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Wallace es un experto en tradiciones filosóficas y contemplativas budistas.
El inquieto gurú de Rodrigo Rato

El inquieto gurú de Rodrigo Rato

El californiano Allan Wallace habla seis idiomas y cuenta con la simpatía del Dalái Lama. Un retiro budista con él sale por unos 700 euros

fernando miñana

Domingo, 8 de mayo 2016, 00:57

Su Santidad el Lama Sakya Trizin estuvo hace diez años en Pedreguer (Alicante) para inaugurar, con dos años de retraso, un centro de meditación budista de la Fundación Sakya. El gurú, con todo el boato que merecía el mayor centro budista de Europa, tañó unas campanas, lanzó arroz y entonó unas canciones para atraer buenos augurios. Durante aquella visita pudo disfrutar de un enclave privilegiado entre el Mediterráneo y la montaña, con la presencia próxima del Montgó, un carismático macizo de la comarca, la Marina Alta. Todo aquello le inspiró: «Este mar relaja la mente».

En busca de ese rincón relajante, quizá para aclarar su mente, acudió en marzo Rodrigo Rato, el exministro de Economía, presidente de Bankia y del Fondo Monetario Internacional, un hombre que cayó de la cúspide y que ahora acarrea la acusación por once delitos de corrupción y nueve delitos fiscales. Parece ser que desembolsó 395 euros por un curso de meditación El camino de Samantha y otros 348 por una habitación individual en este centro levantado en 2004 en la urbanización La Sella.

Rato no solo buscaba el mar y un clima apropiado en un momento de su vida francamente revuelto, también acudió al reclamo del gurú que impartía el curso: Alan Wallace (Pasadena, California, 1950), un prolífico autor y traductor de textos budistas. Esta religión, al contrario que el cristianismo, que tiene la Biblia como único libro sagrado, cuenta con cerca de 84.000 textos elegidos.

Wallace, hijo de un teólogo protestante, se matriculó a los 18 años en la Universidad de California, en San Diego, para estudiar ecología durante dos años con un interés secundario por la religión y la filosofía. Al tercer año cambiaron totalmente sus prioridades y orientó sus estudios a la cultura y la lengua tibetanas en la Universidad de Gotinga, en la Baja Sajonia, en los tiempos de la antigua RDA, la Alemania occidental.

Su interés creció de tal forma que en 1971 dejó la universidad y se marchó a la India, a Dharamsala. Allí vivió en casa del doctor Yeshi Dhonden, que resultó ser el médico personal del Dalái Lama. Wallace le ayudó como intérprete y, de paso, le tradujo un texto sobre medicina tibetana clásica. Poco después se matriculó, pese a que todas las clases se impartían en tibetano, en el Instituto de Dialéctica Budista.

Su conocimiento fue cada vez más vasto, como lo es su bibliografía. Wallace habla inglés, francés, alemán, tibetano, tibetano clásico y sánscrito, y eso le ha permitido escribir y traducir infinidad de textos y ha divulgado su religión por todo el mundo hasta convertirse en uno de los referentes del budismo más reconocibles de Occidente.

Ya con 25 años, por mediación del Dalái Lama, se unió al erudito Guesha Robten en Suiza, y durante los siguientes cuatro enseñó filosofía budista y meditación en este país, y también en Italia, Alemania, Francia e Inglaterra. A este estudioso siempre le han interesado las tradiciones filosóficas y contemplativas budistas y sus relaciones con la ciencia moderna.

Durante su juventud no todo fue estudiar. El californiano también vivió retiros en la India, Sri Lanka, Estados Unidos y el Tíbet. En la India, de hecho, estuvo meditando bajo la doctrina del supremo dirigente espiritual. Aunque siempre mantuvo muy vivas sus inquietudes y en 1984, con 34 años, decidió completar su formación universitaria en Amherst (en el estado de Massachusetts), donde profundizó en física, sánscrito y las bases filosóficas de la física moderna. Se graduó con una calificación summa cum laude.

Por todo el mundo

Tras aquel esfuerzo se marchó a un retiro espiritual de nueve meses por el desierto de California. Pero no tardó en regresar a las aulas, esta vez a la universidad de Stanford, en su estado, para empezar los estudios religiosos. Wallace acabó ganándose una reputación dentro del budismo y tan pronto hacía de intérprete del venerable Gyatrul Rinpoche, un elevado lama de la orden Nyingma, como traducía cinco tratados sobre métodos contemplativos para explorar la conciencia.

Ahora es reclamado en todo el mundo para dar cursos. También da clases en el departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de California, Santa Bárbara, y es profesor externo de la Universidad de Stanford. Y enseña filosofía budista y meditación por toda Europa y América del Norte.

Así llegó hasta Pedreguer para convertirse durante unos días de marzo en el gurú de Rodrigo Rato, quien se entregó a la vida monacal y a la comida vegetariana. Allí se le pudo ver circunspecto, descalzo, tapado con un manto y aposentado sobre el zafú, el cojín de meditación.

Al exvicepresidente del Gobierno, que asegura ser víctima de una persecución de Hacienda, no le gustaba mezclarse con los demás alumnos del Centro Internacional de Estudios Budistas que dirige el venerable lama Rinchen Gyaltsen, un monje que nació en Uruguay en 1972, pero que es hijo de gallegos, de un matrimonio de Poio (Pontevedra). Gyaltsen, residente en Pedreguer, fue designado directamente por la máxima autoridad de la tradición sakya del budismo tibetano, creció en Estados Unidos, donde se licenció en Arte y Psicología por la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey. También viajó por monasterios del Tíbet, la India y Nepal antes de recalar en este centro de meditación alicantino, donde reina el silencio y la serenidad contemplativa.

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