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Montse Martín
Lunes, 15 de febrero 2016, 11:47
¿Cuántas veces utilizamos una frase hecha en una conversación porque encaja a la perfección con lo que queremos decir? Los dichos populares están muy presentes en el lenguaje cotidiano. No me des la lata, a buenas horas mangas verdes esto es jauja, aquí hay gato encerrado, estoy a dos velas, ni chicha ni limoná se fue de picos pardos, como Pedro por su casa son algunas de las muchas expresiones a las que echamos mano a menudo para referirnos a situaciones concretas, estados de ánimo e incluso para ensalzar, criticar y recriminar conductas ajenas ¿Pero conocemos su origen? Aquí te explicamos la procedencia de algunos de estos dichos. Aunque te advertimos que, como dice el refranero, no son todos los que están ni están todos las que son.
A buenas horas mangas verdes
Se refiere a que algo y/o alguien llega a destiempo. Se remonta a la época de los Reyes Católicos, a un grupo policial, los cuadrilleros de la Santa Hermandad, que tenía fama de llegar siempre tarde para capturar a los malhechores. Vestían un uniforme que tenían las mangas verdes.
Se armó la marimorena
Cuando se forma una pelea, discusión o trifulca. Hay que remontarse nada menos que al siglo XVI, en el Madrid de los Austrias, a la trifulca que se originó al negarse la tabernera María Morena a servir a un grupo de soldados unos de sus mejores vinos, que estaban reservados a los clientes más ilustres de la bodega. La cantinera y su esposo fueron sometidos a un proceso judicial por esta negativa.
A la vejez, viruelas
Utilizamos este dicho para referirnos a una persona madura que hace algo inusual para su edad y que es más propio de la juventud. Se alude a la viruela porque era una enfermedad que afectaba principalmente a los niños y adolescentes.
Con la Iglesia hemos topado
Con este dicho solemos referirnos a cuestiones, personas e instituciones que tienen o ejercen mucho poder y que suelen imponer su voluntad. También sirve para criticar a la propia Iglesia. Se atribuye a Miguel de Cervantes en uno de los pasajes de Don Quijote de la Mancha.
A río revuelto, ganancia de pescadores
Nos referimos con este dicho a quienes consiguen sus objetivos aprovechando situaciones de cambio o incertidumbre. El origen tiene que ver con la pesca. Se dice que agua turbia se pesca más que en la clara.
Como Pedro por su casa
Lo utilizamos para describir a las personas que se desenvuelven con soltura en lugares que no son de su ambiente. También, para criticar a quienes tienen una actitud impertinente en ambientes que no le son propios. Se desconoce quién era el tal Pedro, aunque algunos autores lo sitúan en Aragón donde existe una versión que dice: Entrase como Pedro por Huesca, que alude a Pedro I de Aragón, que en 1095 reanudó el sitio impuesto a Huesca por Sancho, encontrando muy poca resistencia para tomar la ciudad.
Dar gato por liebre
Cuando nos engañan dándonos algo inferior calidad con la apariencia de algo superior o de mayor valor. Hay múltiples alusiones históricas reflejadas en la literatura española sobre los engaños y la baja calidad de las comidas que ofrecían las posadas y las tabernas antiguas. Uno de los más comunes era servir carne de gato cuando lo que se ofrecía era conejo o liebre.
Dar la lata
Cuando nos fastidian y molestan con cosas inoportunas y pesadas.
Hay diversas interpretaciones sobre su origen. Una de ellas se refiere a las molestias que ocasionaba la costumbre de golpear zambombas, palos y cencerros de hojalata los festejos de las segundas nupcias de los viudos y viudas. Otra tiene su origen en Málaga, en cuya cárcel los presos solían comprar una lata de mosto condimentado con sobras de vino, licores y aguardientes que les provocaba una intensa borrachera y verborrea.
Despedirse a la francesa
Nos referimos con esta expresión a alguien que se marcha sin despedirse. Su origen hay que encontrarlo en siglo XVIII entre la alta sociedad y burguesía francesa cuando se popularizó lo de marcharse de un lugar sin despedirse de los anfitriones, lo que era de muy mala educación.
Estar a dos velas
Cuando no tenemos dinero o recursos. Existe también la versión malagueña estar canino. No está clara la procedencia de este dicho, aunque José María Iribarren en su libro El por qué de los dichos, señala que es posible que aluda al juego y al hecho de que antiguamente el que hacía de banca en las timbas y partidas de naipes tenía una vela a cada lado para poder contar el dinero, por lo que dejarle a dos velas significaba dejarle sin dinero.
Dormirse en los laureles
Cuando alguien ha dejado de hacer algo por relajarse demasiado. Hay que remontarse nada menos que al Imperio Romano para encontrar el origen de este dicho. En aquella época a los emperadores y generales se les reconocía sus triunfos y victorias con una corona hecha con hojas de laurel. Si luego dejaban de esforzarse y seguían viviendo de aquellos reconocimientos sin hacer nada más se decía que se dormían en los laureles.
Gato encerrado
Echamos mano de esta expresión cuando desconfiamos de algo por algún motivo o razón que no sabemos identificar. Su origen parece estar en el Siglo de Oro. En esa época se llamaba gato a una bolsa donde se guardaba el dinero. Los ladrones solían estar al acecho de las víctimas a las que vigilaban para averiguar dónde tenían la bolsa, o si la escondían entre las ropas, y su consigna era decir 'gato encerrado' para señalarlas.
Irse de picos pardos
Divertirse con personas del sexo contrario. Existen muchas interpretaciones. Una de ellas tiene su origen en la Edad Media cuando a las prostitutas se les obligaba a llevar en su ropa un trozo de tela en forma de pico de color marrón o pardo.
Ni chicha, ni limonada
Cuando algo es mediocre, no tiene sustancia o valía, no es una cosa ni la otra (en Málaga, decimos ni chicha ni limoná). Una de las acepciones de chicha, según el diccionario de la Real Academia, es la bebida alcohólica resultante de la fermentación del maíz en agua azucarada. La expresión surgió, al parecer, de ciertas reuniones festivas de algunos países latinoamericanos para advertir a los invitados de que no quedaban ni bebidas alcohólicas (chicha) ni refrescantes (limonada).
Estar en capilla
La empleamos cuando alguien está a punto de abordar algo importante o un trance difícil. Proviene de una tradición de la antigua Universidad de Salamanca, en la que los doctorandos, cuando estaban a punto de defender su tesis ante el tribunal, debían encerrarse durante un día entero en la capilla de Santa Bárbara de la catedral salmantina donde se encomendaban al Espíritu Santo. Allí se preparaban en completa soledad antes del examen. También se aplicaba a los condenados a muerte.
No hay tu tía
Cuando queremos decir que algo no tiene solución, que no puede cambiar o que no tiene alternativa decimos no hay tu tía. Este dicho procede de la modificación de la palabra atutía, que era un remedio que se usaba antiguamente para todos los males. Cuando se decía no hay atutía se quería decir que la enfermedad no tenía solución ni siquiera utilizando el milagroso remedio.
Esto es jauja
Solemos decir esto es jauja ante una situación de satisfacción o cuando nos encontramos de forma placentera en algún lugar y sin preocupación alguna. Jauja es una ciudad peruana fundada por el conquistador Francisco Pizarro que tenía fama por su belleza y por su vida relajada, virtudes que fueron exageradas para hacer más atrayente la larga travesía hasta América que les esperaba a los marinos. Pero se exageró tanto que Jauja se convirtió en el imaginario colectivo en una especie deparaíso, donde todo era de oro, los ríos llevaban leche y miel y de los árboles brotaban buñuelos.
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