JORGE PAN
Viernes, 18 de septiembre 2015, 17:22
Ni rastro del ganador. La administración número 44 de La Coruña situada en un centro comercial de las afueras de la ciudad vendió, el 30 de junio de 2012, un boleto de la Primitiva premiado con más de 4,7 millones de euros que, a día de hoy, todavía no han sido reclamados. La historia además tiene miga ya que el boleto sí que apareció en su momento pero no su propietario. Al parecer el acertante acudió a otra administración para comprobar si le había tocado el premio y allí se dejó olvidado el boleto.
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Otra persona descubrió el boleto premiado sobre el mostrador de la administración y decidió devolverlo a la Delegación Comercial de Loterías y Apuestas del Estado en La Coruña. Sin embargo nadie lo ha reclamado. Ni el boleto ni el dinero.
Ahora se espera una avalancha de reclamaciones, gente que probará a llevarse el boleto. Quien quiera recibirlo tendrá que demostrar que es el agraciado. No ha trascendido ni la administración de lotería donde se encontró el boleto, ni el día o la hora a la que se encontró.
El nombre de este vendedor y el de su sucursal no se conocen, precisamente, para acotar la búsqueda de esa persona que se dejó 4,7 millones de euros encima de un mostrador. Se esperan decenas de reclamaciones, pues serán muchos quienes intentarán probar suerte, pero tendrán que demostrar haber perdido su boleto en esa administración de lotería aún desconocida, en un día y una hora que tampoco han trascendido, lo cual afina bastante el filtro.
A pesar de todo, el correo electrónico de Mercedes Rey ya está lleno de escritos de gente que asegura ser el «despistado» del boleto. La lotera nos enseña dos correos, uno procedente dePontevedra y otro de Asturias, de personas que afirman que pasaron por La Coruña hace un año y recuerdan haber jugado a la Primitiva «en la sucursal del Carrefour».
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Ahora, el billete se encuentra guardado bajo siete llaves en las dependencias centrales de Loterías y Apuestas del Estado, en Madrid, aunque está a disposición del Ayuntamiento de La Coruña, que tiene la misión de dirimir quién se queda con el boleto de los 4,7 millones de euros.
Esto se basa en el artículo 265 del Código Civil, que establece que, después de un tiempo un año, en este caso sin que nadie reclame cualquier «cosa mueble, que no sea tesoro» que esté extraviada, quien debe notificar el hallazgo y buscar al legítimo propietario del objeto perdido es el alcalde de la localidad.
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«Voy a ser el único alcalde de España que busca a un millonario no para pedirle dinero, sino para dárselo», bromeó el regidor de La Coruña, Carlos Negreira, después de publicar una escueta nota sobre el hallazgo en el tablón municipal y en la página web del Ayuntamiento.
Cotejar las huellas
Fuentes cercanas al caso aseguran que será complicado que alguien demuestre ser la persona que el 30 de junio del año pasado se volvió millonaria sin saberlo. En primer lugar, exige tener una memoria de elefante, pues el presunto agraciado deberá recordar el día y la hora en la que selló el boleto. Se especulaba con que las cámaras del centro comercial pudiesen ser de ayuda, pero fuentes del mismo confirmaron que ya no existen grabaciones de hace 15 meses.
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Se acercaría mucho al boleto alguien que pudiese probar que tiene alguna vinculación con las cifras de su apuesta: que son su fecha de nacimiento o su número de DNI, por ejemplo.
En última instancia, habría que cotejar las huellas del billete. Si aún así no se encuentra al dueño y nadie lo reclama por vía judicial, para cuando acabe este septiembre de 2015 los 4,7 millones recaerán en el lotero que lo encontró.
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