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Daniel Roldán
Martes, 13 de septiembre 2016, 00:28
El Comité Paralímpico Internacional decidió hace doce años cambiar su lema, abandonar el Mente, cuerpo y espíritu adoptado en 1994 por Espíritu en movimiento. Pero los atletas que se están dejando la piel en Río de Janeiro para lograr una recompensa a cuatro años se acercan más al clásico lema olímpico (Citius, altius, fortius, es decir, más rápido, más alto, más fuerte). O hacen una simbiosis con los dos, que tampoco está nada mal.
Los deportistas que participaron en la final de los 1.500 metros T13 aquellos con una discapacidad visual más leve fueron los más rápidos y los más fuertes. Hubo seis mejores marcas personales, el brasileño Yeltsin Jacques hizo su mejor tiempo de la temporada en casa y Abdellatif Baka se llevó el oro con los récords del mundo y paralímpico de regalo.Es argelino, tiene 22 años y es una auténtica flecha en el medio fondo: oro paralímpico en 800 hace cuatro años en la capital británica, ya tiene dos primeros puestos y dos platas en esta distancia y en los 1.500 metros en las últimas citas mundialistas.
Para tocar la gloria en los Juegos Paralímpicos, Baka se tuvo que exprimir a fondo. Porque sus rivales le apretaron de lo lindo hasta conseguir un hecho insólito. Los cuatro primeros clasificados lograron mejor tiempo que Mathew Centrowitz, el fondista estadounidense que se llevó la presea más deseada hace un mes. Baka entró en meta con un tiempo de 3:48.29. Centrowitz lo hizo en 3:50.00. El etíope Tamiru Demisse se hizo con la plata con 3:48.49, tercero fue el keniano Henry Kirwa (3:49.59) y el argelino Fouad Baka (3:49.84) acabó en el cuarto puesto, el lugar más ingrato.
Unos registros que sorprendieron tanto a los técnicos como a los propios atletas, asfixiados después del descomunal esfuerzo. Fue una demostraron de que la capacidad de superación de estos atletas no tiene límites. El indio Mariyappan Thangavelu se hizo con la medalla de oro en salto de altura T42 con una marca de 1,89 metros. Este atleta de 21 años superó el listón con un magnífico brinco gracias a su única pierna. La otra extremidad la perdió en un accidente de tráfico con cinco años. En la misma competición, el chino Zhiqiang Zhong firmó un 1,77 metros lanzándose de cabeza a la colchoneta. Era el mejor salto en su vida deportiva, pero solo le sirvió para ser cuarto.
El alemán Markus Rehm logró que la Federación Alemana de Atletismo le permitiera competir en los campeonatos nacionales. El saltador, con una prótesis similar a las usadas por Oscar Pistorius, llegó a los 8,24 metros y se proclamó campeón nacional. No compitió en la cita olímpica, pero el sábado intentará saltar como nunca.
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