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Los menores víctimas de violencia de género se sienten vulnerables y desarrollan gran desconfianza en las personas que les rodean. R. C.
El criminal más vil

El criminal más vil

Cada vez más menores son asesinados por sus padres. Los verdugos buscan así la más terrible de las venganzas: hacer daño a la madre. 2017 ha sido el peor año, con ocho niños muertos. Ahora un documental recoge el desgarro de esas familias

Lunes, 25 de junio 2018, 00:34

Fueron los 20 minutos más largos de su vida. También los peores, los más dolorosos y desgarradores. La pesadilla se repite cada noche desde aquel 23 de septiembre de 2013. Ese día se puso el contador a cero en la vida de Manuel Torres y de toda su familia. Su hija Estefanía no acudió a cuidar de su abuela como hacía diariamente y a su nieto Aarón, de cinco años, lo echaron en falta en el colegio. Algo no cuadraba. Las reiteradas llamadas de teléfono a Fany, como la conocían en el malagueño barrio de La Luz, nunca encontraron respuesta. Tampoco en su domicilio. Manuel no se lo pensó dos veces: cogió una escalera, la apoyó como pudo sobre la fachada del bloque y escaló hasta el primer piso para entrar por la ventana. Ante él, una escena aciaga. Sobre la cama, los cuerpos de Estefanía, Aarón y Miguel Ángel; este, en medio de los dos. Tocó a su hija y estaba helada. Pensó que los tres estaban muertos. Se equivocó. Su exyerno se incorporó de la cama y en tono amenazante le dijo: «Tú vas a ser el tercero». Ambos forcejearon durante varios minutos mientras Manuel, entre lágrimas, repetía '¿por qué?'. «Me dijo que si Estefanía no era para él, no era para nadie. Le pregunté: '¿Y el niño?'. Me contestó que lo había hecho para que no viera sufrir a su madre», recuerda en un entrevista exclusiva concedida a este periódico.

El terrible suceso ocurrió la noche anterior cuando, tras volver de cenar con unas amigas, Estefanía se encontró con su expareja, de la que se había separado ese verano, en la puerta de casa, donde la esperaba. Él nunca aceptó la separación y desde entonces la acechaba y hostigaba continuamente. Sería suya «sí o sí». El encuentro derivó en una fuerte discusión, en la que «con intención de acabar con su vida y en ejecución de un plan preconcebido», según recoge la sentencia, aprovechó un descuido y «por sorpresa» le clavó un arma blanca en la cabeza y luego la asfixió. Al pequeño Aarón su padre le obstruyó los orificios respiratorios.

El problema

  • Legislación. La aprobación de la Ley 8/2015 supuso un gran paso al reconocer a los menores como víctimas de los delitos de violencia de género y, por tanto, beneficiarios de medidas cautelares encaminadas a su protección

  • Documental. 'Colaterales'

  • Cifras récord. El drama de la violencia de género dejó el pasado año 43 mujeres y ocho niños asesinados. 19 menores quedaron huérfanos, 185 desde la ley de 2015.

El pasado año, ocho niños fueron asesinados a manos de sus progenitores en España. Es la cifra más alta de menores víctimas de violencia de género desde que en 2010 se registran estos crímenes, según la delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Datos inquietantes que ha llevado al equipo de Tele Producciones a involucrarse en una serie documental, cuyo primer capítulo, 'Colaterales', aborda este drama con la ayuda de familiares y profesionales del ámbito jurídico y sanitario.

Son cinco casos de niños españoles asesinados, más otros cuatro en los que la fallecida fue la mujer y sus hijos quedaron huérfanos. «Todos son muy peliagudos, porque han sido muertes muy trágicas, con un ensañamiento brutal y con un único fin: hacerle daño a la madre», apunta su directora, Sara Williams, quien reconoce la dureza de los testimonios y la entereza de algunas mujeres para relatar el calvario que sufrieron y el infierno que ahora viven sin sus hijos. Más de una semana estuvo el equipo sin poder hablar después de grabar la primera entrevista. Fue en Valladolid. ¿El caso? Una niña de tres años degollada por su padre el pasado año ante los ojos y la impotencia de su madre, a la que hizo una videollamada para que viera en directo cómo mataba a su hija. ¿Hay mayor maldad?

La fecha

  • 2015. Entra en vigor la ley que reconoce a los menores víctimas de violencia de género.

