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francisco apaolaza
Jueves, 19 de febrero 2015, 01:12
El lunes por la noche comenzaron a volar correos electrónicos. La portavoz del Partido X, Simona Levi, envió un email a su compañero de formación, alertada por uno de los titulares del día:
¿Pero has fichado por Podemos y no nos has dicho nada?
¿Por qué te lo has creído? -respondió él-.
Hervé Falciani (Montecarlo, 1972) siempre fue un tipo escurridizo. Heroico y a la vez pragmático, familiar y mujeriego, amigo de los jueces y al tiempo forajido, Robin Hood y ladrón... Es de los que crees ver en un sitio y cuando te das la vuelta ya no está. El hombre que reventó el secreto bancario en Suiza ha sido noticia esta semana por un fichaje que en realidad no ha tenido lugar y por colaborar con un país, España, por el que en realidad lleva tiempo sin aparecer.
Desde hace años, el caso de la sucursal suiza del HSBC que ocultaba el dinero de 130.000 evasores fiscales se mueve en arenas movedizas, en terreno muy peligroso.Resumiendo mucho el argumento de esta historia de espías, Falciani cruzó el Rubicón de su propia tranquilidad cuando, siendo uno de los ingenieros encargados de la seguridad de la información en la sede del banco en Ginebra, se hizo con los datos de estas cuentas, donde figuran las grandes redes del blanqueo de capitales, mafias, el narco mexicano y organizaciones terroristas como Al-Qaida.También 659 españoles. En 2008, la policía suiza dio la voz de alarma sobre lo que consideraban un robo de datos, de espionaje económico. Falciani se presentó con un pasaporte falso a nombre de Ruben al-Chidiak en la sede del banco Audi de Líbano. Georgina Mikhael, su compañera de trabajo y de aventura, le acusó de querer vender la información al mejor postor. La Policía gala registró su casa de Niza y encontró su portátil. El ingeniero comenzó así a colaborar con el fiscal para pasar esa información al Estado francés. En 2012, ya con su pasaporte real, Falciani atracó en Barcelona con un velero procedente del puerto de Sete. Lo detuvieron e ingresó en la cárcel de Valdemoro. Meses después, lo soltaron a cambio de colaborar con la Fiscalía Anticorrupción. Escoltas, pisos francos, vigilancia, pelucas... Lo hacen desaparecer. ¿Dónde está Falciani ahora?
Vamos primero con lo que parecer ser pero no es. Podemos anunció a bombo y platillo esta semana que sumaba a su equipo a Hervé Falciani. Una reunión de una hora por Skype con Pablo Iglesias terminó en acuerdo: Falciani colaborará con Podemos. En adelante, aconsejará de forma gratuita al partido en propuestas contra el blanqueo de capitales y el fraude fiscal. De ahí a que tenga intención de afiliarse, hay un mundo.«Colabora con muchísimos grupos de toda Europa sin formar parte de ellos -admite Simona Levi-, pero no es cierto que haya fichado por Podemos».
No era la primera vez que Falciani y Pablo Iglesias charlaban.Se encontraron antes de las elecciones al Parlamento europeo, cuando Podemos quiso contratar al ingeniero monegasco. Hubiera sido una bomba, pero Falciani dijo no. Iglesias le resultó un hombre demasiado significado políticamente. Siguió adelante como candidato del Partido X, que también surgió de los movimientos ciudadanos de protesta social y del 15-M.
Radar antidefraudadores
Desde 2013 es público que Falciani colabora con la Fiscalía Anticorrupción española, primero con la entrega del listado de españoles -como Emilio Botín, Fernando Alonso, el vicepresidente del Barça Alfonso Godall, el exmagistrado Ramón López Vilas, Alicia Koplowitz...- y después explicando a los técnicos el 'modus operandi' de los defraudadores.En eso consistía su 'trabajo' después de que la Audiencia Nacional rechazara su extradición a Suiza, donde pesan contra él cargos por violación del secreto bancario y espionaje financiero, dos delitos que no están tipificados en nuestro país. En esto, el héroe-villano también es esquivo. En el último año se ha reunido más con Pablo Iglesias que con la Fiscalía Anticorrupción. Según fuentes del Ministerio Público, no ha puesto un pie por allí desde el pasado mayo, cuando tuvo aquella primera cita con el líder de Podemos. El acuerdo que pactó con el Centro Nacional de Inteligencia incluye que el Estado pague sus viajes, las comidas, las estancias en hoteles y la escolta que componen un coche y dos o tres agentes que no se separan de él ni un segundo.Eso era cuando venía, claro. El último proyecto conocido de Falciani es un radar antidefraudadores, una app que emite una señal de alarma si los movimientos financieros cumplen determinados patrones sospechosos, pero no se conocen los detalles
La pregunta es ¿donde está Falciani? El interrogante sigue sin respuesta. El mayor enemigo de la banca suiza pasa la mayor parte del tiempo en Francia, donde cerró un acuerdo similar al español. Además de haber colaborado con el país en la entrega de la documentación que sustrajo en HSBC, allí trabaja para el Instituto Nacional de Investigación Informática (Inria) a cambio de 3.500 euros al mes y una protección de escolta similar a la de aquí. En ocasiones, los agentes franceses que le cubren las espaldas han sido testigos de cómo pasa la frontera Suiza de incógnito. De haber sido descubierto, en estos momentos estaría en la cárcel.
Entre los datos que Falciani se llevó de la sede de HSBC figuraban los de tipos poco amigables. Algunos relacionados con terroristas, narcotraficantes y criminales que, descubiertos o no, tienen en el ingeniero a uno de sus blancos.Toda esta presión le ha otorgado un halo de héroe, pero también llenado su vida de guardaespaldas. En los juicios que tuvo en España apareció disfrazado con pelucas y gafas de sol. Hoy en día, los suyos no aclaran cómo, pero confirman que sigue disfrazándose cuando acude a lugares públicos donde puede ser reconocido.
Las mujeres y la familia
Toda esta historia roza lo cinematográfico. Después de su salida de la prisión de Valdemoro, donde pasó cinco meses encerrado, las fuerzas de seguridad española lo escondieron en hoteles y pisos francos. Hoy, esa vigilancia no se ha relajado. Si alguien quiere tener un encuentro personal con él, conocerá el lugar de la cita minutos antes. Allí le recogerá una persona que le llevará a otro enclave, donde le recogerá otra persona que le conducirá a otro sitio y así consecutivamente hasta llegar al lugar donde se celebrará la entrevista.
Todo ese montaje policial y ese seguimiento férreo al que está sometido responde a una amenaza real, pero contrasta con la tranquilidad con la que sonríe en las fotos de sus apariciones, siempre desde las bambalinas, como el gato de 'Alicia en el País de las Maravillas'.
Nadie sabe si va o si viene, tampoco en el amor. Quizás atraídos por un físico envidiable y ese tono de piel moreno, los medios le han colgado una serie de medallas amatorias y una fama de galán de la Costa Azul que él niega. Georgina Mickhael, que se fugó con él al Líbano en aquella acrobacia increíble, asegura que fue su amante y que le abandonó porque no dejaba títere con cabeza y lo mismo encontraba 'partenaires' en las partidas de póquer que en el gimnasio.
Falciani lo niega todo y al tiempo lo confiesa: «Me gustan las mujeres», dice, y eso quiere decir todo o nada. Su vida oficial, la única que según él tiene, está junto a su segunda mujer, Simona Calgagno, y su hija, de nueve años, enferma, que necesita cuidados importantes. Pero cuando cruzó el Rubicón, también se alejó de ella.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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