andrea antolín
Jueves, 3 de marzo 2016, 12:16
Somos lo que comemos. Cada vez somos más conscientes de esta frase tan popular, pero no nos damos cuenta de que no sólo hay que pensar en nuestras preferencias culinarias: si somos más amantes de la carne, si preferimos comidas ligeras o si nos decantamos por la comida rápida... sino que también es importante el origen de los alimentos y cómo se cultivan. Y es que una manzana (tradicional símbolo de salud) puede llegar a resultar nociva. Un ejemplo para entender esta cuestión: una manzana golden recibe un promedio de 23 tratamientos químicos en el árbol, a lo que hay que sumar la aplicación de gas etileno para forzar su maduración antes de salir al mercado, entre otros tratamientos, según se explica en la guía práctica del cultivo natural de Mariano Bueno, 'El huerto familiar ecológico'.
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El mercado exige, como en cualquier tipo de producción, mayor cantidad a menor precio, lo que lleva al uso excesivo de fosfatos y plaguicidas que contaminan aguas y suelos y suponen un grave impacto medioambiental que, además supone un riesgo para nuestra salud.
Conscientes de esta realidad crece día a día el movimiento ecológico que pretende acercar a la gente al cultivo de la tierra para conseguir alimentos naturales, saludables y con mejor sabor.
No necesitas un jardín para montar tu propio huerto urbano, pues es posible aprovechar el espacio de una terraza, un balcón o una pequeña jardinera donde podrás colocar macetas con hortalizas básicas como tomates, pimientos o lechugas. (Más información en Mujerhoy.com)
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