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Álvaro Sánchez cree que falta espíritu crítico entre los jóvenes de su edad con respecto al sistema educativo. SUR
El adolescente que desmonta con un vídeo el sistema educativo actual

El adolescente que desmonta con un vídeo el sistema educativo actual

Álvaro Sánchez tiene 17 años y es de Zaragoza. Un trabajo suyo de clase subido a Youtube circula estos días entre los estudiantes malagueños y se ha convertido en referente para los críticos del modelo de educación vigente. Se rebela contra una enseñanza «obsoleta», que debería estar «orientada al futuro», pero que es la misma de «hace 200 años»

Viernes, 22 de febrero 2019, 20:31

«¿Cuántos de vosotros vais a tener que cocinar el día de mañana?, ¿cuántos de vosotros vais a tener sexo el día de mañana?, ¿cuántos vais a tener que llevar la economía familiar?». Álvaro Sánchez lanza una pregunta tras otra a sus compañeros de clase, que levantan la mano, expectantes. Él cierra la reflexión: «Estas cosas parecerán unas tontadas, pero nos las tienen que enseñar también». Apenas tiene 17 años y es de Zaragoza, pero su fama ha crecido a golpe de clic de Youtube y mensaje reenviado por Whatsapp. Desde hace un par de semanas, su cara empieza a resultar familiar en Málaga entre grupos de estudiantes y padres. ¿El motivo? Es el protagonista de un vídeo titulado 'Adolescente desmonta el sistema educativo actual', que se ha convertido en referente para aquellos críticos con el modelo de enseñanza existente.

Con una soltura y elocuencia que engancha desde el minuto uno, Álvaro sacude los cimientos tradicionales del funcionamiento de la enseñanza -«está obsoleta»-. Es la misma de «hace 200 años», se lamenta, y debería estar «orientada al futuro». El vídeo se subió a YouTube hace un año, cuando tenía 16, y es mucho más que un clip de diez minutos.

En una conversación telefónica con SUR desde su casa en Zaragoza, Sánchez analiza la repercusión de su discurso, que pronunció durante una clase de Filosofía. «La profesora nos pidió que hiciésemos propuestas de un modelo educativo diferente. Yo no tenía que hacerlo porque me convalidaban esa parte al pertenecer a un grupo de oratoria, pero me indigné mucho al ver que lo que estaban planteando mis compañeros estaba demasiado dentro de lo establecido». Airado, pidió a la docente participar en las exposiciones aunque no contase para nota, simplemente por mostrar las posibilidades del pensamiento crítico. La maestra grabó en vídeo su intervención y las redes sociales hicieron el resto.

¿Eres consciente del impacto de tus palabras? Tu vídeo ya circula entre los adolescentes de Málaga.

La verdad es que no, en Málaga en concreto no [ríe], aunque por redes sociales me están llegando muchos mensajes de felicitación por el hecho de que alguien diga las cosas que hay que decir. Está siendo una pasada, aún lo estoy asimilando.

Parece un chico normal con las dudas propias de su edad. No sabe a quién votará en las próximas elecciones generales, en las que estrenará su mayoría de edad (cumple 18 una semana antes de los comicios). Se considera «indignado con la política» y sus integrantes, que «pierden el tiempo» peleándose en vez de centrándose en los problemas de la gente. Tampoco tiene claro qué va a estudiar -«una carrera, eso seguro», pero aunque cursa Bachillerato de Ciencias no sabe si se decantará por las letras. Es miembro de Mep Alumni, un grupo de debate y análisis para estudiantes que sigue el modelo del Parlamento Europeo.

Su discurso

La principal idea que el estudiante sostiene en el vídeo es que el sistema educativo se ha desligado de los objetivos para los que fue concebido. En los primeros minutos pide a sus compañeros que destaquen para qué sirve la educación y entre todos acuerdan que su función es prepararles para «tener un trabajo», «aprender valores» y «ser autosuficientes», es decir, para componer «el futuro» de cada individuo.

Sánchez defiende que el sistema sigue «enfocado al pasado». En cuanto al trabajo, insiste en que a lo largo de Bachillerato han recibido «muchas charlas» laborales que no casan con lo que se imparte en las aulas: «Constantemente estamos viendo las competencias que se nos exigen en el futuro y son muy diferentes a las que aprendemos en clase». Y desgrana: «creatividad, liderazgo, capacidad de trabajar en equipo».. Álvaro cree que ese aprendizaje brilla por su ausencia. «¿Por qué derivadas, por qué sintaxis? ¿Por qué no danza o arte o cualquier otra cosa?». En su opinión, las materias vienen del pasado y se han ido heredando hasta la fecha. «Estamos en el confort de lo clásico y lo tradicional. Aprendo cosas que olvidaré después de verano; yo empollo mucho pero es la realidad».

