yolanda veiga
Jueves, 3 de julio 2014, 01:58
Cuando Fernando Sartorius conoció a Elsa Pataky le contó lo de la aspiradora. «Yo nací en una familia bien, mis padres querían que estudiara y tenían mi futuro diseñado, pero a los 18 cateaba todo y me mandaron a Texas con una beca para jugar al tenis. A los 22 años dejaron de enviarme dinero y me puse a vender aspiradoras puerta por puerta en Dallas. La primera no la vendí, ni la segunda, ni la tercera... Pero no me rendí y seguí intentándolo, hasta que vendí la octava». Lo siguiente que aparece en el currículo de este especialista en fitness y nutrición conocido como el entrenador de los famosos es que puso en forma a Halle Berry, Bianca Jagger, Nicole Kidman... y a Elsa Pataky.
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Es el ideólogo de la asombrosa recuperación de la actriz madrileña tras dar a luz a sus mellizos, Tristan y Sasha. Nacieron el 21 de marzo en un hospital de Los Ángeles y tres semanas después las revistas sacaban a la mamá estupenda con un pantaloncito corto blanco y una camiseta de rayas. En la mano, un batido de colores de esos que tanto le gustan. De espinacas, de apio... una revolución en Estados Unidos. La actriz ha incorporado los batidos a su dieta, junto al salmón, las ensaladas... Y una vez por semana se premia con una tarrina de helado o pizza. Fernando también, pero él prefiere un gintonic o un par de cañas.
La mitad del mérito de Elsa es suyo. Es su entrenador personal desde hace siete años y juntos han escrito Intensidad max (La Esfera de los Libros). Es un libro con citas «todo fracaso es el condimento que da sabor al éxito», confesiones «hace años, cuando mi madre me llamaba a EE UU y me preguntaba qué hacía, yo le contaba que estaba estudiando, que me había enamorado... Y antes de colgar siempre me decía: Pero, ¿eres feliz?. En parte esa felicidad también me la da el deporte»; trucos toma un vaso de agua templada antes de comer para saciar el estómago, madruga, lee algo positivo cada día; advertencias «supón que quemas 300 calorías haciendo 30 minutos de bici. ¿Te parece mucho? En cuando comas un pincho de tortilla las recuperas y muchas fotos de Fernando y Elsa sudando la gota gorda. «Hasta el día antes de dar a luz a mi primera hija, India Rose, estuve en la elíptica. Si estás en forma antes del embarazo y sigues haciendo deporte el cuerpo lo nota mucho porque cuando das el pecho a tu bebé se va casi toda la grasa. Después de un mes, aparte de las ojeras, ni se me notaba que había tenido a la niña».
Lo que hace Fernando con Elsa, lo hace también Santiago Marchante con Sara (nombre ficticio), una chica de Valencia que trabaja de dependienta de un comercio. Tiene sobrepeso y estaba cansada de dietas y de gimnasio. Hace tres meses contrató a este madrileño de 27 años, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, para que le hiciera un plan a medida. Santiago es uno de los más de 6.000 profesionales censados en la Federación Española de Entrenadores Personales y Fitness. Antes eran muchos menos porque lo del entrenador personal «se asociaba al superlujo. Pero se empezó a implantar hace 5 o 6 años en la población en general y ahora está al alza», asegura Carlos Celis, responsable de programas formativos de la federación.
¿Cuánto cuesta?
Cualquier persona que gane un sueldo de 1.000 euros puede pagarse un entrenador personal. Las tarifas por sesión de una hora oscilan entre los 20 y los 50 euros calcula Santiago Marchante.
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Su clienta valenciana tiene un nivel adquisitivo medio-bajo y solo puede pagarse una sesión a la semana: 35 euros. Pero le cunde, porque en tres meses el periodo en el que más se nota el efecto del deporte ha bajado 9 kilos. «Una persona con sobrepeso puede perder kilo y medio a la semana pero con ella el objetivo es un kilo para evitar el efecto rebote. El truco es acelerar su metabolismo mediante trabajo cardiovascular, muscular y ejercicios de alta intensidad a dosis pequeñas». Como el riesgo de lesiones al correr aumenta con el peso, Santiago la entrena con la elíptica, el aparato favorito de Elsa Pataky, que también hace yoga, pilates, pesas dos veces por semana...
