Ola de calor: consejos para combatir las altas temperaturas

Al experimentar un golpe de calor los síntomas más frecuentes son los siguientes: Sudor intenso (que cesa después), sed intensa y sequedad en la boca, mareos, confusión y desorientación, piel seca, agotamiento y cansancio, vértigos, calambres musculares, dolor de estómago y falta de apetito, dolor de cabeza y agitación.

Un golpe de calor llega precedido por un aumento de la temperatura corporal (sin llegar a considerarse fiebre) y por un deterioro progresivo de la conciencia. El afectado deja de sudar y tiene la piel seca, lo que significa que su sistema de refrigeración empieza a no funcionar de forma adecuada. Cuando esto ocurre, se debe llevar a la persona que se encuentra mal a un lugar con sombra, lejos de los rayos de sol. Incluso, si es posible, bañarle con agua tibia, entre los 15 y los 20 grados y darle de beber si está consciente. También se debe llamar a los servicios de emergencia si la situación no mejora.

Lo más adecuado es tomar frutas, verduras frescas, sopas frías y gazpacho, así como evitar tomar bebidas alcohólicas y las comidas copiosas. No solo durante los días de más calor sino en general a lo largo del verano, para mantenernos bien hidratados.

Es recomendable cerrar bien las ventanas, cortinas y persianas más expuestas al sol en casa y encender el ventilador o el aire acondicionado. Si no se tiene permaneceremos en las estancias más frescas de la vivienda.

Se debe evitar salir en las horas de mayor calor (desde las doce de la mañana a las cinco de la tarde, aproximadamente) y usar gorra y gafas de sol, así como protección solar para la piel y ropa clara y de tejidos ligeros. Tampoco se recomienda practicar deporte en las horas centrales del día: es preferible hacerlo a primera hora de la mañana o a última hora de la noche.

Se recomienda llevar siempre una botella de agua por si se necesitara y llevar las ventanillas bajadas o el aire acondicionado puesto. Y bajo ningún concepto dejaremos a nadie (tampoco a las mascotas) en el interior de un coche cerrado.

Como norma general, la población debe aumentar -y en especial los niños y los ancianos- durante el estío el consumo de líquidos, especialmente agua, y evitar el abuso de bebidas azucaradas y alcohólicas. Hay que prestar atención a síntomas como el cansancio y la deshidratación y no descuidar la medicación crónica: los tranquilizantes, los diuréticos y otros fármacos pueden inducir cambios fisiológicos que recomienden un cambio de pauta. Por este motivo, hay que mantener los fármacos en un lugar fresco para evitar alterar su composición y efecto. En caso de duda, se debe llamar al teléfono de Emergencias 112 o acercarse al centro de salud más cercano si es posible.