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susana echevarría
Santander
Jueves, 15 de febrero 2018, 12:29
Solo un día después de hacerse pública la condena a doce años de cárcel para el pedófilo que abusó de su sobrina de tres años, la Guardia Civil ha informado de la detención a otro presunto depredador sexual: un hombre de 67 años y residente ... en Cantabria, que está acusado de abusar sexualmente de su hija adoptiva, durante más de 10 años, y de dos sobrinas cuando eran también menores.
Tras su detención y puesta a disposición del Juzgado de Guardia de Santander, el presunto pederasta ingresó en prisión el pasado 10 de febrero. Además, la Guardia Civil hizo entrega al juez de un ordenador portátil donde se sospecha que el detenido pudiera tener fotografías de su hija desnuda cuando aún era menor de edad.
El escabroso pasado de este sujeto quedó al descubierto el pasado 7 de febrero, el día que los agentes que forman el Equipo de la Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil de Cantabria mantuvieron un encuentro con una joven de 21 años, que denunciaba los continuos abusos sexuales de los que supuestamente había sido objeto desde los 8 años por parte de su padre adoptivo.
En ese momento comenzó una investigación de la que se ha podido saber que los abusos de este presunto depredador sexual comenzaron nada más ser adoptada la menor. Todo empezó con tocamientos cuando ambos se encontraban solos y siempre con la excusa de «que era algo normal y era un secreto».
A medida que la niña fue creciendo, estos abusos cada vez fueron más continuos y más graves, hasta llegar a mantener relaciones sexuales completas y todo ello pese a la negativa de la menor. El padre la asustaba diciéndole que si contaba algo «iba a destrozar la familia». Según explica la Guardia Civil, el control que este presunto pederasta ejercía sobre la niña era tan férreo que llegó incluso a prohibirle salir con sus amigas si se negaba a mantener relaciones sexuales con él. El detenido utilizaba diferentes coacciones y chantajes tanto para conseguir sus pretensiones, así como para que la pequeña no revelara lo que estaba sucediendo.
Estos hechos se alargaron hasta pasada la mayoría de edad de la joven, momento en que ella pudo ir apartándose de su padre. Era tal el miedo que cuando coincidían en el domicilio familiar la joven se encerraba en su habitación. Todo lo ocurrido le afectó en sus estudios y en su salud. Actualmente sufre pesadillas habituales con su padre, duerme muy poco, y cuando sueña con lo sucedido se enfada y se siente anulada.
La investigación también ha puesto al descubierto que el detenido presuntamente abusó de dos sobrinas hace unos 30 años, cuando las menores pasaban algún fin de semana con él o en periodos de vacaciones.
La Guardia Civil ha podido saber que una de sus sobrinas tenía unos 13 o 14 años cuando fue víctima de esos abusos, que no se repitieron al no haber más ocasiones en las que se encontraran a solas. Mientras que una hermana de la anterior también sufrió estos supuestos abusos por parte de su tío cuando tan sólo tenía unos 10 años y esto sucedió durante cuatro años. Todo esto llevó a esta joven a tener que recibir tratamiento psicológico para poder rehacer su vida.
La investigación, que continúa abierta, está siendo desarrollada por agentes especialistas del EMUME (Equipo Mujer-Menor) y del grupo de delitos contra las personas de la Guardia Civil de Cantabria.
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