La sorpresa con la que puedes encontrarte en la factura de la luz y encarecer el precio final

Pero esta 'excepción ibérica' lleva aparejada una compensación a las plantas que generan electricidad con gas por la diferencia entre el coste real y el coste topado que utilizan para hacer sus ofertas, como explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). De este modo, cada hora que se genera electricidad con gas, si su coste real es superior a 40 euros/MWh, se remunera a las productoras por esa diferencia. «Cuanto más caro sea el gas y más cantidad se emplee para producir, más elevada será la compensación», señala la OCU.

¿Y quién paga esa compensación? Según la normativa, el coste de esta compensación se reparte entre todos los usuarios del mercado eléctrico. Con una única excepción, los contratos con un precio fijo firmados con anterioridad al 26 de abril de 2022, ya que, como señala la OCU, al tener una tarifa fija, «tampoco se verían beneficiados por la potencial bajada de precios que debe producir esta medida en el mercado mayorista». ¿Por qué anteriores al 26 de abril? Porque fue la fecha en la que se dio a conocer que la UE autorizaba a España y Portugal a aplicar la 'excepción ibérica'.

Tanto si se tiene contrato con una comercializadora de mercado regulado como de mercado libre, y tanto si se tiene una tarifa indexada (como el PVPC) o un contrato con precio fijo formalizado o renovado con posterioridad al 26 de abril, la compañía eléctrica tiene que contribuir con esa compensación y esa cuantía se trasladará al contrato de los clientes como gasto añadido.

De ahí, que los consumidores que tenga contratada una tarifa fija posterior al 26 de abril o un contrato indexado variable se pueden encontrar con una nueva sorpresa en su recibo de la luz bajo el epígrafe 'tope precio del gas' o alguna nomenclatura similar. En el caso de los clientes con la tarifa regulada PVPC, también se les aplica este gasto, pero no viene como una cifra independiente sino que se incluye embebido en el concepto 'Coste de la energía'.

La OCU apunta, en este sentido que, en el mercado libre, las comercializadoras podrían arriesgar y estimar el coste de esta compensación para incorporarla en sus tarifas de precio fijo como un coste más. Así, el consumidor solo tendría que fijarse en el precio del kWh para comparar ofertas. Sin embargo, las compañías han optado mayoritariamente por separar el precio del kWh de la energía del importe de la compensación, lo que se traduce en que ofrecen y publicitan sus tarifas como siempre y luego indican, «con letra pequeña y en zonas no siempre visibles», puntualiza la organización, que a esos precios hay que añadir el coste de topar el precio del gas. Solo algunas pequeñas compañías han empezado a ofrecer precios finales que incluyen este coste adicional, por lo que el cliente sabe realmente a cuánto pagará el precio de la electricidad durante el periodo al que se comprometen a mantener el precio.

Pero son una minoría, por lo tanto, la OCU estima que en la práctica han dejado de existir los precios fijos, pues a estos hay que añadir un componente adicional variable que se mantendrá durante el tiempo en el que la 'excepción ibérica' esté en vigor. Un pago que además no es fijo sino que varía en función de la hora a la que se consuma y dependiendo de la cantidad de gas que se haya utilizado para generar electricidad y su precio, por lo que no se puede calcular cuánto engrosará factura de la luz mes por mes.

La OCU avisa que que todos los contratos con una comercializadora libre firmados o renovados desde el 26 de abril incorporarán este nuevo concepto en sus facturas, «cuyo importe en estos primeros meses está siendo muy elevado», asegura.