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Aprobada la nueva normativa que busca asegurar la calidad de la miel vendida en España

La OCU denuncia que en Europa se importa miel de otros países que no siempre cumplen con los requisitos exigidos. «Los fraudes están a la orden del día», aseguran desde la organización

Raquel Merino

Málaga

Viernes, 7 de febrero 2025, 00:12

Aunque la producción de miel en Europa es elevada -solo superada por China con más de medio millón de toneladas anuales- su demanda de consumo es aún mayor, por lo que también se importa al continente desde otros países, que suelen contar con otro tipo de regulaciones. Los apicultores europeos llevan denunciando desde hace años que se están vendiendo mieles en Europa que no cumplen con los requisitos que a ellos se les exigen y, por ello, reclaman un mayor control por parte de las autoridades.

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Como apunta la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el informe de la Comisión Europea de alertas alimentarias correspondiente a 2023, entre los productos que provocaron más denuncia por sospecha de fraude se encontraban la miel y la jalea real. Pero es que ya en 2021 y 2022, una investigación de la Comisión Europea sobre la miel comercializada en Europa revelaba que casi la mitad (46%) de los productos investigados no cumplían las exigencias de la Directiva Europea.

La OCU denuncia que se han detectado mieles en el mercado europeo que añaden jarabes de glucosa y fructosa que adulteran el producto y, en ocasiones, también se recurre al uso de aditivos y colorantes no permitidos en la miel. Asimismo, a veces no se indica cuál es su verdadero origen.

Novedades en la normativa de calidad

En España, desde 2020, cualquier producto envasado, incluida la miel, debe indicar obligatoriamente su país de origen. Pero la reciente aprobación por parte del Consejo de Ministros de un real decreto por el que se modifica la norma de calidad relativa a este alimento, incorpora ciertas novedades para adaptarse a la directiva de la Unión Europea tendentes a mejorar la información proporcionada al consumidor sobre el origen de la miel.

La principal novedad es que ahora se establece la obligación de indicar en el campo visual principal de la etiqueta el porcentaje que representa cada uno de los países de origen de la miel, en el caso de las mezclas. Es decir, no basta con decir los lugares de donde procede el producto envasado, sino que también hay que informar sobre el porcentaje que representa cada uno.

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Según indica el Ministerio de Agricultura, «con la incorporación de esta modificación a la legislación nacional, se pretende proteger y aumentar la competitividad de las mieles de origen español y reforzar el mercado nacional, al dotarlo de mayor transparencia e información, y posicionar los productos frente a las mieles importadas».

Como destaca la OCU, la modificación de la norma de calidad de la miel es una buena noticia para los consumidores pues recoge medidas que contribuyen a mejorar el producto que llega al mercado español. ¿Cómo? Garantizando que la miel no ha sido desprovista de las sustancias o ingredientes naturales que le confieren sus propiedades. Se elimina, por ejemplo, la variedad de miel filtrada, de modo que a aquella a la que se le haya retirado una parte importante del polen será considerada miel para uso industrial, y no podrá comercializarse directamente al consumidor final.

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No obstante, la OCU recomienda que para estar seguro del origen de la miel que se consume, «lo mejor es escoger mieles con DOP o con IGP (sellos vinculados a un origen protegido)», como DOP Miel de Málaga, DOP Miel de Granada, DOP Miel de La Alcarria, DOP Miel de Tenerife, DOP Miel de Villuercas-Ibores, o IGP Miel de Galicia.

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