El cambio de norma que entra en vigor el 1 de enero y que encarecerá el precio de los coches nuevos

De este modo, Tráfico cambia de manera definitiva su método para medir la contaminación de los vehículos que será mucho más exacta con el nuevo estándar WLTP, independientemente de su motor.

Como explica la DGT, el objetivo es «acercar los consumos oficiales de combustible -los publicitados por los fabricantes y obtenidos en condiciones de laboratorio- a los consumos reales de los automóviles en carretera».

Por un lado, la nueva WLTP concede menos flexibilidad a los fabricantes para pasar las pruebas de homologación. Ya no se les permitirá, por ejemplo, retirar los asientos para reducir peso, eliminar los retrovisores para reducir la resistencia al aire y sobreinflar los neumáticos o desconectar la batería con el fin de ahorrar combustible.

Por otro, la nueva norma mejora el ciclo de conducción utilizado en dichas pruebas. «La norma antigua no se correspondía con la dinámica de conducción. El nuevo ciclo intenta reproducir la conducción en vías urbanas y en carreteras, a velocidades medias y altas. Se aproxima más a cómo conduce la gente», explica Víctor Valverde, investigador del departamento de Energía, Transportes y Clima del Centro Común de Investigación (JRC) de la Comisión Europea.

Tráfico apunta a que la introducción de la norma WLTP, mucha más restrictiva, puede suponer el encarecimiento de los vehículos que, con los nuevos valores de emisiones, suben un escalón en el impuesto de matriculación, si no se revisa el esquema de impuestos para ajustarlo a los nuevos valores como ha recomendado la Comisión Europea a todos los países miembros de la UE.

En este mismo sentido se pronuncia la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que señala que muchos coches nuevos pasarán a cotizar en un tramo mayor del impuesto de matriculación, incrementado su coste final. Según la OCU, si se quiere penalizar la contaminación que generan los motores de combustión, también deberían medirse las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y de las partículas en suspensión (PM), unos contaminantes especialmente habituales en los modelos diésel y los más perjudiciales para la salud.

La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) ha estimado incluso el porcentaje en el que puede aumentar los precios de al menos el 48% de los vehículos nuevos, concretamente, un 5% de media. Una cifra que la empresa de renting Arval rebaja en un punto al situar este incremento en un 4%.

El cambio normativo también afectará al impuesto de circulación. Vehículos que hasta ahora estaban exentos de su pago al estar por debajo del nivel de emisiones exigido por la NEDC, ahora tendrán que abonarlo y otros, que ya lo pagaban, saltarán de tramo impositivo.