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yolanda veiga
Domingo, 1 de febrero 2015, 02:29
Las mujeres de la asociación La Paz de Gibraléon (Huelva) compraron a escote la canastilla, una cestita blanca con pañales, chupete, toallitas... Rosa García se la entregó en nombre de todas a Susana Díaz, y casi la hace llorar. La presidenta de la Junta de Andalucía será mamá en verano. Antes tendrá que hacer frente a una elecciones, después de que adelantara para el 22 de marzo de este año los comicios autonómicos, tras romper el pacto de gobierno con IU. La presidenta andaluza tratará de evitar fotos, como esa de la canastilla, en campaña, que para entonces la barriga, de cinco meses, será más que una insinuación.
No quiso hacérsela (la foto) tampoco Arantza Quiroga (Irún, 1973), actual presidenta del PP en el País Vasco. En 2009 era cabeza de lista de los populares guipuzcoanos y el asesor del partido le sugirió que se hiciera unas fotos con sus hijos en el parque. Entonces tenía cuatro: Andrés (13 años ahora) Pablo (11), Álvaro (9) y Pedro (8). Jesús, el quinto, cumplirá dos años en abril. «Les dije que no, ¿quién me iba a votar? Habrá quien piense: '¿Qué hace esta aquí? Que esté en casa cuidando a los niños'». A Quiroga le sobran los dedos de la mano para contar las veces que ha salido corriendo del despacho por una fiebre o un catarro de los chavales. «No he querido que eso me restara competencia en mi trabajo. La percepción es que ser madre es un hándicap en esta profesión, igual hay quien piensa que no estás al 100%».
Ella no se perdonaría que le pillaran en falta y hasta programó el parto de su tercer hijo para poder votar la ley de Igualdad en el Parlamento vasco. «Había salido de cuentas y le dije a la ginecóloga que tenía que dar a luz ya porque votábamos leyes importantes y necesitábamos todos los votos, no nos sobraba ni uno. Al principio me dijo a ver si estaba loca, pero luego accedió porque el niño iba a llegar en cualquier momento y ya había dilatado un centímetro».
Por entonces en Euskadi no estaba permitido delegar el voto, así que cinco días después de dar a luz, Quiroga fue a trabajar (vive en Hondarribia, a 118 kilómetros de Vitoria, sede del Parlamento). «No sé cómo hacen las actrices para parir y seguir usando la misma talla de pantalón. Yo me puse una faja para poder entrar en la ropa, fui al pleno, voté la Ley de Igualdad y hasta intervine. Le dije al lehendakari Ibarretxe: 'No sé qué igualdad está promoviendo, cuando he tenido que venir aquí en estas condiciones'. Se quedó muy cortado».
El gesto tuvo su consecuencia y todos los partidos acordaron modificar el reglamento para poder delegar el voto en un compañero del partido en caso de baja maternal, accidente o enfermedad grave. También se aprobó un servicio de guardería, una señora que cuidaba a los bebés y se los llevaba a las madres a la hora de la toma.
«Yo elegí no dar pecho. ¡Qué leche me iba a salir todo el día corriendo a Vitoria! Pero tuve mucho pressing por parte de las enfermeras para que les diera de mamar. Menos mal que al final vino la ginecóloga y me dio las pastillas para cortarme la leche».
Fue a trabajar cinco días después de dar a luz, Soraya Saénz de Santamaría, al cabo de diez. La ley contempla 16 semanas de baja. ¿No hacen flaco favor a las mujeres con este ejemplo?
Mis padres han sido muy generosos, y me han ayudado mucho. Y me consta que Soraya también ha tenido pegada a su madre. No eres peor madre por eso. Si luchas por la conciliación, lo políticamente correcto es coger la baja y rebajar la tensión de mujeres que al ver este ejemplo o el de Soraya se puedan creer flojas. Pero cada una tiene sus circunstancias y en este asunto no creo en la rigidez.
