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A estas alturas probablemente ya te hayas dado cuenta. Desde hace meses, muchas de las botellas de plástico y briks que consumimos tienen adheridos el tapón para evitar su separación. Se trata de un nuevo diseño de los envases -de imposición legal- que además se enfrenta estos días a una fecha límite marcada en rojo en el calendario. Será el próximo 3 de julio. A partir de entonces se requerirá que todos los cierres de envases de hasta 3 litros -ya sin excepción- estén permanentemente unidos al producto, marcando con ello el fin de la posibilidad de retirar tapones a rosca (y complicando la extendida práctica de beber a morro).
Pero, ¿cuál es el sentido de esta práctica? El origen hay que buscarlo en la ley estatal 7/2022 sobre residuos y suelos contaminados, orientada hacia una economía circular. El propio Ayuntamiento de Málaga, a través del perfil en redes sociales de la Empresa Municipal de Limpieza de Málaga (Limasam), ha dado una explicación al respecto. «El cierre adherido a los envases supone la implementación de varias normativas de la Unión Europea y de nivel estatal que buscan minimizar el impacto ambiental de estos residuos».
Desde hace meses, habrás notado que las botellas de plásticos y briks tienen adheridos el tapón.
— Limpieza de Málaga (@LimasamOficial) February 3, 2024
Te contamos los motivos de este cambio en el diseño de envases ♻👇🏻https://t.co/JkMJh83le9
Esta normativa está basada en una directiva europea de 2019 en la que se establece la necesidad de que la mayoría de los tapones estén conectados de manera permanente a sus botellas o envases, con el propósito de garantizar que el cierre se recicle conjuntamente con el resto.
La medida comenzó a aplicarse en nuestro país en octubre de 2022 de la mano de marcas como Central Lechera Asturiana. Sin embargo, las empresas aún tenían por delante más de año y medio de margen para acabar adaptándose a la normativa. En concreto hasta 3 de julio de 2024, cuando entrará en vigor la Ley Europea de Residuos.
El ecodiseño busca reducir el impacto ambiental de los productos a lo largo de su ciclo de vida, desde su concepción. En este caso, el tampón unido a la botella o brik se denomina cierre adherido. Y ha requerido de soluciones de ingeniería industrial que algunas marcas han ido adaptando en los últimos meses.
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