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daniel vidal
Domingo, 14 de diciembre 2014, 12:27
Imar Martínez tenía la carrera de Periodismo recién terminada y un billete de avión con destino a Inglaterra para trabajar «en lo que saliera» cuando le llegó una oferta laboral de un periódico de Andorra. 23 años y vecino de Igualada (Barcelona), no se lo pensó dos veces. También se dio cuenta enseguida que no lo iba a tener tan fácil para residir en el país vecino como, por ejemplo, Marc Márquez, que se ha mudado para pagar menos impuestos y le han recibido con alfombra roja. «Es complicado para los que no tenemos privilegios. Conseguir los papeles es una aventura», cuenta el periodista. Imar hizo las maletas hace seis meses: «No se puede solicitar el permiso si no tienes una residencia y no se puede alquilar un piso sin el permiso de residencia. Es la pescadilla que se muerde la cola. Me pidieron certificado de antecedentes penales, pruebas médicas... Y gracias a que tenía trabajo... Eso me ayudó. Si estoy dos meses desempleado, me echan del país».
Aunque el chico promete en la sección de Nacional de 'El Periodic d'Andorra', no está considerada una persona «de alto interés cultural, científico o deportivo» por la legislación andorrana, como el piloto. Tampoco tenía en la cartera los 50.000 euros que pagará el bicampeón del mundo de MotoGP para establecerse en el Principado.
Márquez ingresará a partir de enero 10 millones de euros por temporada y se va a ahorrar un pico con el cambio de domicilio. En casa de sus padres estaría muy cómodo, sí, pero tributando al 49%. En Andorra, que en 2015 introduce por primera vez en su historia el IRPF, solo tendrá que pagar 30.000 euros anuales. Hasta un 10% de su salario en el peor de los casos, y dentro de varios años. Un chollazo para el patriota Márquez y para nuestros vecinos, pero un palo para las arcas públicas españolas. Y eso que el principado «ya no es lo que era, aquí antes se vivía a la sopa boba», precisa Antonio Medina, el único cervecero artesano del país, que pone en un pedestal a sus dirigentes: «De uno y otro partido, ¿eh? Cuando quise desarrollar mi proyecto y montar mi fábrica de cerveza, me lo pusieron en bandeja». No solo para recibir la jugosa ayuda económica al emprendedor. «También para el papeleo». Suena a ciencia ficción.
De este minúsculo estado (tiene una extensión de 468 kilómetros cuadrados, casi la mitad que la ciudad de Murcia) no solo atrae la nieve, los paisajes y su esperanza de vida, una de las más altas del mundo, con 84 años. Jorge Lorenzo, que ahora reside en Suiza, reconoció hace unos años que le encantaba vivir en Andorra, pero sobre todo porque pagaba menos impuestos. Así, sin vergüenza torera. La lista de celebridades nacionales que han fijado su domicilio en algún momento en el país vecino es interminable. Desde el piloto de rallies Carlos Sáinz a la modelo Judit Mascó, pasando por un buen puñado de ciclistas, encabezados en la actualidad por Purito Rodríguez. Ellos, pedaleando montaña arriba montaña abajo, tienen más excusas. Quienes no encontraron muchos argumentos ante Hacienda fueron Arantxa Sánchez-Vicario y Montserrat Caballé, que tuvieron que enfrentarse a fuertes multas por irregularidades con sus respectivas residencias. Mención aparte merecen casos más oscuros como el de Jordi Pujol, que este año confesó tener cinco millones de euros escondidos en bancos andorranos cuando el juez Ruz ya estaba echando las redes sobre su familia. Él ni siquiera formaba parte de los casi 30.000 españoles censados en un país que no llega a los 80.000 habitantes.
