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QUIQUE YUSTE
Segovia
Lunes, 9 de julio 2018, 16:32
En la gran mayoría de los casos, sobre todo si el mago es de los mejores del mundo, el truco suele acabar con la cara de asombro del público, incrédulo ante una situación irreal y sin explicación lógica que sucede delante de sus narices. ... Pero hay veces, muy pocas, en las que el ilusionista, acostumbrado a reír el último, debe poner cara de póquer al verse superado por la lógica. Es lo que le sucedió ayer a Víctor Cerro durante el festival 'El Espinar con M de magia', que se celebra durante todo el fin de semana en San Rafael, El Espinar y Los Ángeles de San Rafael, y que tuvo anoche su plato fuerte con la gala internacional en el teatro auditorio Gonzalo Menéndez Pidal, tal y como publica El Norte de Castilla.
Especialista en escapismo, mentalismo y magia extrema, Víctor Cerro se presentó el viernes en San Rafael avalado por varios récords mundiales y dispuesto a dejar a los vecinos de la localidad con la boca abierta gracias a sus trucos de escapismo. El primero lo completó sin dificultades. Se tumbó sobre cristales de decenas de botellas y permitió que una motocicleta de 350 kilogramos pasase por encima suyo sin que sufriera rasguño alguno. El segundo también concluyó de forma positiva para el mago cacereño, que logró soltarse de los grilletes que tenía en su cabeza y que estaban unidos a un coche de alta cilindrada justo antes de que el vehículo arrancase y cogiese velocidad.
Dos de dos para Cerro, que se dispuso a redondear su noche de escapismo con el último truco, en el que precisó la ayuda de tres vecinos de San Rafael. En esta ocasión, los tres voluntarios disponían de una cuerda de 75 metros con la que podían atar al mago como ellos quisieran. Daba igual la forma y la intensidad, ya que Cerro confiaba en poder escapar.
A diferencia de los dos anteriores retos, en los que el fracaso suponía un importante riesgo para la vida del mago, en esta ocasión el precio de fallar era económico, ya que se jugó 1.000 euros con sus tres captores a que lograba salir victorioso de un reto que ha realizado cientos de veces durante los últimos quince años, todas ellas con éxito para el ilusionista, aunque fuera por los pelos, como cuando fue atado por unos bomberos en León. Pero Cerro no contaba con la fuerza y astucia de los tres vecinos de una tierra gabarrera, que ataron al mago de tal manera que ni siquiera estuvo cerca de escapar. « Lo que ha sucedido demuestra que el peligro de mi magia extrema es real, lo positivo es que en este caso el peligro tan solo fue económico», indicó Víctor Cerro tras perder el reto y los 1.000 euros ante aguerridos vecinos.
Anoche, en la plaza del Ayuntamiento de El Espinar, Cerro cumplió con su palabra y entregó el dinero a los hombres que lograron dejarle inmóvil por primera vez en su carrera. Eso sí, el mago cacereño continúa buscando nuevos retos con los que sorprender al público.
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