Acoso escolar: conocer para prevenir, con Marta Jurado

Que el acoso escolar sigue siendo uno de los problemas más graves a los que se enfrenta un niño en la etapa de la infancia o la adolescencia es un hecho que a estas alturas nadie discute, pero quizás este fenómeno adquiere un mayor eco social cuando saltan a los medios episodios concretos de acoso con los menores como protagonistas. Sucedió hace un par de semanas en un instituto de Málaga, cuando agentes de la Policía Nacional detuvieron a dos chicas de 15 y 16 años por hacer 'bullying' a una compañera de 14. La víctima llegó a plantearse incluso el suicidio y la detención de las presuntas agresoras tenía lugar sólo un día después de que la madre de la chica que sufría acoso se personara en la comisaría para interponer la correspondiente denuncia.

En este último gesto está la esperanza de los especialistas que luchan a diario contra esta lacra y que han empezado a ver «cómo cada vez se denuncia más porque hay menos tolerancia por parte de las familias ante estos hechos». Quien habla es Marta Jurado, especialista en mediación y acoso escolar que lleva años en la primera línea de 'bullying' y que celebra como un pequeño logro esta mayor concienciación entre alumnos, familias e incluso centros escolares, «que poco a poco van viendo la dimensión del problema aunque también es cierto que aún no le dan toda la importancia que tiene».

En ese trabajo transversal que integra a todos los implicados, además de a los especialistas, Jurado destaca un cambio en la forma de abordar estos conflictos que puede resultar más eficaz a la hora de avanzar hacia la solución: se trata de un enfoque basado en la búsqueda de «la responsabilidad conjunta en lugar del dedo acusatorio», propone Jurado. Que la víctima es víctima y el acosador, acosador, sigue constituyendo el punto de partida en el uso de estas nuevas herramientas contra el acoso, pero la especialista plantea una reflexión que no deja de tener su valor sobre todo cuando la información llega a los padres: «Cuando se insiste en ese dedo acusatorio es difícil llegar a una conclusión; porque no es lo mismo decirle a un padre que su hijo es malo y un acosador que plantearle de otra manera las cosas: dejarle ver que puede que su hijo no sea consciente del daño que está haciendo y que hay formas de reconducir las cosas», reflexiona Jurado. Es decir, intentar que las posturas que han de ir acercándose no se cierren en banda de partida, sino que «ese trabajo de grupo se haga desde la responsabilidad conjunta y no desde la culpa. Así se llega más lejos», sostiene la experta en acoso escolar, que abordará este escenario complejo del 'bullying' y la manera de prevenirlo en la conferencia 'Acoso escolar: conocer para prevenir', que se celebrará mañana jueves en el Colegio Oficial de Médicos.

En esa clave, la de (re)conocer el problema, reside uno de los antídotos más potentes con los que cuenta la familia para ser capaz de detectar si un hijo está siendo acosado o, por el contrario, se ha convertido en el acosador de sus compañeros. También ayuda saber cuáles son las principales edades de riesgo, ya que aunque el acoso se puede sufrir en cualquier tramo educativo, «la incidencia es más fuerte entre los 11 y los 14 años», advierte Jurado, quien deja sobre la mesa un último fenómeno que no hace sino agrandar el problema: «Esa edad suele coincidir con la entrada de los menores en redes sociales». Y ahí el acoso tampoco descansa. «Antes el 'bullying' duraba lo que duraban las clases. Hoy, sin embargo, no se puede desconectar».