En el bar con el presidente
Marc Márquez intentó allanar el camino hacia su nueva residencia en una de sus últimas entrevistas, protestando por «la gente que se pasa el día llamando a casa (en Cervera, Lérida), incluso los domingos cuando estoy en pijama con los míos. Ya es insoportable». En su nuevo domicilio no lo tendrá mucho más fácil para librarse de los vecinos. Tony Lara, fotógrafo andorrano, recuerda que el Principado «no deja de ser en realidad un pueblo grande en el que todos te conocen, un microestado donde la gente es más cerrada». El típico lugar en el que uno se deja el pijama puesto un domingo hasta para ir a comprar el pan... O no. Depende de la imagen que uno quiera dar al ministro de Economía o al mismísimo cap de govern, el presidente del gobierno del país. Desde 2011, Antoni Martí (Demócratas por Andorra). «Al ser un país tan pequeño, es muy habitual encontrarse con los gobernantes en el comercio o en un bar, tomando una copa, y hablar tranquilamente con ellos de cualquier cosa», retrata Lara.
Más difícil es departir en plena calle con los jefes de Estado andorrano, denominados copríncipes: el presidente de la República Francesa (François Hollande) y el obispo de Urgel (Joan Enric Vives), que tienen papeles meramente representativos y delegan su poder en el cap de govern. La Seu d' Urgell es el pueblo español más cercano a Andorra y también es habitual 'despensa' de muchos vecinos: «Hay productos básicos, como los alimentos, que son muchos más baratos allí y por eso bajamos a comprar. Pero desde España también vienen a por gasolina, tabaco o bebida, que no tienen IVA», explica Tony Lara. «Te puedes tomar un gintónic por cinco euros en cualquier bar, pero el supermercado es caro», confirma Imar Martínez. «Y también los pisos». La estadística sitúa el precio medio del alquiler en 477 euros, pero a Imar el dato le da risa: «Yo pago 470 por un piso, sí, pero mide 40 metros cuadrados y está en Escaldes, la segunda población por detrás de Andorra La Vieja (la capital, La Vella en catalán). Los precios siguen estando muy altos». Así que el alquiler se lleva la mitad de su sueldo. Porque, aunque el salario medio en Andorra ya supera los 2.000 euros netos (barrera a partir de la cual se empezará a tributar en el próximo IRPF), Imar cobra el mínimo: «962 euros libres de impuestos, salvo un 5% de retención de la Caja Andorrana de la Seguridad Social (CASS)». Menos mal que el mes que viene le suben la nómina hasta los 1.300. Está encantado. «Incluso cobrando el salario mínimo ya ganaba mucho más de lo que cobran algunos de mis compañeros en España».
'Estamos atentos'
Antonio Medina, que fabrica y distribuye la única cerveza 100% andorrana (Alpha), no le encuentra «nada malo» a su país, el único estado del mundo que tiene el catalán como lengua oficial. Está prendado. «Se vive muy tranquilo, con mucha seguridad». Gracias, en parte, a esa confianza que otorga el medio rural, pero sobre todo a los 300 agentes del Cos de Policia -el equivalente a la Policía Nacional- que pueden recorrerse el principado en una sola ronda. En este sentido, Mónaco se lleva la palma. Medio millarde agentes para vigilar un territorio que mide menos de dos kilómetros cuadrados y que tiene la mitad de habitantes que Andorra. Y eso que aquí también se ven bólidos millonarios: «Te dejas la cartera en el coche con las llaves puestas mientras te tomas el café y no pasa nada», observa Lara. «Cuando hay un delito grave, generalmente se resuelve rápido porque aquí nos conocemos todos».
Como último recurso siempre queda el Somatén (del catalán 'som atents', estamos atentos), una institución parapolicial originaria de la Edad Media que solo permanece viva en Andorra cuando se cierne una catástrofe natural (como las inundaciones de 1982) o en visitas excepcionales, como la de los copríncipes. En estas situaciones, el Gobierno llama a los mayores de 18 años, que tienen obligación de servir incondicionalmente al país. En caso de invasión, la defensa nacional ya corre por cuenta de los vecinos españoles o franceses, porque Andorra no tiene Fuerzas Armadas. Hospital sí, por supuesto. Hay uno para más de 220 médicos. Si hace falta comprar un detallito al enfermo, se puede elegir entre las más de 1.500 tiendas. Hay cosas que no cambian.
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