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Jueves, 25 de febrero 2016, 18:33
«Cansado» y «enfadado», así dice sentirse el doctor Alan Kenny, un médico de una pequeña clínica de Tokoroa, un pueblo de Nueva Zelanda, que ofrecía un oferta de trabajo suculenta: un sueldo de seis cifras y tres meses de vacaciones en un entorno natural privilegiado, horario de oficina y fines de semana libres. Tras ver su llamativa propuesta reflejada en periódicos digitales de todo el mundo, sus dos años de espera para cubrir la vacante han parecido tiempo perdido ante la lluvia de demandas de empleo.
Ayer mismo recibía ha cientos de llamadas de Brasil, América Central, Polonia, Ucrania, India, Bosnia, Sudáfrica, Canadá, Francia y España, junto con muchos correos electrónicos. El 99% de las quien, Kenny dijo, «eran basura». «Todo es muy molesto y bastante feo», confesó en una entrevista a The Guardian.
Es todo lo que puedo hacer para llevar a cabo hoy en día, esta es una situación abominable que es muy molesto y bastante feo", dijo a The Guardian por teléfono. De hecho, confiesa sentirse rechazado en su pueblo: "Hablan mucha basura de mí durante en Facebook, y percibo hostilidad de parte de la propia gente de Tokoroa».
Kenny dijo que ha descartado inmediatamente cualquier demanda de los médicos que no podía hablar Inglés o que no habían ejercido la medicina, de los cuales había «docenas y docenas». «Si un candidato significativa surge de esta experiencia horrible estaré muy sorprendido», sentencia.
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