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josé manuel andrés
Viernes, 29 de agosto 2014, 01:03
Arch to Arc. Así se denomina el último reto de John Van Wisse, un coloso australiano de las aguas, dedicado al maratón en su versión más extrema. En esta ocasión la hercúlea empresa que pretendía emprender el atleta consistía (y aún consiste) en recorrer a pie los 140 kilómetros que separan el Marble Arch de Londres de la costa de Dover; a continuación, nadar 34 kilómetros a través del Canal de la Mancha hasta la costa francesa; y finalmente, terminar con un paseo en bicicleta de 291 kilómetros desde Calais hasta el Arco del Triunfo en París. Todo un reto para privilegiados atletas: del Marble Arch al Arco del Triunfo (Arc de Triomphe en francés). Muy sencillo, Arch to Arc, todo un ultratriatlón cuyo vigente récord lo estableció el británico Mark Bayliss, que en 2012 recorrió el trayecto al que ahora se enfrenta Van Wisse en 73 horas y 39 minutos, un tiempo en el que también se contabilizan los descansos, permitidos para no acabar con la salud de los aspirantes, y los momentos nocturnos en los que los atletas se ven obligados a parar.
Al principio, todo iba bien. El martes, nuestro hombre transitó a buen ritmo el casi centenar y medio de kilómetros hasta la hermosa localidad de Dover, situada en el condado de Kent y el mayor puerto del Canal de La Mancha. Lo hizo en 10 horas, 40 minutos, 10 segundos. En este enclave geográfico la isla de Gran Bretaña se acerca más que nunca a la Europa continental. Resulta heroico imaginar al bueno de Van Wisse lanzándose a las gélidas aguas del Canal de la Mancha al ritmo de esa épica melodía de Vangelis que inmortalizó en 1981 la película Carros de fuego. Una escena grandiosa, casi legendaria, digna de cualquier epopeya griega. Pero no debieron pensar lo mismo algunas de las personas reunidas en plena mañana de este miércoles en una playa cercana a Shakespeare Cliff. Dos de los allí congregados decidieron llamar a la Policía y los guardacostas, ante lo que consideraban como un intento de acceso al país de manera ilegal. Sí, John fue confundido con un inmigrante ilegal que trataba de alcanzar territorio británico, de manera que el mayor de los obstáculos de Van Wisse hasta el imponente Arco de Triunfo parisino iba a tener un marcado carácter legal.
Llamada «delatora»
La «delatora» llamada movilizó hasta el lugar a efectivos de la Fuerza de Fronteras y de la Guardia Costera, que por suerte se dieron cuenta enseguida de que la «intrusa figura» era realmente un nadador profesional. Las autoridades inglesas, que no le hicieron parar, autorizaron finalmente al hombre-pez aussie proseguir con su gesta. Una proeza que solo trece personas han conseguido en la historia. La parte de la natación la concluyó en 13 horas y 25 minutos, y este jueves por la noche estaba prevista la llegada de Van Wisse a París.
Ya nada ni nadie pueden separar a John de su gloriosa victoria a los pies del más conocido arco de triunfo del mundo. El monumento que en su día sirvió para honrar las excelentes dotes militares de Napoleón Bonaparte después de su victoria en Austerlitz contemplará ahora al intruso de Dover, John Van Wisse.
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