«Salimos llorando, rotos de dolor», rememora Williams. La madre les contó que su expareja la amenazó varias veces con matar a la niña, pero nunca pensó que lo haría. El patrón se repite una vez tras otra. «En el documental se muestra rota de dolor, con la mirada perdida, ausente, como si no fuera consciente de la realidad», relata aún conmovida la cineasta.

A cada uno le mueve algo diferente para sacar fuerzas y participar en el documental. Unos no quieren que se olvide lo que ocurrió, otros creen que no se ha hecho justicia con ellos, pero a todos les une la concienciación social. Buscan que la sociedad no mire para otro lado cuando sospecha de algún indicio de maltrato y que las leyes se cumplan. «No es necesario que se endurezcan, simplemente que se apliquen bien», subraya Williams.

Miguel Ángel, que asesinó a su pareja Estefanía y al hijo de ambos, Aarón. R. C.

El doble crimen de Estefanía y Aarón conmovió a Málaga, que salió a la calle para apoyar a la familia en su lucha: el cumplimiento íntegro de las penas. «Es duro recordar y remover sentimientos, pero en este documental queremos también reconocernos como víctimas colaterales, además de los pequeños huérfanos. Los familiares seguimos viviendo el drama; nadie me va a devolver a mi hermana y a mi sobrino, pero sería muy egoísta abandonar ahora que nuestro caso se ha cerrado tras morir hace unos días el asesino en la cárcel. Otras familias se merecen que se haga justicia con ellas», expone Jésica Torres, quien ahora respira aliviada sabiendo que quien mató a su hermana y sobrino ya no volverá a hacer daño.

Los otros tres escenarios de la producción audiovisual han sido EE UU, México y Alemania. Aquí, el ingeniero sevillano Sergio Oliva acabó en febrero de 2017 con la vida de sus hijos Miguel Ángel, de cinco años, y Leonardo, de cuatro, a los que apuñaló y golpeó con piedras de hasta dos kilos y medio de peso aprovechando el régimen de visitas. Como en la mayoría de los casos, Oliva no soportó que Yulia Lantukh lo abandonara y la amenazó con hacer lo mismo que José Bretón, en Córdoba. Nunca le dio crédito. Incluso decidió seguir a Sergio hasta Alemania pese a las advertencias de los amigos para que se lo pensara bien: «Sabíamos que él la maltrataba». De nada sirvió el aviso.

Habla una madre que presenció el asesinato de su hija por la videollamada que le hizo el padre

Desde Save the Children, que ha promovido la campaña 'Los últimos 100' para evidenciar que la violencia infantil es una realidad constatable en España, aseguran que muchas de esas muertes de menores son prevenibles. «Para eso, creemos necesaria la aprobación de una ley orgánica para la erradicación de la violencia contra la infancia, actualmente en tramitación parlamentaria», apunta Carmela del Moral, analista jurídica de los derechos de infancia de esta organización.

Ayuda mínima de orfandad

En su opinión, hay que dar pasos en ese sentido: primero, la suspensión y privación de la patria potestad en casos de homicidio o asesinato debería imponerse en todos los casos; segundo, la suspensión temporal del régimen de visitas desde que hay conocimiento de un caso de violencia de género; y, por último, la herramienta Biogén, que utiliza la policía para determinar el riesgo que corre una víctima de violencia de género, también debería contemplarse para los menores, «mucho más vulnerables y, en ocasiones, más en peligro que las mujeres».

La tragedia no acaba con la muerte de la mujer, sino que se prolonga en los huérfanos que deja. Son las víctimas colaterales de un drama, que pasan a depender de abuelos y tíos, aunque no siempre con la protección social y económica que precisan. «En ocasiones, si la madre no ha trabajado, solo reciben una pensión mínima de orfandad de 140 euros, muy lejos de los 600 euros que reciben aquellos cuyas progenitoras han cotizado más de 15 años. Por eso, estamos trabajando para que el Parlamento dé luz verde a un proyecto de ley para que todos los huérfanos víctimas de violencia de género reciban 600 euros y para que esta ayuda esté exenta de tributar a Hacienda», detalla Joaquín Tagar, promotor del fondo de becas de la Fundación Mujeres. Aunque lo realmente trágico, dice Tagar, es que hay familiares que consideran a estos menores testigos «incómodos» de un drama familiar. «Hay abuelos que descargan sobre el menor lo que hizo su hijo y eso es terrible», sentencia.

Yulia Lantukh junto a sus dos hijos, a los que mató Sergio Oliva. R. C.

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