Precisamente, uno de los momentos más críticos del vídeo es aquel en el que arremete contra un sistema basado en retener información. Y para demostrarlo, Álvaro pide a una compañera que defina el sistema nervioso periférico no sin cierta dificultad. Justo al lado, otro compañero coge su móvil y busca en segundos la respuesta exacta. «Retener información es inútil», todo el conocimiento del mundo está en Internet a «un clic».

En su discurso expone también el caso de Finlandia y su apuesta decidida y tan alabada por la educación, y pone en duda una estructura basada en colegios públicos, concertados o privados, ya que en su opinión el modelo debería ser igualitario, que convivieran alumnos de todas clases sociales como reflejo de la sociedad que encontrarán después.

Álvaro salta de un tema a otro con fluidez y va sembrando dudas sobre lo existente. Relaciona algunos de «los problemas actuales del mundo» –desde las guerras hasta la homofobia– con una enseñanza que flaquea en la transmisión de valores: «Pasamos en el colegio muchísimo tiempo y nadie nos está enseñando a adquirir unos valores de manera severa».

En su opinión, los cambios educativos deberían llegar «cuando la sociedad evoluciona», no «cuando lo diga un partido político»

En el vídeo también expone otras ideas, como el encorsetamiento que puede suponer el sistema educativo y que, en su opinión, altera por completo la naturaleza de los niños. Para Álvaro, en el desarrollo cognitivo, los pequeños son como «un árbol» que dibuja en la pizarra, cuyas raíces son «preguntas, inquietudes, curiosidad» que alimentan una copa viva y sana. Desde su perspectiva, tras pasar por las aulas nos convertimos en seres programados para dar respuestas a las mismas preguntas, aniquilando la necesidad de saber, convertida en la obligación de responder de forma mecánica. Mientras expone ese concepto dibuja un segundo árbol en la pizarra, esta vez seco.

Álvaro decidió hacer ese discurso sobre educación porque, asegura, es algo que llevaba pensando «mucho tiempo»: «No es fruto de un momento de inspiración, lo había meditado; cada vez que me siento a estudiar pienso que algo está mal y te planteas las cosas».

Sus soluciones

Álvaro no se limita a quejarse. En su discurso aporta soluciones. Una de ellas pasa por arrebatar el control de la educación a los políticos: «Cada cuatro años cambian las reglas del juego, cada cuatro años hay Gobierno nuevo y cambia todo». En su opinión los cambios educativos deberían llegar «cuando la sociedad evoluciona», no «cuando lo diga un partido político». Para ello, «como primera medida», crearía un organismo formado por profesores «que saben cuál es el ambiente en las aulas» y lo complementaría con profesionales y especialistas que sepan qué es lo que se requiere para alcanzar los puestos de trabajo del futuro.

¿Quitarías alguna asignatura?, ¿cuál añadirías?

Buah... creo que depende de lo que quiera cada uno... si estás orientado a una carrera o salida profesional concreta te puedes encontrar con asignaturas que no valen para nada. A mi compañero que quiere ser ingeniero, ¿de qué le sirve estudiar lengua en Bachillerato? Yo crearía un abanico más amplio. Que haya más pero se puedan elegir.

Y al ministro de Educación, ¿qué le dirías?

Que la educación es la base del futuro de un país. Enseñas a la gente del presente para elegir el tipo de futuro que se quiere para la nación. Hay que tratarla como tal.

En su tiempo libre le gusta ver series, leer, hacer deporte, escuchar música y estar con sus amigos, apunta entre risas, por lo previsible de la respuesta. Pero su inspiración, además de en los libros, también está en la plataforma de vídeos en la que se colgó su mensaje. «Me gusta mucho un yotuuber americano que se llama Prince EA, hace vídeos para reflexionar y me inspiró muchísimo; utiliza metáforas e historias».

Sus padres -él técnico de mantenimiento, ella empleada de una empresa de depilación láser- están orgullosos de la repercusión que su discurso está teniendo y de que pueda convertirse en un ejemplo de pensamiento crítico. El éxito de su vídeo le ha llevado a tener más de 6.000 seguidores en Instagram, donde ha subido otro clip en el que cuestiona lo que es normal y lo que no, según las bases de cada sociedad.

'Adolescente desmonta el sistema educativo' acumula ya más 200.000 visualizaciones, a las que hay que sumarle todos los usuarios que lo comparten de forma orgánica por WhatsApp y otras redes sociales (sin enlace). Pese a ello, Sánchez cree que hace falta espíritu crítico en el sistema educativo, principalmente por parte de sus compañeros. «Creo que todo esto quedará en que la gente verá el vídeo, se quejará, lo compartirá y seguirá estudiando 23 temas de Biología». No obstante, no pierde la esperanza de que su reflexión sea la base de un movimiento mayor con el que se consigan cambiar las cosas.

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