Sara combina el ratito en la elíptica con HIIT (High Intensity Interval Training), entrenamiento interválico de alta intensidad en castellano, la nueva moda, aunque de nuevo solo tiene el nombre. «Se lleva usando en atletismo cuarenta años. Consiste en hacer series de ejercicios intensas, por encima del 85% de tu frecuencia cardiaca o del máximo de peso que puedes levantar de una vez», ilustra Santiago Marchante.
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Runners, parkour... y otras tribus
«Hace quince años no había vídeos de fitness por internet. Ibas a correr a la calle y no había un alma, pero ahora hay muchas tribus los runners, los que entrenan en los columpios de los niños, los que hacen parkour y van saltando túneles, vallas... La referencia es Estados Unidos. Lo que se pone de moda allí llega a España en dos meses». Lo último es el HIIT. Suena raro, pero es lo de siempre
«El 80% es marketing»
«Hay un chaleco estimulador que te da corrientes, pero yo prefiero subir solo a la montaña. Así se suben las pulsaciones, lo demás son atajos», dice Sartorius.
Él tiene entre 40 y 50 clientes, a los que asesora online, en gimnasio en grupos reducidos o de manera particular como hace con Sara y con un motorista de Moto GP de 25 años al que estuvo entrenando año y medio en Madrid. Dos sesiones a la semana, 470 euros al mes y 300 cuando se apuntó su hermano con él. «Tenía una lesión de clavícula como la que tuvo Jorge Lorenzo. No podía levantar el brazo más arriba del hombro y también tenía mal el tobillo. Hacía bici como ejercicio cardiovascular y mucho trabajo de fuerza de piernas, cadera, abductores. Se trataba de prevenir lesiones y que ganara estructura muscular y fuerza sin coger peso».
Eso lo hace el ejercicio... y la dieta. A Sara le ha prohibido la pasta, el arroz y el pan blanco. «En su caso, más que a las grasas, les doy importancia a los azúcares, que frenan el metabolismo. La idea es que esté quemando calorías a todas horas». Al motorista le dejaba comer esas cosas «pero solo antes y después de entrenar».
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El mal ejemplo de Osmin
Deporte, dieta adecuada... y coaching. «La motivación es fundamental. Hay que conseguir que la persona se enganche, pero no como lo hace Osmin, el del programa ese de la televisión. Él fuerza en exceso, crea demasiado estrés y no tiene ningún tipo de código deontológico. La clave está en motivar a cada uno de manera adecuada. Al competitivo le puedes decir: Vamos a seguir un poco más, y lo hace porque se pica».
Fernando Sartorius es de esos. «Cuando he estado al límite he tenido experiencias místicas. Imagínate que subes una montaña en bicicleta y encuentras un repecho. La gente desde fuera pensará que sufres, pero yo siento una enorme liberación. Lo que pasa es que la gente abandona demasiado pronto, tenemos la mentalidad del pelotazo, queremos el resultado ya. Y no funciona así».
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«No hace mucho, durante la promoción de una película, pasé tres noches en un hotel que no tenía gimnasio. Pero me dediqué a subir arriba y abajo los diez pisos del hotel», cuenta Elsa Pataky, que empezóa hacer deporte a los 15. «Cuando era una adolescente quería tener los brazos y las piernas de las atletas de élite... Cuando cumplí los 18 me sentía en forma pero no tenía el cuerpo que deseaba tener. Estaba delgada pero las piernas siempre las tenía más gorditas, no sabía cómo definir los bíceps...».
A los 37 (este mes cumple 38) se da por satisfecha. Y Sartorius, también. «Una tarde en Santa Mónica (California) había quedado con Fernando Verdasco para hacer surf. Elsa se apuntó y yo veía desde la orilla que le pegaban unos revolcones las olas... Le hice señales para que lo dejara y ¿qué me dijo? ¡Ni de coña!. Ese día cogió su primera ola». Y sintió lo que Fernando al vender la aspiradora.
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