Carme Chacón (Esplugas de Llobregat, 1971) descansó los 42 días que la ley destina exclusivamente para la madre (las otras diez semanas se pueden compartir con el padre, que tiene también quince días propios). «Decidí darle el pecho, de manera que el niño me necesitaba cerca y yo también a él». La exministra de Defensa juró el cargo el 14 de abril de 2008, embarazada de siete meses largos. «Capitán, mande firmes. Digan conmigo: '¡Viva España y viva el Rey!'», fueron las primeras órdenes, el rictus más serio que el de las tropas pasando revista, una blusa de premamá con un lazo ajustado bajo el pecho, rompiendo la uniformidad de la foto.
«Tenía contracciones»
Chacón no percibió un solo gesto raro: «Nunca he sufrido machismo dentro de las Fuerzas Armadas, pero viví debates ridículos como si una mujer podía ponerse o no unos pantalones para dar un discurso en la Pascua Militar». Ella se los puso -«por supuesto respeté el protocolo exigido»-, un esmoquin de Purificación García que casi abre un debate de Estado.
También fue objeto de controversia el viaje para visitar a los 780 españoles destinados a Afganistán que Chacón hizo cinco días después de jurar el cargo. «Tuve apoyo familiar y médico y no lo dudé. Me encontraba con más energía y fuerza que nunca».
¿Quería demostrar algo?
No, solo cumplí con la que sentía que era mi primera obligación.
Un mes exacto después dio a luz. «Había ido a una revisión rutinaria al hospital y me tuve que quedar porque comenzaban las contracciones. Yo no me había enterado».
Fue la primera mujer al frente del Ministerio de Defensa, además embarazada. ¿Sintió que estaba abriendo camino nuevo?
Claro. Siempre que una mujer da un paso adelante, todas las mujeres avanzamos.
Pero este avance tiene que discurrir paralelo al de la conciliación. «Me hace ilusión preparar la cena para mis hijos y tratamos de desayunar siempre juntos. También procuro dormir en casa, a veces he llegado de una cena de trabajo a la una de la madrugada y me he marchado a las seis porque tenía que coger un avión», relata Arantza Quiroga.
Tiene contratada ocho horas a una persona que le ayuda con las tareas domésticas, y su marido es el encargado «de llevar a los niños al oftalmólogo, a comprar zapatos...». «A veces tengo la sensación de que no llego, nunca estoy satisfecha porque si he tenido un día de diez en el trabajo hay algo de mi vida personal a lo que no he llegado».
Como ese viaje a la nieve que tuvo que cancelar la semana pasada porque en la agenda que tenía libre se coló un acto con Soraya Sáenz de Santamaría y otro con víctimas del terrorismo. «¡Queda pendiente!».
¿Ha ido a ver alguna función del colegio de los niños?
Yo soy hija de padres trabajadores que no podían venir a verme al teatro en el cole. Y por eso no tengo ningún trauma. Trato de que mis hijos lo entiendan, aunque les mantengo bastante al margen de lo que hago. Claro que en la escuela les dicen cosas. El otro día me soltó el mayor: 'Me han dicho que te has hecho un 'Chester'. Así que les puse la entrevista que me hizo Risto Mejide en la tele. Cuando yo hablaba sobre ETA Álvaro, que tiene 9 años, me abrazó y me dijo que tenía miedo. Pero el otro, que tiene ya 11 le contestó: '¿Tú no te enteras de que ETA ya no mata? A ama no le va a pasar nada'.
Carme Chacón viaja una vez al mes a Miami, donde da clases en la Universidad, así que alguna vez le coincidirá con la función del cole de Miquel (6años). «Para ninguna mujer es fácil conciliar, pero para mí lo fue más que para una peluquera o una cajera de supermercado. Las ayudas a la maternidad aún son escasas en este país. La ampliación del permiso de paternidad de 15 días a un mes tenía que haber entrado en vigor hace 3 años».
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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