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Ramón Muñiz
Martes, 1 de junio 2021, 15:19
Carmen S., de 71 años, permanece internada en el hospital Carmen y Severo Ochoa. A las 21:30 del domingo estaba dando su paseo de costumbre por una carretera de Cangas del Narcea (Asturias) cuando un oso la sorprendió, se puso sobre sus cuartos ... traseros y así, erguido, le propinó un zarpazo que la derribó. «Está estable, animada, con ganas de retomar su rutina y su huerto», informan sus familiares. «Me tocó a mí como le podía haber pasado a otro», les ha repetido durante los horarios de las visitas.
Los facultativos tenían previsto someterla este martes a una intervención por la rotura de cadera que padece tras el suceso, pero han resuelto no someterla a más estrés y esperar a que se siga reponiendo del resto de sus heridas.
Carmen S. es, según coinciden familiares y amigos, una mujer fuerte, segura y afable. «No creo que ahora le vaya a coger miedo, ha estado toda la vida por el monte cuidando animales», reflexiona uno de sus familiares. La suya es la historia de la Asturias que se vacía. Nacida en el mismo pueblo, de niña la pasó guardando ovejas y yendo a la escuela cuando iba; casó con un minero que la hizo viuda hace años y con el que tuvo una hija.
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«De niñas ya había osos, pero cuando se veía que iban a por el maíz se los asustaba con petardos o piedras», recuerda su hermana. «Ahora parece que son ellos más importantes que las personas», considera.
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