Manostijeras' (1990), 'Gremlins' (1984), 'Pesadilla antes de Navidad' (1993), '¡Vaya Santa Claus!' (1994), 'Rudolph, el reno de la nariz roja' (1998) o 'El Grinch' (ya sea la de 2000 o la versión más reciente de 2018). Más recientes son 'Elf' (2003), 'Una navidad de locos' (2004), 'Polar Express' (2004), 'Cuento de Navidad (2009), 'Frozen, el reino del hielo' (2013), 'Santa Claus & Cía.' (2017) o 'Los supermonstruos salvan la Navidad' (2019).

Pero además de las cintas ya conocidas, Netflix ofrece nuevos títulos de estrenos como 'Amor de calendario', 'Operación Feliz Navidad', 'La Navidad mágica de los Jangle', '(Re)cambio de princesa', 'Alien Xtraterrestre', 'Dolly Parton: Navidad en la plaza' y 'Crónicas de Navidad 2'. Algunos ya se han lanzado y otros lo harán en breve.

Para esos maratones de películas y teniendo en cuenta que se va a estar más tiempo en casa, preferible optar por la comodidad. Muchas son las tiendas que han includio en su colección de moda navideña, pijamas para toda la familia. Primark los tiene de todo tipo: con renos, copos de nieve o Mickey con gorro de Papá Noel, a partir de siete euros e incluyendo incluso modelos para perros. En Amazon y Aliexpress, hay donde elegir, y también se pueden encontrar en Carrefour.

Ya sea junto al árbol de Navidad, mientras se prepara la comida, en la hora de juegos por la tarde o, incluso, antes de ir a dormir, hay que ponerse en modo 'karaoke' y cantar villancicos. ¿Sabías que en España estos cánticos populares se difundieron entre los siglos XV y XVI, y servían para informar de los principales hechos que ocurrían en los pueblos hasta que la iglesia vio su potencial? Su nombre procede de «canción de villa» y quizás sea el momento de enseñar a los más peques de la casa de dónde provienen algunos de los villancicos más populares como 'El tamborilero', 'La marimorena' o 'Los peces en el río'.

Qué mejor que embadurnarse de harina y pasar un buen rato con los niños en la cocina preparando las típicas galletas navideñas. Se pueden optar por dos: las de jengibre o las de mantequilla.

Ingredientes para las galletas de jengibre:

500 g de harina

2 cucharaditas de jengibre molido

2 cucharaditas de canela molida

1/4 cucharadita de clavo molido o nuez moscada molida

3/4 cucharadita de bicarbonato de sodio

225 g de mantequilla a temperatura ambiente

200 g de azúcar moreno

1 huevo grande

170 g de miel o melaza

Preparación:

Se mezclan en un cuenco los ingredientes secos. En otro, se bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una crema. Se añade la miel y el huevo, y se mezcla, y finalmente se agregan los ingredientes secos que se guardaban en el primer bol. Se amasa todo hasta obtener una masa homogénea, algo pegajosa. Se deja reposar en un recipiente hermético fuera de la nevera unas dos horas. Pasado este tiempo, se extiende la masa con un rodillo entre dos hojas de papel de hornear. Se mete en el congelador durante unos 10 minutos y se cortan las galletas usando moldes con las formas que se les quieran dar. Se hornean a 180°C en horno precalentado entre 11 y 15 minutos para piezas de gran tamaño, y de 6 a 8 minutos para piezas pequeñas. Un indicador de que están listas es que los bordes adquieran un color marrón.

Ingredientes para las galletas de mantequilla:

La segunda opción son las galletas de mantequilla, que podemos aromatizar con ralladura de limón o naranja, esencia de vainilla, o incluso reemplazar una pequeña parte de la harina por cacao para hacerlas de chocolate. Con estas cantidades os salen unas 20 galletas.

Ingredientes

250 g de harina

125 g de mantequilla a temperatura ambiente

125 g de azúcar

1 huevo

Se pueden aromatizar con ralladura de limón o naranja, esencia de vainilla, o incluso reemplazar una pequeña parte de la harina por cacao para hacerlas de chocolate.

Preparación:

Se bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una crema. Se añade el huevo y se mezcla todo. Después la harina y se amasa hasta obtener una masa lisa y suave. Se envuelve en 'film' transparente y se guarda en la nevera durante unos 30 minutos. Transcurrido ese tiempo, se extiende la masa con un rodilo entre dos hojas de papel de hornear. La masa extendida resultante se mete en el congelador durante unos 10 minutos y luego se cortan las galletas utilizando los moldes deseados. Hay que hornearlas a 180ºC en horno precalentado durante unos 10 o 12 minutos, hasta que los borden estén dorados.

En cuanto a la decoración, ahí ya entra en juego la imaginación usando, entre otros ingredientes, azúcar glas; fideos o cristales de azúcar de color rojo o blanco; bolitas de azúcar... También son muy útiles los lápices pasteleros del Dr. Oetker que facilitan a los más pequeños la tarea.

Este año, las grandes reuniones no se podrán celebrar. Se mantendrán muchas de las restricciones impuestas para intentar frenar el coronavirus. Muchos abuelos y abuelas se quedarán en casa y habrá familiares lejos del hogar. Por ello, más que nunca hay que estar presentes. Las nuevas tecnologías nos permiten estar en contacto, incluso vernos a través de videollamadas, pero qué mejor regalo que dedicar unas postales navideñas originales y hechas a mano para felicitar la Navidad y hacer sentir especiales a las personas que queremos. Seguro que les encantará recibirlas en casa por correo, a la antigua usanza.

Como tiempo no va a faltar, puede ser un buen momento para sumergirse en Internet y descubrir cómo celebran la Navidad en otros rincones del mundo. ¿Sabías que en Filipinas comienzan las fiestas en septiembre? ¿O qué en Japón cambian las comidas o cenas en el calor del hogar por el pollo frito de KFC? ¿O qué en Australia la mayoría celebran la Navidad con barbacoa y chapuzón en la playa?

Si todos los años, escribir la carta a los Reyes Magos es uno de los momentos preferidos de los niños, aún más tiene que serlo este 2020. Hay que preservar la ilusión de los pequeños y alejar la idea de que quizás no puedan hacer el reparto de regalos porque son mayores y el coronavirus está ahí fuera. Al fin y al cabo, sus Majestades de Oriente son mágicos, ¿no? ¿Qué les podría afectar? Pero este año, se puede pedir a los niños que, además de enumerar los regalos que esperan recibir el 6 de enero, incluyan una petición muy especial para aquellos a los que la pandemia ha azotado con más dureza o dejen plasmado en la carta ese deseo que esperan que se cumpla en un futuro no muy lejano.

Al tomas las 12 uvas, empiezan a rondar en la cabeza esos propósitos para el nuevo año. Pero, ¿qué tal si los de 2021 se comparten en familia? Se puede hacer a modo de juego, escribiendo cada uno su propósito en un papel e intentar adivinar entre todos quién lo ha escrito. O se pueden plantear en una charla amena en la que también hacer balance del año que nos deja intentando buscar lo positivo. Quizás cueste encontrarlo, pero seguro que algo hay que se puede destacar. Es una buena manera de conocerse un poco más, desahogarse, hablar sobre nosotros como familia y sobre cada uno en particular, incluso, evaluar en qué se ha avanzado y en qué se puede mejorar. Para finalizar se puede escribir una frase que sirva de guía para ese propósito de Año Nuevo y colocarla en un lugar visible para leerla siempre que haga falta.

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