Septiembre es sinónimo del regreso a la rutina después del verano y las vacaciones, de cambios de armarios y de temperaturas y por supuesto de la vuelta al cole. Y con ella se reactivan los grupos de padres de WhatsApp, que en los últimos años ... se han convertido en una herramienta indispensable de comunicación, y que han dejado obsoletos a las clásicas circulares o correos electrónicos para informar desde el centro de las posibles novedades.
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Estos chats sirven para estar al día de lo que ocurre en las aulas de los escolares, aunque en ocasiones se mezclan más temas de los que se deberían y olvidan el motivo para el que fueron creados. Tanto es así que incluso la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) ha llegado a advertir, a través de su servicio del Defensor del Menor, que ha crecido ostensiblemente el número de denuncias por insultos o difamaciones a profesores a raíz de estas conversaciones.
Para intentar evitar conflictos y conseguir que estos grupos sean lo más productivos posible, es recomendable tener presente estas pautas:
1
Utiliza el grupo de Whatsapp de la clase para intercambiar información útil sobre tu hijo y el resto de compañeros. Si no hay nada interesante que aportar es preferible no escribir, con lo cual contribuirás a que sea menor la cifra de mensajes a leer.
2
En ocasiones, por despiste del pequeño o porque ha faltado a clase, es habitual que los padres pregunten en el chat por los deberes para el día siguiente. En algunos colegios está prohibido hacerlo: los niños deben ir asumiendo sus responsabilidades y los progenitores no pueden convertirse en sus secretarios, no pueden llevar la agenda de sus hijos porque el resultado a la larga no es nada positivo.
3
Huye de críticas y comentarios nocivos. El grupo de la clase no debe ser el espacio utilizado para cuestionar al profesorado o a la dirección del centro. Es preferible morderse la lengua antes que arrepentirse de lo que se ha expuesto. Y si hay algún problema en particular con cierto docente, lo mejor es acudir directamente a él o ella, y no tratar de buscar apoyos en el grupo para ir en su contra. Tampoco es conveniente convertirse en cómplice, sino que es mejor atajar cuanto antes las críticas y mostrar tu desagrado ante la actitud de algunos miembros para así intentar promover un buen ambiente.
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3
Hay que respetar a los demás y tener cuidado con lo que se dice, porque una vez que se ha compartido ya no hay marcha atrás. No se deben escribir cosas que no se dirían a la cara: piensa dos veces antes de enviar ciertas opiniones, sea referentes a padres o niños de la clase o hacia el profesorado. Y por supuesto no compartas en el grupo contenidos que atenten contra la privacidad de nadie ni sea ofensivo hacia otros.
4
Si no estamos seguro de algo, es mejor permanecer en silencio hasta que se confirme, o en todo caso preguntar, pero no dar por ciertas situaciones delicadas que no hemos presenciado porque lo único que pueden acarrear es inseguridad y quebraderos de cabeza. Así que es mejor dejar a un lado frases del tipo «me han dicho que...», «me han contado que...».
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5
Puede parecer raro para algunos,pero hay padres que no quieren formar parte de estos grupos, sea ante el temor de la avalancha de mensajes innecesarios que en ocasiones se contabilizan o por otra razón. Por este motivo, es preferible preguntar siempre a alguien si quiere formar parte del grupo antes de agregarlo sin su permiso, para evitar conflictos.
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