Los grandes tiburones se beben el rioja

Pernod Ricard Winemakers Spain es el principal agente del vino de Rioja, con la comercialización de más de 30 millones de botellas con la tirilla de la DOCa -aproximadamente el 10% del conjunto de la denominación, aunque llegó a tener el 15%-, por lo que su venta supone una decisión trascendente para Rioja. Por volumen de comercialización, las bodegas de Pernod Ricard -Campo Viejo, en Logroño, AGE, en Fuenmayor e Ysios, en Laguardia- son las más influyentes en el sistema interprofesional de representación del Consejo Regulador de la DOCa, basado en la comercialización por volumen de ventas, con lo que ahora será el grupo australiano el principal operador de la región vitícola.

Lo ocurrido este verano no es un fenómeno nuevo. De hecho, algunas de las grandes compañías de Rioja ya pertenecen a fondos de inversión o a inversores internacionales -ver información adjunta-. Y otras, como es el caso de García Carrión o Félix Solís, pero también de CVNE o Ramón Bilbao, por ejemplo, son propiedad de grandes grupos vitivinícolas nacionales que sólo tienen intereses parciales en la comunidad autónoma, porque su presencia está consolidada en muchas otras regiones del país.

La salida voluntaria de la asociación de Bodegas Familiares de Rioja (con más de 200 pequeñas empresas representadas en las últimas elecciones) por desacuerdo con la política seguida por Rioja en la última década , junto con el descontento manifiesto de las pequeñas bodegas alavesas de ABRA, pone en evidencia que las decisiones de Rioja cada vez se toman más lejos de la región vitícola. En Cava, las históricas familias fundadoras de la DO, Raventós (Codornìu) y Ferrer (Freixenet) perdieron el control de sus compañías al ser adquiridas por fondos de inversión estadounidenses y alemanes. La DO catalana sufrió a continuación una importante crisis con escisiones de pequeñas bodegas mucho más vinculadas al territorio catalán.

¿Pasará en Rioja lo mismo que ocurrió en Cava? No tendría por qué, pero es evidente que el Consejo Regulador, que el próximo año celebrará su centenario dentro de una de las mayores crisis de sobreproducción de su larga historia, tendrá que esforzarse.

Bodegas y Bebidas, fundadora de Campo Viejo, fue el primer gigante vitivinícola español y protagonista en buena parte de la internacionalización en volúmenes importantes de los vinos españoles, y riojanos, en la segunda mitad del siglo pasado. Su origen está en Savin, una asociación de vinateros que controlaba gran parte del vino producido en el norte del país y que fue promovida por el empresario guipuzcoano Juan Alcorta y por Pepe Ortigüela, un riojano hecho a sí mismo nacido en El Villar de Arnedo.

Ambos construyeron con Josechu Bezares una gran bodega en Rioja con la marca Campo Viejo. En la década de los 80 la compañía pasó a denominarse Bodegas y Bebidas y el grupo fue sumando nuevas incorporaciones: AGE (1994), Tarsus (1998, en Ribera del Duero) e Ysios (2001), como firma 'boutique' diseñada por el arquitecto de renombre mundial Santiago Calatrava.

A comienzos del nuevo siglo, Allied Domecq, que ya tenía presencia en Rioja con una bodega propia en Elciego, pasó a controlar mediante una OPA amistosa Bodegas y Bebidas. Fue así como se convirtió en la compañía líder del vino español. Pernod Ricard, empresa líder a nivel mundial en bebidas espirituosas, vinos y champán, adquirió en 2005 Allied Domecq, manteniendo la denominación de Domecq Bodegas hasta que, finalmente cinco años después, la compañía adopta su nombre actual, Pernod Ricard Winemakers Spain.

Los nuevos propietarios de Campo Viejo son un consorcio de inversores que el pasado mes de febrero compró Accolade Wines, el segundo productor de vinos australiano, en un momento de grave crisis y de exceso de producción en el país, que se ha visto muy perjudicado en los últimos años por la imposición por parte de China de aranceles a sus botellas. Accolade Wines había sido adquirida previamente, en 2018, por el fondo de inversión Carlyle -propietario de Bodegas Bilbaínas en Rioja a través de Codornìu-, en un momento de auge para el vino australiano, mientras que AWL presionó a Carlyle comprando títulos con descuentos a otros accionistas.

Según informa Drink Bussines, los nuevos propietarios de Accolade ya habrían iniciado conversaciones con los productores australianos para renegociar los contratos de suministro de uva.

Codornìu (fundada por la familia Raventós) vendió la firma, incluida la centenaria bodega de Haro, al fondo Carlyle (Cepsa, Palacios, Garnica...) de Estados Unidos.

El gigante chino Changyu adquirió una participación mayoritaria de la compañía familiar de origen arnedano Faustino Rivero Ulecia en el año 2016.

El grupo Mercapital (fondo de inversión nacional) vendió bodegas LAN de Fuenmayor en 2012 a la compañía vitivinícola portuguesa Sogrape (Mateus Rosé).

Una de las primeras internacionalizaciones del sector de Rioja (1996) fue la compra por parte de Marie Brizard de la bodega de Fuenmayor Marqués de Puerto.

La centenaria bodega de Haro, fundada en 1886, es desde 2010 propiedad de la familia Baños Carrera, residente en México, aunque originaria de Badarán.

La antigua bodega de Alicia Rojas (Ausejo) la adquirió en el año 2014, así como la finca La Rad, de 800 hectáreas, un empresario francés de origen libanés.