

Secciones
Servicios
Destacamos
irma cuesta
Sábado, 11 de abril 2015, 23:57
La noticia es de hace solo unos días: en la última semana, las milicias kurdas han conseguido reconquistar la ciudad siria de Kobane, un enclave estratégico que supone un duro golpe para el Estado Islámico en su avance hacia el norte. En las fotos que ha difundido el Partido Marxista Leninista kurdo (MLKP) puede verse a brigadistas alemanes, austriacos y de otras nacionalidades celebrando la victoria sobre los yihadistas. La información sería una más de las muchas que pueblan periódicos e informativos si no fuera porque entre esos brigadistas hay españoles; jóvenes convertidos en soldados a la vuelta de un simple correo electrónico arrastrados por el entusiasmo y las consignas de grupos de izquierda como Reconstrucción Comunista. Se trata de una organización que dice regirse por el centralismo democrático, enarbola la bandera del marxismo-leninismo y no esconde sus relaciones con el MLKP. A ella pertenecen los únicos dos brigadistas españoles de los que hay constancia oficial... pues se cree que hay más.
Nacida tras una de las guerras intestinas a las que acostumbra la izquierda, Reconstrucción Comunista (RC) surgió después de que un nutrido grupo de seguidores de la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), el brazo mozalbete del PCE, decidiera dinamitar la hasta entonces unidad reinante y optar por dirigir su propia revolución. Ellos mismos cuentan que, tras aquella batalla sin cuartel, la mayoría se enroló en las filas del Partido Comunista de los Pueblos de España hasta que un nuevo enfrentamiento les llevó a romper relaciones y crear una nueva organización siguiendo la estela de Stalin, Dimitrov, Guevara o Ho Chi Minh.
El asunto no pasaría de ser un intento, tal y como ellos mismos proclaman, por reconstruir el partido del proletariado, si no fuera porque han sido sus estrechas relaciones con los comunistas kurdos las que han llevado a señalarlos como responsables de una campaña de reclutamiento. Ellos, desde luego, lo niegan. Juan Mesana, su secretario general, asegura que quienes han dado un paso al frente y se han sumado a la causa kurda lo han hecho a título personal; que ellos llevan diez años de relaciones con todos los movimientos comunistas del mundo y que, por más que los apoyen y se sientan «orgullosos de quienes han tenido la valentía de dar un paso al frente y sumarse a la contienda», su papel en todo ese asunto acaba ahí.
Siete minutos de arenga
Por más que Mesana no quiera ni oír hablar de la organización que dirige como de una suerte de oficina de reclutamiento, lo cierto es que los dos jóvenes que ya se han sumado a las fuerzas kurdas son compañeros de partido.
El vídeo está al alcance de cualquiera en internet. Durante siete minutos, cuatro soldados, dos españoles, una alemana y un turco, explican las razones por las que uno debería dejarlo todo y arriesgar la vida lejos de casa. Por la voz, los españoles no parecen tener más de 25 años; por el acento, podrían ser de cualquier pueblo castellano. Erguidos en el centro de una trinchera, perfectamente pertrechados de ropa de combate, fusil incluido, ocultan la cabeza y el rostro con un enorme pañuelo kurdo. «Vine a Rojova porque considero que el internacionalismo proletario es una parte fundamental del marxismo leninismo y hago un llamamiento a todos los camaradas del mundo a que muestren una solidaridad activa», dice uno de los chavales.
Seguro que allí, en Rojova como se denomina al Kurdistán sirio en el dialecto local, ya han tenido noticias de lo que publica en España Reconstrucción Comunista en su web: «El 7 de marzo, la camarada Ivana Hoffman cayó en combate con los Brigadistas Internacionales uniéndose a las filas de los comunistas que vivirán eternamente. Sus sueños son nuestros sueños, su camino es nuestro camino, su memoria es nuestro honor». La elegía, como el vídeo, también está al alcance de cualquiera.
Al fin y al cabo, internet hace tiempo que se ha constituido en el mejor de los viveros. Los grupos de prokurdos buscan a jóvenes para su cruzada contra el Estado Islámico con el mismo entusiasmo con el que estos últimos captan nuevas almas para la causa utilizando el mismo sistema. Puede que Reconstrucción Comunista no haya abierto un cuaderno de reclutamiento al uso, pero la arenga no deja lugar a dudas. Primero explican que las brigadas reúnen a multitud de jóvenes marxistas-leninistas que están dispuestos a sacrificarlo todo, abandonar sus vidas, su tareas cotidianas y a sus seres queridos arrastrados por el deber para con su clase. Luego concretan: «Quienes toman las armas codo con codo con los milicianos son los camaradas más coherentes y más disciplinados, héroes y heroínas de la clase obrera que están dispuestos a alejarse de su hogar e incluso perder la vida si eso permite que el pueblo kurdo, y los avances sociales conseguidos en Rojava, puedan perdurar frente a las hordas fascistas de Daesh». Es el grito de guerra de los brigadistas de RC. En la Facultad de Políticas de la Complutense han dejado huella. Lograron que movimientos estudiantiles de toda ideología firmaran un manifiesto conjunto condenando «sus agresiones y amenazas» para imponer su criterio a los demás.
Publicidad
Iker Cortés | Madrid
Sara I. Belled y Leticia Aróstegui
Doménico Chiappe | Madrid
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.